Analizamos en cinco claves la derrota del Real Oviedo en Mallorca
12 mar 2019 . Actualizado a las 18:34 h.La Segunda División le ha dado al Real Oviedo la oportunidad de analizar su partido en Mallorca sin mirar a la clasificación. En un fin de semana donde todos los equipos que ocupan plaza de playoff han perdido, la derrota en Son Moix es una ocasión perdida pero que no compromete las opciones futuras de los azules. Dicho esto, ahora hay que ver qué pasó y si se podría repetir en próximas jornadas.
La posición de Folch
Juan Antonio Anquela sorprendió a propios y extraños y, además de apostar por Viti como lateral y romper la línea de tres centrales, juntó a Ramón Folch, Sergio Tejera y Javi Muñoz. La posición del primero marcó el juego de los azules y limitó, en parte, el potencial del Oviedo con balón. Si una de las claves del centro del campo de tres es manejar diferentes alturas, el ex del Reus siempre ocupó la misma: la de los centrales. Ya sin balón, el catalán daba cuatro pasos y acompañaba a sus dos interiores.
En los inicios de juego azules, Folch se incrustaba entre Carlos y Alanís y lideraba una salida de tres. Con Viti y Christian poco profundos y Tejera y Javi Muñoz sin conseguir girarse, la presión del Mallorca formada por sus dos delanteros era suficiente para poner en aprietos al Oviedo. Los bermellones buscaban que Carlos Hernández recibiese a sabiendas de sus problemas con balón y el plan funcionó.
Un Mallorca preparado para la batalla
Ante la falta de ideas y líneas de pase, Carlos Hernández optaba por el juego en largo, faceta donde el Real Oviedo suele ser superior a su rival. No fue así el sábado. El Mallorca demostró tener potencial y salió vencedor de todos los duelos aéreos, además de llevarse las segundas jugadas. Instalarse en campo rival era un vía crucis para los de Anquela.
Con balón, los bermellones calibraron al Oviedo durante el primer tiempo. Tejera y Javi Muñoz saltaban a la presión y no dejaban jugar cómodo a Salva Sevilla y Baba, siendo Dani Rodríguez y su fuera-dentro desde la derecha la salida más limpia. El primer tiempo fue avanzando sin grandes ocasiones, pero con la sensación de que el Mallorca estaba más cerca de su objetivo.
Moreno potencia el flanco izquierdo
El Mallorca dio un paso más tras el descanso. Aunque Viti había demostrado estar preparado para competir ante Lago Junior, Vicente Moreno quiso explotar dicha banda y potenciarla fue su objetivo desde el primer cambio. Stoichkov entró para atacar el espacio entre lateral derecho y central derecho, algo que dio libertad a Junior y capacidad de sorprender al potente Estupiñán.
El partido adquirió una marcha más y el Oviedo no estuvo a la altura. Un tímido centro de Christian Fernández poco antes de llegar al minuto 60 fue la única respuesta azul a las intenciones del Mallorca. El conjunto bermellón siguió taladrando la zona anteriormente comentada y poco a poco la grieta era más grande.
Colgados de Budimir
El partido de Ante Budimir fue descomunal. El delantero balcánico, croata pero nacido en Bosnia, fue superior a los centrales azules en todas las facetas del juego durante los 90 minutos. Ganaba los balones largos, se hacía fuerte de espaldas, daba continuidad a la jugada y amenazaba al espacio. Un abanico de recursos contra el que el Oviedo no supo competir.
El Mallorca dio un paso más en la presión tras pérdida. Recuperaba más rápido que nunca y lo hacía en campo del Oviedo. Mientras, el ariete de Zenica también se sumó a la emboscada en el flanco izquierdo y desde ahí castigó a Carlos Hernández, provocando la falta lateral que precedió a los dos saques de esquina con los que finalmente los locales se adelantaron en el marcador.
Cuando tus capacidades con balón no dependen de esquemas
Los problemas del Oviedo en los ataques posicionales no desaparecieron tras el 1-0. Al revés, se evidenciaron aún más. Los azules no conseguían crear un circuito de pases que les asentara en campo del Mallorca y ningún jugador azul recibía en ventaja. Además, las imprecisiones de casi todos los futbolistas carbayones tanto en los controles como en el pase hacían más difícil todavía la aparición de líneas de pase.
Anquela cambió el esquema, dio entrada a Saúl Berjón (urge recuperarlo) y jugó con dos delanteros, pero el escenario no cambió. Cuando el Oviedo tiene la necesidad de llevar la iniciativa con balón ante rivales tan duros como el del sábado, la falta de automatismos del colectivo no se soluciona cambiando las piezas o la disposición de las mismas. Es un problema más global.
El conjunto de Anquela se ha metido en la lucha por el playoff gracias a: 1) su nada sencilla capacidad de anular los puntos fuertes del rival y 2) ser una roca en el cuerpo a cuerpo y hacerse fuerte cerca de su área. Con esto, los azules lucharán por la promoción de ascenso. Eso sí, es innegable que tendrían muchas más opciones si consiguen potenciar la otra faceta. Turno de Anquela.