Las conmovedoras palabras de la hija de uno de los mineros fallecidos en Cerredo: «Os vais haciendo tanto ruido como la pólvora»

Jose Coto REDACCIÓN

ASTURIAS

Villablino se llena de dolor en el adiós a los trabajadores muertos en Asturias. La ministra para la Transición Ecológica, Sara Aagesen, no pudo contener las lágrimas

02 abr 2025 . Actualizado a las 17:31 h.

El eco de la tragedia resuena en Villablino. Una multitud abarrotó este miércoles el polideportivo de la localidad leonesa para despedir a cuatro de los cinco mineros fallecidos en la explosión de grisú en la mina de Cerredo, en Degaña. Miles de personas se reunieron en el emotivo funeral, marcado por el dolor, la memoria y unas palabras que quedarán grabadas en todos los presentes.

«Santa Bárbara se equivocó con vosotros, pero no la culpo, yo también querría tener a mi lado a los mejores», pronunció con la voz rota por la tristeza Rebeca Radio, hija de Iván Radio, una de las víctimas. Su discurso, entre lágrimas y sollozos, sobrecogió a todos los asistentes, arrancando incluso las lágrimas de la ministra para la Transición Ecológica, Sara Aagesen, y la delegada del Gobierno en Asturias, Adriana Lastra.

Los féretros de Jorge Carro, Rubén Souto, Amadeo Bernabé Castelao e Iván Radio salieron del polideportivo a hombros, seguidos de sus familiares y en medio de un aplauso unánime que retumbó en el recinto. El entierro de David Álvarez, la quinta víctima, se celebró el día anterior en Torre del Bierzo.

Rebeca, de 24 años, agradeció la presencia de amigos, compañeros y vecinos en un adiós tan doloroso. «Esto no solo demuestra que todo el mundo está volcado con nosotros, sino también lo queridos que eran y lo acompañados que nos dejan», expresó con un nudo en la garganta. Haciendo pausas para contener el llanto, continuó: «David, Amadeo, Jorge, Rubén e... Iván... ¡Papi! Os vais haciendo ruido, tanto ruido como la pólvora cuando estáis. No os vais así sin que el mundo se entere; estáis en todos los periódicos, en las noticias, incluso en otros países».

El dolor se mezcló con el orgullo al recordar la fuerza y la determinación de los cinco mineros. «Si os soy sincera, no es de extrañar. Cualquiera que os conociera sabe que no sois de los que mueren en una cama en un hospital. Esto habría sido demasiado poco para vosotros. Habéis levantado la manta y el esfuerzo ha sido tan grande que ahora el país entero conoce vuestro nombre».

El eco de su pérdida es imborrable. «Y es que la pólvora no desaparece sin más. Deja huella, deja marca, se graba en la memoria de quien la escucha y la siente. Vosotros sois exactamente eso: vuestra ausencia retumba y nos sacude por dentro como la peor de las bofetadas de la vida. Nos rompe, pero también nos recuerda la grandeza de lo que fuisteis. Y lo mínimo que merecéis es que vuestro nombre resuene hasta el último rincón del mundo», proclamó entre sollozos.

El acto finalizó con el himno minero por excelencia, «Santa Bárbara Bendita», cantado a coro por la multitud. En esta ocasión, modificaron la primera estrofa de la popular canción. «En la mina de Cerredo, murieron cinco mineros», decía la nueva letra.

Antes de concluir su discurso, Rebeca se dirigió a su padre con unas palabras que partieron el alma de los presentes: «Solo tuviste un fallo: me enseñaste todo menos a vivir sin ti. El cielo y el espacio se van a quedar cortos. Estés donde estés, vas a ver como Nere y yo nos hacemos grandes. Aunque no tanto como tú, porque como tú no hay nadie».