Artículo de opinión de @fubolistic
20 mar 2018 . Actualizado a las 15:27 h.Ocurre que, a veces, el fútbol da la razón a los aficionados que pedían mirar al vestuario de al lado para hacer el once contra el Granada. Viti y Steven, los chavales llamados a portar en el partido la antorcha de la cantera, esperaban en el banquillo a que el fueguito de El Requexón no se apagase. Porque no hay que negar que lo del domingo, de inicio, era un golpe duro a El Reque. Pero muchas veces lo que mal empieza, bien acaba.
Así que, tras 45 minutos de meneo nazarí, un regalo buyesco del portero rival y 15 minutos del Oviedo que aprieta arriba, Anquela tiró de Requexón. Hizo lo que muchos pensaban que debía haber hecho una hora antes, sin que eso sea ser menos oviedista. Los entrenadores, a excepción de Marcelino, siempre quieren ganar porque les va la vida en ello, pero muchas veces no miran el largo plazo, viven en el presente. Nadie como el hincha sabe que pasará el entrenador y seguirá el escudo. Ayer era un día para poner los cimientos del futuro. Y el futuro del Oviedo es El Reque. No hay otro.
El futuro que representan chicos como Steven, que un minuto después de salir apareció donde aparecen los que llevan el gol en la sangre para reavivar la llama de la cantera. 2-1. Oxígeno para el Reque -y la razón para Anquela-.
Lo mejor del partido no fueron las sensaciones, fueron los 3 puntos. Porque no nos equivoquemos, pudo haber sido peor si el árbitro hubiese visto las 2 agresiones que Christian hizo ayer. Alguien debería hacerle ver que le necesitamos en el campo. Le necesitamos dando salida al balón por la izquierda, imponiéndose por arriba y no dejando darse la vuelta al rival. Pero lo otro, sobra. Sobra como sobró el codazo frente al Huesca el año pasado. En este club ya tuvimos bastante con haber perdido una eliminatoria de UEFA por una agresión estúpida. No queremos palmar ahora un ascenso. Que alguien se lo diga cuanto antes, es urgente y le necesitamos.
