La Comisión Europea baraja aplicar la protección comercial al aluminio y prolongará las salvaguardas al acero
20 mar 2025 . Actualizado a las 05:00 h.El plan establecido por la Comisión Europea para la salvaguarda de la producción de acero en el continente será «vital para regiones como Asturias». De esta forma valora el eurodiputado asturiano Jonás Fernández el «Plan de Acción para el Acero y los Metales» presentado ayer por el Ejecutivo comunitario, que busca dar apoyo a un sector en dificultades por el exceso de capacidad de producción de acero a nivel global, en particular en China, que está inundando el mercado europeo de importaciones que tiran a la baja los precios.
Desde Bruselas se ha propuesto mantener las salvaguardas comerciales que se aplican actualmente para evitar el exceso de importaciones de acero hacia la Unión Europea más allá de junio de 2026, cuando expiran, y han asegurado que incluso se estaría barajando la posibilidad de adoptar medidas similares para el aluminio. Un conjunto de medidas destinadas a reforzar la competitividad del sector siderúrgico y metalúrgico europeo.
El sector siderúrgico asturiano, con empresas clave en la región, sigue con atención estas decisiones, ya que la creciente entrada de acero extranjero, particularmente el de bajo coste procedente de China, está afectando a la producción y los precios. El eurodiputado asturiano Jonás Fernández intervino ayer en el Parlamento Europeo para solicitar que la revisión del Mecanismo de Ajuste de Carbono en Frontera (CBAM) —más conocido como el arancel ambiental— no genere nuevas lagunas que debiliten su efectividad. Durante la comparecencia del vicepresidente de la Comisión y comisario de Industria, Stéphane Séjourné, Fernández ha advertido que ciertas estrategias de simplificación del arancel ambiental podrían reducir su alcance y facilitar la entrada de productos que no cumplen con los estándares europeos.
En respuesta, Séjourné ha defendido con firmeza la producción de acero en Europa y ha señalado que el objetivo de la Comisión es que el «80% del acero utilizado en el continente sea de origen europeo», evitando así que el acero chino se convierta en un problema similar al que supuso la dependencia del gas ruso. Además, ha anunciado que, a partir del 1 de abril, se reducirá en un 15% la importación de acero en la UE, con el objetivo de frenar el deterioro del sector.
Elevado coste de la energía
Otra de las preocupaciones del sector es el elevado coste de la energía en Europa, que es entre tres y cinco veces superior al de Estados Unidos y supone un peso considerable en la producción de acero y aluminio. En este sentido, Bruselas ha instado a los Estados miembros a aprovechar la «flexibilidad» de las normas europeas para reducir los costes energéticos, mediante la reducción de impuestos y tarifas para industrias de alto consumo energético. Asimismo, el plan de acción buscaría favorecer el acceso rápido a las redes eléctricas y fomentar el uso del hidrógeno y del acero reciclado como alternativas sostenibles.
El sector del aluminio, que también tiene un peso en la industria asturiana, podría beneficiarse de futuras salvaguardas si se confirma que las importaciones descontroladas están afectando al mercado europeo. Bruselas estudiará la posible aplicación de restricciones, en respuesta a solicitudes de los Estados miembros. Además, la Comisión contempla una norma denominada «fundido y vertido», que permitiría identificar el país de origen del metal en función de dónde fue fundido, y no de su procesamiento final, con el objetivo de evitar que ciertos países eludan las salvaguardas.
Desde la patronal del acero Eurofer han valorado positivamente el plan de la Comisión, aunque han insistido en la necesidad de reducir aún más los costes energéticos para garantizar la viabilidad del sector en Europa. Por su parte, Séjourné ha enviado un mensaje de tranquilidad a los trabajadores siderúrgicos europeos, asegurando que el nuevo marco regulatorio garantizará un mercado del acero estable y competitivo dentro del continente.