El Racing - Real Oviedo, la tensión vivida en el campo y los insultos a Christian Fernández no recogidos en el acta
23 dic 2019 . Actualizado a las 18:18 h.Ha pasado una semana desde que José Antonio López Toca decidiera suspender el Rayo Vallecano - Albacete por los gritos de «puto nazi» que se escucharon desde la grada del Estadio de Vallecas dirigidos hacia Roman Zozulya. Un precedente que está claro que no se va a aplicar de manera igual para todos.
Al menos eso debió pensar Alejandro Muñiz Ruiz durante el Racing - Real Oviedo. Pese a los cánticos de «Christian, muérete» que se escucharon desde las gradas de El Sarinero en varias ocasiones. Ni un aviso ni siquiera una mención en el acta arbitral. Está claro que el futbolista cántabro no genera tanta afinidad como el delantero ucraniano.
Lo que sí recogió el colegiado fue la intensa reacción de Javi Rozada a la conclusión del encuentro. Los que conocen al preparador oviedista saben que en ocasiones es de mecha corta. La pasión con la que vive los encuentros le ha jugado alguna que otra mala pasada en forma de expulsión. Un comportamiento que él reconoce y que ha trabajado siempre en moderar con el asesoramiento de algún exárbitro.
Desde que llegó al banquillo azul, Rozada ha mostrado su personalidad a Cristhian Stuani o recientemente a Álvaro Cervera. Ser un recién llegado no hace que se arruge ni se amilane.
Ayer, nada más escuchar el pitido final, el entrenador ovetense saltó al terreno de juego, dirigiéndose hacia el árbitro, siendo frenado por algunos de sus futbolistas. Así lo recogió Muñiz Ruiz en el acta: «Una vez finalizado el encuentro, y cuando aún me encontraba sobre el terreno de juego, se dirigió hacia mí teniendo que ser sujetado fuertemente por varios jugadores de su equipos».
No terminó ahí la cosa. Fuera de los focos y lejos de las cámaras siguió la protesta del míster carbayón: «Ya en el túnel de vestuarios se encaró hacia mí con los brazos en alto a un metro de distancia gritándome a viva voz: '¿Qué haces? ¿Qué haces?'».
Una vez en rueda de prensa, Rozada reconoció lo ocurrido, pero no quiso ahondar en su reacción: «No voy a hablar de lo que pasó al final, vengo a hablar del parrido. Somos humanos y no quiero hablar de eso, fue un partido de mucha tensión».