
La pediatra y autora ovetense Lucía Galán, conocida como «Lucía mi pediatra», explica en su canal las causas y consecuencias de esta patología, una de las hipótesis que se barajan más habitualmente cuando menores de dos años ingresan en el hospital con síntomas similares a los presentados por la bebé de Anabel Pantoja y David Rodríguez
31 ene 2025 . Actualizado a las 17:55 h.Un juzgado canario se encuentra investigando las causas de las lesiones que presentaba la bebé de Anabel Pantoja y David Rodríguez cuando ingresó en el Hospital Materno Infantil de Las Palmas de Gran Canaria y ha tomado declaración a los dos padres como investigados.
Una de las hipótesis que se barajan en este tipo de casos es que el bebé padezca el «síndrome del zarandeo» o del «bebé zarandeado», pero ¿de qué se trata esta patología? La pediatra y autora ovetense Lucía Galán, conocida como «Lucía mi pediatra», explica en su canal que el síndrome del «bebé zarandeado» es una «patología grave» que observan los profesionales de la pediatría en puerta de urgencias, la cual «es tan frecuente como 100 casos al año diagnosticados».
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Lucía Galán apunta que la mayoría son casos de «bebés muy pequeños que, debido al zarandeo que se les da, se produce un cizallamiento del cerebro contra las paredes del cráneo». En este sentido, la pediatra apunta que «se dan unos microtraumatismos en la parte frontal y posterior del cerebro contra el hueso», lo que deriva en «hemorragias y lesiones cerebrales».
Esta patología es «grave» hasta el punto de que «el 10% de los niños con síndrome del zarandeo fallecen, y de los que sobreviven la mitad tienen secuelas graves» como daño cerebral, ceguera o sordera, entre otras. Se suele originar cuando se coge a un niño y se le mueve en exceso «porque llora mucho, tiene crisis de llanto, cólicos, a veces en atragantamientos los familiares se ponen muy nerviosos y lo zarandean».

Lucía mi pediatra indica que, en otras ocasiones, puede darse cuando hay «situaciones de maltrato infantil». Y es que «la cabeza de los niños menores de dos años es desproporcionadamente grande», ya que supone «un 25% del tamaño del resto del cuerpo». Sin embargo, «su musculatura cervical todavía es muy débil», con lo cual cualquier movimiento de zarandeo «produce un balanceo que es el causante de este roce y cizallamiento del cerebro contra el cráneo».

Esta profesional insiste en que «nunca se debe zarandear a los niños» ni «tirarles sobre la cama», aunque esto se haga «inocentemente como si fuese un juego». Asimismo, «si perdemos los nervios ante una situación» como la antes mencionada de atragantamiento, conviene tener en cuenta que «el zarandeo puede provocar estas lesiones graves e irreversibles».