La mujer atacada por un oso en 2021, tras cuatro años de batalla legal: «No necesitaba el dinero, necesitaba que se hiciera justicia»

Sergio Muñoz Solís
Sergio M. Solís REDACCIÓN

ASTURIAS

Carmen Suárez, con muletas, junto a su hija, su yerno y su abogado
Carmen Suárez, con muletas, junto a su hija, su yerno y su abogado

La sentencia del TSJA obliga al Principado a indemnizar a Carmen Suárez con 84.000 euros tras una larga y tensa espera: «Estaban dispuestos a abonar los daños al ganado y no a una persona»

15 abr 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Todo comenzó el 30 de mayo de 2021. Carmen Suárez, vecina del pueblo de Sonande (Cangas del Narcea), salió a pasear al anochecer, alrededor de las 21.30 horas, tras cenar. Durante su caminata fue atacada por un oso pardo que apareció de entre la vegetación en una curva de la carretera. Erguido sobre sus patas traseras, el animal agredió a la mujer con un zarpazo que le provocó heridas en la cara y la derrumbó sobre el suelo, rompiéndole la cadera. Aunque también trató de arrastrarla para llevársela consigo, los acompañantes de la mujer, que iban más adelantados en el camino, lograron a gritos que el animal la soltara.

Tras ser intervenida de una cirugía de cadera y otra maxilofacial y un periodo de recuperación entre el HUCA y el Hospital Carmen y Severo Ochoa, de Cangas del Narcea, Carmen Suárez comenzó una batalla legal contra la administración para «hacer justicia». La víctima y su equipo de abogados reclamaron una indemnización al Principado tras el ataque del animal salvaje cuya resolución se ha demorado cuatro largos años.

Juan Ramón Campo, letrado de la mujer, revela que desde el inicio del procedimiento se encontraron «un muro frontal por parte de la administración regional», que obligó al equipo legal a acudir en dos ocasiones al Consejo de Transparencia y Buen Gobierno. «Nos dieron la razón, y aún así el Principado mantenía su actitud obstructiva», relata Campo, quien añade que ni siquiere se les facilitaba acceso al expediente del ataque. «Formulamos una reclamación de responsabilidad patrimonial en cuanto a daños ocasionados por fauna silvestre a la que, inicialmente, no respondieron. Después, la rechazaron interpretando que reclamábamos una resposabilidad en materia de carreteras», explica el abogado.

Vista de la localidad de Sonande, en Cangas del Narcea, en donde el paso domingo un oso atacó a una vecina
Vista de la localidad de Sonande, en Cangas del Narcea, en donde el paso domingo un oso atacó a una vecina J.L. Cereijido | EFE

Campo tilda la postura de la administración de «burlesca» y recuerda que el proceso requirió incluso de la declaración de dos testigos del ataque ante el Tribunal Superior de Justicia de Asturias, hecho que «no es nada habitual». «Había informes que sostenían que podía haberse defendido con un spray anti-osos o gritando y gesticulando», asegura. Otra reflexión que el equipo legal de la mujer puso sobre la mesa fue el diferente tratamiento legal a ataques a la cabaña ganadera respecto al ataque a Suárez: «Estaban dispuestos a abonar los daños ocasionados a los cultivos o al ganado y no a una persona». «¿Acaso valemos menos que un animal?», plantea Campo.

Finalmente, el TSJA ha condenado al Principado a indemnizar a Suárez con 83.600,77 euros. La sentencia, notificada el 11 de abril de 2025, considera probado que la administración autonómica no adoptó las medidas necesarias para evitar el ataque, a pesar de ser conocedora del riesgo existente en la zona.

Suárez, ya octogenaria, sigue viviendo en Sonande y ha acogido con alivio esta resolución: «No necesitaba el dinero, necesitaba que se hiciera justicia». La mujer, cuatro años después del ataque, revela que sigue con el miedo en el cuerpo y que el susto «va a ser para toda la vida»: «Solo de recordarlo ya se pone uno nervioso. Tuve suerte y puedo decir que sigo aquí». Suárez reconoce que estos años de espera hasta conocer la sentencia han sido «muy largos» y que «todo estaba en contra»: «Yo ya creía que no me iban a dar nada, pero vale más tarde que nunca», asevera. Por otro lado, la canguesa cree que su sentencia supone un bien para muchos vecinos de Asturias de zonas rurales en su situación, vulnerables a ataques de animales salvajes: «Si le vuelve a pasar a alguien, que Dios no lo quiera, están protegidos». 

José Antonio Rodríguez, yerno de la víctima, cree que la administración puso «todos los impedimentos posibles» para demorar el proceso porque «sabían que tenían las de perder»: «Muchas veces Carmen nos decía "me voy a morir y no voy a ver nada"». Rodríguez indica que el dinero «no quita el susto, ni el disgusto ni arregla nada» pero considera que «hace justicia» y sienta un precedente en la responsabilidad de la administración ante ataques de fauna salvaje.