El Oviedo, Ziganda y el pulso ganado al mercado

Pablo Fernández OVIEDO

AZUL CARBAYÓN

Cuco Ziganda y Bingen Arostegi, en un momento de la sesión de entrenamiento
Cuco Ziganda y Bingen Arostegi, en un momento de la sesión de entrenamiento Real Oviedo

El equipo azul, a diferencia de muchos clubes de la Segunda División, no llegará apurado a las últimas horas del baile en los despachos

24 sep 2020 . Actualizado a las 17:47 h.

«No esperaba tener la plantilla casi cerrada a estas alturas, estuvimos calculando los tiempos de mercado y pensábamos que se iba a alargar más». Francesc Arnau fue muy claro en la presentación de Gustavo Blanco Leschuk: en el mercado de verano más complejo que se recuerda, el Real Oviedo llegará a las últimas dos semanas con la tranquilidad de que el trabajo más pesado ya se ha realizado. Y eso repercute directamente en la labor de José Ángel Ziganda.

Desde que aterrizó en la capital del Principado hace ya siete meses, y sobre todo en la vuelta del fútbol tras el confinamiento, el Cuco Ziganda repitió una y mil veces que no había tiempo material para trabajar el equipo. El técnico navarro machacó dos o tres conceptos básicos, dicho por él esto último, que fueron suficientes para dar otra imagen al Oviedo y convertirlo en algo más o menos sólido. Eso bastó para firmar una recta final de curso formidable y salir del pozo a tiempo.

La misión estaba cumplida, pero quedaba trabajo por delante. La pretemporada, a diferencia de la realizada en el verano 2019, sirvió. Como debe ser, por otra parte. El cuerpo técnico azul, ya alejado de aquella vorágine de partidos cada tres días en la que las sesiones en El Requexón solo servían para soltar tensiones y jugar un par de rondos, asentó las bases del Oviedo que quería y comenzó a trabajar otros aspectos del juego más complejos y necesarios en el nacimiento de cualquier proyecto. 

Ese trabajo prosigue, ojo, pero el camino ya está abierto. Y la rápida labor en los despachos, veremos si exitosa con el paso del tiempo, facilita el correcto desarrollo de dicho camino. Todavía queda poco menos de dos semanas para que cierre el mercado de fichaje, pero Ziganda ya tiene entrenando en El Requexón al 95% del equipo que competirá, como mínimo, hasta enero. Las salidas de Diegui Johannesson y Edu Cortina, unidas a alguna sorpresa que puedan deparar los despachos en las últimas horas, es lo único que alterar la rutina de entrenamiento en la ciudad deportiva azul.

Esto es algo que no pueden decir todos los equipos, ya que unos todavía tienen que realizar varios fichajes que den sentido a su proyecto y otros están a la espera de que sus puntales se queden o emprendan el camino a la Primera División. Nada es lo que parece en la categoría en estas primeras jornadas, pero con las llegadas de Blanco Leschuk y Aburjania el Oviedo sí se aleja de esa incertidumbre.

Los dos últimos fichajes carbayones están llamados a ser importantes en la planificación de Ziganda. Ya no tanto por su titularidad inmediata, algo que todavía es una incógnita, sino porque completan una batería de recursos que el cuerpo técnico no tenía hace semana y media. Y eso se ha logrado con semanas de antelación. Tiempo para seguir trabajando ese 4-4-2 que tanto le gusta al Cuco o para explotar y descubrir un centro del campo diferente al de hace meses. Tiempo para seguir creciendo.