Comamala, ante su gran reto

Pablo Fernández OVIEDO

AZUL CARBAYÓN

David Comamala
David Comamala UE Olot

El nuevo secretario técnico del Real Oviedo tendrá su primera oportunidad fuera de Cataluña. Rodri, entrenador al que fichó y con el que trabajó varios años, habla de su trabajo

27 dic 2019 . Actualizado a las 14:12 h.

Aunque esté en boca de todos, el director deportivo no es una figura muy conocida dentro del fútbol. Si cualquiera que no está familiarizado con el mundo de los despachos se pone a pensar en nombres propios, salen los tres o cuatro famosos de Primera División y poco más. Imaginen entonces el equipo que hay detrás de esa figura llamada director deportivo. Personas anónimas cuya actividad es vital en el funcionamiento de cualquier club. Una de ellas es David Comamala (Madrid, 1978). 

Madrileño pero catalán de adopción, el nuevo secretario técnico del Real Oviedo comenzó su andadura en el fútbol en su ciudad, Figueres, al norte de Girona y muy cerca de la frontera con Francia. Fue ahí, con solo 20 años, cuando comenzó a hacerse un nombre en el fútbol catalán. Después llegó Promoesport, una de las agencias de representación de futbolistas más importante del continente. Con ellos hizo muchos kilómetros para detectar talentos, especializándose durante casi diez años en el fútbol africano. 

La primera gran responsabilidad

Fue en el Unió Esportiva Olot cuando le llegó su primera gran oportunidad. Desde julio de 2013 a marzo de 2016, Comamala lideró las operaciones del club gerundense, una entidad pequeña pero afianzada los últimos años en Segunda B. A finales de noviembre de 2014 fichó a Antonio Rodríguez Saravia, Rodri.

«Yo ya había estado en el Olot, pero David me trajo de vuelta. Salvamos la categoría, que era el objetivo, pero sobre todo realizó un muy buen trabajo de dirección deportiva y gestión de recursos. Si uno mira la lista de jugadores no es normal lo de aquel Olot...», dice Rodri, ahora sin equipo tras estar en el Extremadura el curso pasado y colaborador desde hace meses en Regenera, una agencia de salud que trabaja con futbolistas de élite, en conversación con La Voz de Asturias

Durante aquellos años, el Olot, un equipo de una ciudad que no llega a 40.000 habitantes, tuvo en nómina a futbolistas que después hicieron carrera en el fútbol profesional. Y eso solo se explica con el «buen ojo», como dice Rodri, de David Comamala.

Pere Pons (casi 200 partidos entre Primera y Segunda con Girona y Alavés), Gerard Valentín (Nàstic, Deportivo, Lugo) o Jordi Calavera (Nàstic, Lugo, Eibar, Sporting, Girona) son algunos de los ejemplos. «Prefería que David me dijera nombres de jugadores jóvenes, con hambre y con potencial, a otros más veteranos y seguramente más caros. Para mí era un chollo».

«Germán Sánchez (ex del Tenerife y pieza clave del ascenso del Granada el curso pasado) descendió con el San Fernando a Tercera División y David lo ficha para el Olot», explica Rodri. «Mousa estaba en el equipo cuando llego. David me dice que el club no cuenta con él, pero que le parece buen jugador. Era extremo, pero me recomienda ponerlo de lateral zurdo. Acabó jugando y fue traspasado al Nàstic», comenta el técnico barcelonés.

Pero hay más. Alberto Perea, una de las piezas claves del Cádiz, líder indiscutible de Segunda División, también fue rescatado por Comamala cuando el Llagostera no lo quería. El Olot le dio la oportunidad y, en el mercado de invierno, fichó por el filial del Fútbol Club Barcelona. Enric Gallego, la gran sensación del curso pasado en el fútbol español, firmó por el Olot en 2014. O Aridane, central de Osasuna, fichado por Comamala cuando el canario estaba en el Eldense. Finalmente, el Granada y el Cádiz se entrometieron y tuvieron que pagar una multa al club catalán.

Otro rol en el Nàstic

Después de controlar durante años todas las operaciones deportivas del Olot, David Comamala llegó al Nàstic en abril de 2016 para ocupar la secretaría técnica y encargarse de La Pobla, filial de los tarraconenses, y el juvenil grana. «Me llama en el verano de 2017 para hacerme cargo del filial y, a los cuatro partidos, Viqueira me subió al primer equipo», dice Rodri.

«Su trabajo en el Nàstic es tremendo», comenta el técnico. En un club sin unos equipos cadetes y juveniles demasiado espectaculares, Comamala tira de olfato y abastece a La Pobla de jugadores jóvenes que acabarían siendo importantes en el primer equipo. Brugui, Pol Valentin, Viti, Pol Prats o Salva Ferrer son algunos de esos nombres.

«La operación con Salva fue increíble. Lo firma del juvenil de la Damm (uno de los equipos dedicados al fútbol base más importantes de España) para La Pobla. Debuta en Segunda con el Nàstic y lo traspasan al Spezia italiano por medio millón de euros», explica Rodri.

Aunque su principal labor era el filial y la cantera, Comamala asesoraba en alguna operación a Emilio Viqueira, director deportivo del Nàstic. Una de ellas fue la llegada de Maikel Mesa, ahora en Las Palmas, al Nou Estadi. «Hacían muy bien grupo», recuerda nuestro protagonista. 

Una figura muy deseada en cualquier grupo de trabajo

«Me extrañaba que no estuviese en la agenda de muchos clubes. En Cataluña siempre ha estado bien considerado. Un director deportivo que traspase a tanto futbolista en Segunda B no es normal», asegura el técnico barcelonés. «Cuando vi que el Oviedo lo firmaba me dije a mí mismo 'han acertado'», finaliza. 

En cuanto a la figura del director deportivo y a todo el 'staff' que le rodea, el exentrenador del Extremadura lo tiene claro: «Tal y como se está moviendo esto del fútbol profesional, es imposible que un club pueda competir sin una estructura fuerte. Un director deportivo está para muchas cosas: velar por todos dentro del club, apostar por una idea, relacionarse con la directiva... Pero a la hora de actuar le tiene que llegar una información filtrada por su secretaría técnica. Si no, es demasiado trabajo».

Eso busca el Real Oviedo con David Comamala. Tras cinco temporadas en el fútbol profesional y nada a lo que agarrarse en dicha faceta, Francesc Arnau quiere crear en el club carbayón lo que no tuvieron (o no les dejaron tener) Ángel Martín y Michu. Gente sin tanta visibilidad pero que, en la sombra, realiza un trabajo clave en el funcionamiento de un club de fútbol. Ese es el perfil del nuevo secretario técnico azul.