El técnico del Real Oviedo afrontará mañana uno de los partidos más complejos del curso
09 nov 2018 . Actualizado a las 11:22 h.«Yo he jugado con un 4-4-2 en rombo en muchos equipos. Es un sistema normal pero que lo hacen muy bien, aunque todo se puede contrarrestar», dijo Juan Antonio Anquela ayer cuando fue preguntado por el dibujo habitual del Dépor de Natxo González.
Si bien no se trata de un sistema de juego nada revolucionario, el rombo del técnico vasco sí es hoy por hoy el único de la Segunda Division, así que supondrá una prueba ya de por sí diferente para el Real Oviedo.
«Tienen futbolistas para ello», dijo el entrenador jienense en la rueda de prensa. Carmelo del Pozo, ex director deportivo del Oviedo y ahora en el Dépor, fichó a Natxo en verano sabiendas de que el técnico vitoriano implantaría en Riazor su rombo y puso a su disposición los recursos necesarios.
Defensas con una aseada salida de balón como Domingos Duarte y Pablo Marí, laterales con recorrido como David Simón, centrocampistas de posición y calidad como Vicente Gómez y delanteros versátiles y móviles como Quique y Carlos Fernández. Además, consiguió que se quedaran futbolistas claves en el proyecto como Carles Gil y Fede Cartabia y promocionaron a Edu Expósito y Diego Caballo, jóvenes talentos del filial que están demostrando ser muy válidos.
El 4-3-1-2 es solo el dibujo, el esquema, pero el sistema va mucho más allá. Basándose en el famoso juego de posición, Natxo pretende que sus equipos jueguen en campo rival para luego impedir que su adversario encuentre huecos interiores.
Los delanteros y el mediapunta forman un triángulo clave en el equipo. Los arietes son pacientes, esperan en un costado con el objetivo de atraer la marca del central y lateral rival y así generar espacios que puedan ser aprovechados por el mediapunta o los interiores.
Si Anquela apuesta por repetir la línea de tres centrales, estos deberán estar atentos a dichos movimientos y realizar ayudas constantes. La simple superioridad numérica podría ayudar, pero la presencia del doble pivote también puede ser importante. En ataque, y ante un equipo que deja bastante libres los costados, el Oviedo buscará hacer daño con sus carrileros.
Mossa, Bárcenas o Diegui tendrán un papel clave a la hora de dividir al lateral rival e interior rival (uno de los vértices del rombo) y así generar espacios que aprovechen Joselu o Ibra. El onubense en especial, partiendo desde el flanco derecho como ante el Mallorca, puede hacer mucho daño haciendo la diagonal dirección portería.
Aunque llega sin su mejor pieza (Saúl), Juan Antonio Anquela tiene recursos para ganar la partida de ajedrez de Riazor. Los azules aspiran, a una semana del derbi, a ser el único equipo de la división de plata 18/19 en sumar tres puntos en el estadio blanquiazul.