La Voz de Asturias charla con el atacante catalán horas antes de volver al Tartiere con el Castellón
05 nov 2020 . Actualizado a las 10:26 h.Han pasado ocho años desde que el oviedismo conoció a Josep Señé (Terrassa, Barcelona; 1991). En un Real Oviedo al borde del abismo, cuando todavía Carso era una palabra desconocida para la mayoría de la afición azul, la suplencia del joven atacante generó un debate mediático pocas veces visto en la época del barro. Tras dos temporadas y media en la capital del Principado, se fue por la puerta de atrás y no pudo celebrar el regreso al fútbol profesional. Ahora está en el Castellón y el domingo regresa por segunda vez al Carlos Tartiere. LA VOZ DE ASTURIAS charla con él.
-¿Qué tal por Castellón? Cuarta ciudad en tres años.
-Estoy bien. Nunca me ha importado conocer nuevas ciudades y formas de trabajar en los clubes. Adaptado a la ciudad y al equipo, aunque es verdad que dada la situación que estamos viviendo creo que no estamos conociendo de verdad lo que es Castellón y Castalia.
-Un proyecto similar al de la Cultural en 2017, ¿no? Mismo patrón de juego.
-Creo que, cada vez más, muchos equipos se están decantando más por la idea de tener el balón y de crecer a través de la posesión. Luego hay que competir, claro. La categoría requiere de otras características para poder ganar los partidos.
-Casi 29 años, quinta temporada en el fútbol profesional… ¿se considera un veterano?
-Por edad pues igual ya lo soy [risas]. Pero también estamos viendo que el fútbol no es como antes, cuando con 30 ya eras viejo. Ahora cada vez más hay jugadores de 35 años en la élite y rindiendo a gran nivel. El fútbol evoluciona y cada vez estamos más preparados físicamente.
-Retrocedamos hasta 2012. ¿Qué recuerda de su llegada a Oviedo?
-Fue el salto que más me ayudó en mi carrera. Ya no estaba en un filial y me tocaba vivir una experiencia que, aunque no fuese fútbol profesional, lo parecía. El Oviedo en Segunda B te hacía sentir como un profesional.
-Era un club que, meses después, se jugó su supervivencia en los despachos.
-Intentábamos mantenernos un poco al margen. Entrenar, competir y que cada día se pudiesen ir solucionando las cosas. Después comenzó el movimiento y ya era complicado no implicarse. Fue una locura todo.
-Participó en la pretemporada y, cuando empezó el curso, desapareció.
-Fue todo muy raro. Recuerdo que había jugado bien en verano, marcando goles incluso. Cuando empezó la Liga no jugaba. Ni iba convocado.
-¿Cómo vivió todo aquello?
-Era difícil, la verdad. Entrené muchas semanas sabiendo que no iba a ser convocado el fin de semana. Pero también aprendes. Tenía que seguir entrenando y estar preparado para, cuando me tocara, estar listo.
-¿Qué relación tenía con Sarriugarte, técnico por aquel entonces?
-Sin más. De entrenador-jugador, normal. Nunca me dio una explicación de por qué no jugaba. Yo me centraba en seguir entrenando y dar lo mejor de mí. Nunca más volví a hablar con él, aunque tampoco coincidimos en ningún lado.
-Debutó a lo grande, estrenando titularidad ante el Leganés y marcando.
-Fue impresionante. Debutar en el Tartiere como titular y con ambientazo. Y con gol. Increíble.
-Aquella temporada acaban jugando playoff. Eliminaron al Albacete y cayeron frente al Eibar.
-Lo que más me alucinó fueron los desplazamientos. No sé cuánta gente iría a Albacete y a Eibar, pero el ambiente era espectacular.
-En la 13/14 no se vio a un buen Oviedo.
-Había muchas expectativas, pero solo con eso no se gana. Empezamos bien y luego pasamos por una época que nos costaba un mundo ganar. Creo que con Robles en el banquillo jugamos muy bien, la verdad, el cambio se notó para mejor. Teniendo mucho el balón y creando ocasiones. Pero no conseguimos entrar en playoff.
-Frente al Sporting B pierden las opciones de playoff y el último partido es ante el Caudal. Dos encuentros durísimos.
-Contra el Sporting teníamos una ilusión enorme. Si ganábamos teníamos el playoff muy cerca y empezamos el partido creando ocasiones, pero ellos aprovecharon un fallo nuestro y metieron el primero. Y todo se vino abajo. El último partido ante el Caudal, sin nada en juego, fue surrealista. El ambiente era muy duro, ya desde el calentamiento.
-Temporada del ascenso. ¿Desde el primer momento vieron que se conseguiría?
-Evidentemente había que jugar, 38 jornadas son muchas, pero desde muy pronto se veía que éramos el mejor equipo de la categoría. Había que ganar todo desde el principio y al final fue una temporada redonda.
-¿Qué destacaría de aquella plantilla?
-Esteban nos daba muchísimo desde la portería. Jon Erice fue un pilar fundamental y creo que lo siguió demostrando en todos los años que estuvo en Oviedo. Luego pues Linares, claro, que metió casi 30 goles. Susaeta, Héctor Font… había muchísima calidad.
-Se va en el mercado de invierno, tras jugar 13 partidos y solo 3 como titular.
-Cuando empezó el mercado de invierno no quería salir de Oviedo. Estaba bien en la ciudad y, aunque no era titular, tenía minutos en todos los partidos. Apareció el Celta y creo que la oferta era muy buena para seguir creciendo como jugador. Y me salió bien.
-Haciendo balance de su paso por el Oviedo, ¿le pasó factura ese comienzo extraño y todas las expectativas que se generaron?
-Pues no lo sé. Yo me centraba en hacerlo lo mejor posible y ya está. No sé ahora, pero antes la gente en Oviedo era muy exigente con el equipo. El club había sufrido mucho y, en ocasiones, toda esa exigencia corría en contra del equipo. Recuerdo Oviedo como una etapa buenísima, que me hizo crecer tanto como jugador como persona.
-En Vigo llegó al primer equipo.
-Debuté en Primera, un sueño hecho realidad. Todo el trabajo se vio recompensado. Fui un integrante más de la primera plantilla y me asenté en el fútbol profesional.
-Hace poco más de un año pasó de Segunda B (Cultural) a Primera (Mallorca).
-Tenía mucha más experiencia, era mejor jugador que antes, pero no tenía la confianza del entrenador. Hice un buen año en Segunda con la Cultural en la 17/18 y cuando acabó el curso tenía muchas ofertas. Fue un verano jodido, no me dejaron salir cuando me quería ir. En enero podía negociar con cualquier equipo y firmé por el Mallorca, que estaba en Segunda. No eran los favoritos, pero ascendieron.
-¿Qué espera del partido del domingo en el Tartiere?
Todavía no les he visto esta temporada, la verdad. Me espero un partido disputado, como todos los de la categoría. Igualado de principio a fin. Llegamos en mal momento y nos toca reconducir la situación tras tantas derrotas seguidas.