Las manchas de la faba asturiana de este año: «Los concursos de mejor fabada van a tener que ser con faba de Bolivia»

E. G. B. REDACCION

ASTURIAS

Faba asturiana manchada de la plantación de José Manuel García
Faba asturiana manchada de la plantación de José Manuel García

«La cosecha de este año es una ruina. De plantearse si merece la pena seguir o no. La gente que se metió el año pasado está con el agua al cuello», dice José Manuel García, que hace 9 años cambió de la ganadería de leche al cultivo de esta IGP en Villayón

02 dic 2024 . Actualizado a las 09:56 h.

José Manuel García lleva nueve años cultivando faba asturiana en Arbón (Villayón). El año pasado tuvo un 50% de pérdida en la cosecha por la sequía y las lluvias de finales de agosto. Este año, que ha sido tan húmedo para el cultivo, ya está viendo que en una primera selección de 360 kilos, solo 100 salieron óptimos para vender. De primera calidad. «Te puede quedar una poca para segunda calidad, pero en una cosecha que otros años tenía de ocho toneladas, pues mira lo que voy a perder», explica este productor de la IGP Faba Asturiana, que ya calcula que tiene fincas en las que la mitad de la cosecha está perdida, pero en general calcula que la pérdida será del 75%.

El ciclo de este año ya comenzó con humedad a la hora de labrar, dice que lo sacó adelante y, cuando ya iba muy bien, con las plantas guapas, en verano, vino una plaga de orugas. Y entre que «los productos que el año pasado funcionaban, este año ya no funcionaban», que el litro de alguno de esos fitosanitarios costaba 490 euros y que, a finales de agosto y principios de septiembre, empezó a meterse de nuevo la humedad, esta ha sido la peor cosecha con diferencia. «Este año ya es de plantearsee mucho si merece la pena seguir o no», dice García. 

«El problema es que no nos dejan ninguna opción. Nos salió una mancha por antracnosis que sabíamos con qué tratar, pero ya no podíamos usar el producto que compramos toda la vida y los fitosanitarios que nos pusieron nuevos, aparte de que son más caros, son menos eficaces», deja claro. «Los años van a venir buenos, malos y regulares, en el campo es así. Yo tuve vacas de leche toda la vida y unos años vinieron buenos, otros malos y otros regulares. Estuvimos así siempre, el que trabaja en el campo sabe a lo que se expone, pero otra cosa es que nos tienen que dar las herramientas para afrontar esto. De nada me sirve vender este año las fabas a 15 o 16 euos si el año pasado las vendía a 10 cuando no voy a tener ni la mitad de la cosecha. Este año es una ruina», asegura.

Las ayudas, «aquí en Asturias es leche o carne»

Él hizo la transición de la ganadería a la faba asturiana. Como ya tenía naves, no tuvo que hacer inversión como los que se han incorporado en estos dos últimos años. «La gente que hizo incorporación, claro, quiere abandonar el sector, pero en cinco años no van a poder. O no se van a poder dedicar a otra cosa, no van a poder buscar trabajo en otro sitio. La gente que se metió el año pasado está con el agua al cuello y no hay nadie que mire para ellos», dice, recordando que si recibieron ayudas de Incorpórate al Agro tienen que estar cinco años de alta como autónomos.

«Lo tienen crudo porque si encima quieren marchar a trabajar a otro sitio tienen que devolver la subvención. Si no ganaron nada, ¿cómo van a volver a asociarse?» A través de COAG Asturias,se ha pedido a la Consejería de Medio Rural que analice la situación y proteja a los productores de faba asturiana, como se hizo el año pasado con las ganaderías afectadas por la sequía. «La consejería se tiene que poner las pilas con este sector, que además es un producto de aquí. Se están gastando el dinero en promoción y no sé qué van a promocionar el año que viene si seguimos a este ritmo. El dinero hay que gastarlo en ayudar a los que producimos para tener algo que promocionar».

Hace un año, por estas mismas fechas, se había celebrado una reunión con la directora de Agroalimentación tras la mala cosecha. José Manuel recuerda que les dijeron que estaban mal acostumbrados y que «tendríamos que tener seguros agrarios» cuando, zanja, «no te cubren nada de esto». Desde la consejería también les habían dicho que igual abrían una línea de ayudas por la sequía. Pero solo se abrió para la ganadería de leche o de carne.

«A los demás nada, ni a la huerta ni a nada, quizá al manzano, pero vamos, aquí en Asturias es leche o carne». La coletilla de que hay que diversificar sigue siendo eso, una simple coletilla para quienes no se dedican a la ganadería. José Manuel García tenía ganado de leche cuando se cambió a la faba asturiana. «En el campo trabajar con dos productos es muy diferente, es muy difícil. Llevar una ganadería tiene mucha mano de obra y no hay mano de obra. Entonces te dedicas a una sola y ahora te dicen que no, que deberías haberte dedicado a las vacas. Qué me expliquen qué quieren que hagamos», demanda.

La faba que resiste a la humedad 

También considera que debería impulsarse la investigación que se lleva a cabo sobre la faba asturiana en el Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario (Serida). Menciona las variedades de faba de granja mejoradas en el Serida para resistir enfermedades relacionadas con la humedad.

«Nos la presentaron como la futura faba de Asturias. Llevan 12 años investigando y en 12 años solo tienen 50 kilogramos de fabas». Y no le entra en la cabeza que sea así. «Si sabes que esa faba soluciona el problema, no la tengas en una urna», argumenta. «Asturias tiene la mejor faba del mundo, hay concursos de fabada asturiana por todos los lados pero dentro de poco van a tener que ser con faba de Bolivia».