El derbi asturiano tuvo de todo, desde trifulcas hasta actuaciones teatrales de primer nivel
11 oct 2021 . Actualizado a las 08:19 h.La exigencia en los derbis se ha elevado de manera sobresaliente para el Real Oviedo. El empate de ayer rozó la decepción para la afición. Una victoria que se rozó con los dedos y que se mereció durante la inmensa parte del choque. Un pequeño periodo de descontrol fue suficiente para que Fran Villalba y Uros Djurdjevic dibujaran un empate que no se había adivinado hasta ese momento.
Pero el árbol no debe impedir ver el bosque. Los de la capital suman cinco derbis ligueros sin conocer la derrota. Cuando se juegue el partido de vuelta, se habrán cumplido tres años sin derrota azul ante el Sporting. Esta impresionante racha solo es la cuarta mejor de la historia.
Porque el dominio histórico carbayón en derbis ligueros va mucho más allá. El Real Oviedo llegó a sumar nueve choques consecutivos sin caer derrotado. Entre 1994 y 1998, los azules lograron cinco victorias y cuatro empates. Poco antes, entre 1989 y 1991 sumaron otros siete (tres victorias y cuatro empates). La tercera mejor racha de la historia está en poder rojiblanco. El Sporting llegó a estar seis derbis ligueros invictos entre 1966 y 1968 con cuatro victorias y dos empates. A eso aspirarán José Ángel Ziganda y los suyos el próximo abril. Números de otra época.
Por momentos, un derbi de los de siempre
El partido permitió revivir tiempos mejores. Primero, por el ambiente y el recibimiento. Había ganas de fútbol, de derbi y de pasión. Se cumplieron las expectativas. En segundo lugar, por la intensidad de los futbolistas que derivó en una pequeña trifulca de las de antaño, de las de no ceder un centímetro ante tu rival y que encienden a la grada.
Gastón Brugman fue el que la supo encender de la nada. El uruguayo demostró su experiencia en partidos de este calado y volteó un inicio de partido en el que los suyos no se encontraban sobre el terreno de juego. Saldada la tangana, el Real Oviedo se apoderó del partido sin encontrar respuesta alguna por parte del Sporting.
Intentó lo propio Djurdjevic en el segundo tiempo. Su acción consiguió arrancar una tarjeta amarilla a David Costas tras una penosa simulación que Rubén Ávalos Barrera no supo o no quiso ver. A las evidentes condiciones futbolísticas del jugador serbio internacional con Montenegro hay que añadir también las teatrales. Quizá algún día pueda participar en un pase de Macbeth o Hamlet.
Empates y empates
El 9 de septiembre de 2017, Toché empataba un igualado choque en El Molinón y el Real Oviedo celebraba con locura aquel 1-1 tras casi 15 años sin derbis. La respuesta rojiblanca rozó, sino sobrepasó, el menosprecio. De equipo pequeño, casi. Ayer, se volteó la historia. De repente, los empates sí son dignos de ser festejados.
Pese al relato posterior en zona mixta y sala de prensa, el Sporting sí celebró su empate en el Carlos Tartiere. Los nuevos tiempos. La afición rojiblanca pidió a los futbolistas que salieran del vestuario de manera insistente. Y lo hicieron. Abrazos, cánticos y vítores. Ayer disputaban su final de Champions particular... Y la empataron.