Contracrónica: Regresar a la trinchera

ALFONSO SUÁREZ OVIEDO

AZUL CARBAYÓN

Fabbrini Real Oviedo Albacete Carlos Tartiere.Fabbrini controla un balon ante la presion de un futbolista del Albacete
Fabbrini controla un balon ante la presion de un futbolista del Albacete Real Oviedo

Un punto de seis, motivo suficiente para que el oviedismo vuelva a su estado de alerta

18 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Los dos últimos partidos han servido para que el oviedismo se dé cuenta que vivía en una nube. Es lo que tiene la Segunda División, que cuando menos te lo esperas, te da un bofetón de realidad que te deja con el moflete caliente y la sensación de haber sido un estúpido. 

Tras 10 partidos sin perder y después de ganar un derbi 15 años después, todo parecía un cuento de hadas, una película de Hollywood con final feliz. Pero la Segunda no es así. Esta categoría se identifica más con Juego de Tronos. Como cometas un error, te cortan la cabeza

No era real pensar que el Carranza iba a ser un partido sencillo de ganar. Tampoco era muy lógico creer que a un equipo de Enrique Martín se le iba a meter mano fácil. El técnico navarro planteó un campo de minas que ni siquiera Berjón fue capaz de esquivar

Lo ha dicho Anquela por activa y por pasiva. El andaluz incluso ha soltado una de esas frases que encierran tanta verdad como espontaneidad: «A veces parece que predico en el desierto». Sería conveniente olvidar cualquier atisbo de «venirse arriba» y regresar a la trinchera. Queda todavía mucha guerra que librar hasta poder celebrar nada. 

Por cierto, hablando del desierto que fue ayer el equipo, hubo un pequeño resquicio a la esperanza, un oasis en el que descansar: Diego Fabbrini. El italiano está de vuelta y tiene algo, no se sabe el qué, pero ahí está. Busca la pelota, la pide, te la enseña y te la esconde. Si le da sentido colectivo a su juego, será un fichaje de invierno espectacular.