«Los hijos de víctimas de violencia de género o son maltratadores o adquieren el papel de víctima»

Esther Rodríguez
Esther Rodríguez REDACCIÓN

ASTURIAS

Pedreda

Con el objeto de proteger, integrar y ayudar a los menores cuyas madres sufren el machismo en sus propias carnes nace en Asturias la fundación Sueña Corvera. «Aunque la ley reconozca a los menores su condición de víctimas, en la práctica están totalmente olvidados», aseguran desde la entidad

25 nov 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Se entiende por violencia de género cualquier acto que provoque daño o genere un sufrimiento físico, psicológico, sexual o económico en las mujeres por el simple hecho de serlo. Sin embargo, no son las únicas víctimas de este tipo de conductas que atentan principalmente contra la dignidad e integridad de las mujeres debido a la situación de desigualdad estructural y el abuso de poder ejercido por los hombres. Los menores también sufren las consecuencias de vivir en el hogar una experiencia de estas características. Ser testigos de estas situaciones genera en ellos «profundas marcas», les provoca efectos similares a los de ser directamente maltratados.

Los hijos de mujeres que soportan algún tipo de violencia de género padecen las consecuencias del machismo pero en estos casos realmente son víctimas invisibles. «Aunque la ley les reconozca su condición de víctimas, en la práctica están totalmente olvidados. No hay protección de ningún tipo hacia ellos porque, en verdad, no se les tiene en consideración», asegura la abogada especializada en violencia de género María Consuelo Pérez. Al no existir «programas específicos» de amparo a los menores en estos contextos, «a menudo son completamente ignorados, tanto por las autoridades como por la sociedad en general».

Para evitar que los niños y las niñas expuestos a situaciones de violencia de género en el Principado de Asturias queden en el olvido nace la Fundación Sueña Corvera. Esta entidad sin ánimo de lucro, creada por tres abogadas asturianas, centra desde este lunes, 25 de noviembre, todos sus esfuerzos en proteger, integrar y ayudar a los menores cuyas madres sufren el machismo en sus propias carnes. «A través de nuestra experiencia profesional e incluso personal, conocemos casos, vemos que los hijos de las víctimas son víctimas invisibles porque no hay protección de ningún tipo hacia ellos», lamenta la presidenta del colectivo. «La mujer ha salido de esa violencia sí pero es que los niños siguen expuestos», apunta María Consuelo Pérez. .

«El contacto con el maltratador sigue existiendo»

La abogada explica que cuando una madre denuncia que es víctima de violencia de género, «normalmente», se suelen abrir diligencias penales hacia el hombre que ejerce la violencia y después se decreta una orden de protección. Pero, aunque haya una orden de protección, los menores quedan excluidos ya que las visitas siguen dándose aunque sea a través de un punto de encuentro y, por tanto, «el contacto con el maltratador sigue existiendo». ¿Y qué pasa? «Que en el 99 por ciento de los casos se utilizan a los hijos para ejercer violencia vicaria contra la madre».

Una mujer víctima de violencia de género tarda aproximadamente ocho años en verbalizar su situación. Pueden incluso pasar los diez años si tiene hijos a su cargo. A esto hay que sumarle todo el tiempo que pasa desde que deciden denunciar hasta contar con una sentencia. Hay veces que pasan dos años hasta que se celebre el juicio», precisa la abogada asturiana. En todo este proceso que en resumidas cuentas es «muy largo», «los niños son utilizados de manera constante porque son una fuente de sufrimiento para la víctima, y que ve como ella está protegida pero sus hijos no». «Cuando ya matan o asesinan a los niños esa es la peor violencia que pueden ejercer», dice María.

Por regla general, «no se suelen suspender las visitas con el maltratador», salvo en situaciones muy excepcionales. Es por esta razón que desde Fundación Sueña Corvera buscan impulsar la reforma de los derechos de custodia y régimen de visitas del agresor para «anteponer siempre el interés y la seguridad del menor». «El niño está desamparado porque tiene que cumplir con las visitas por lo que sigue expuesto al maltratador», dice la letrada, antes de apuntar que en estos casos suele además haber «un maltrato psicológico que es muy difícil de demostrar».

El papel del psicólogo infantil

Crecer en un hogar marcado por la violencia condiciona el desarrollo de los menores y les crea profundo traumas. Pero, al no existir además psicólogos infantiles especializados en violencia de género, los niños y las niñas a diferencia de sus madres, «no reciben tratamientos psicológicos». El problema está en que «dependiendo del rol que adopten el día de mañana estos menores pueden ser conflictos o convertirse en víctimas». Para evitar que esto ocurra, desde la entidad que preside María Consuelo Pérez promueven que exista la figura de un experto en estas situaciones que profesionalmente pueda ayudar a los más pequeños de la casa.

Un protocolo de actuación en centros escolares

Los menores expuestos a situaciones de violencia de género presentan además un bajo rendimiento escolar, aparte de tener problemas con otros compañeros debido a su cambio brusco de comportamiento. Como en los centros escolares no cuentan con la formación ni tampoco saben cómo actuar ante estos casos, desde la Fundación Sueña Corvera reclaman un protocolo de actuación dentro del ámbito educativo en Asturias. «Que se ejecute la ley en ese sentido y que se desarrolle abriendo ese protocolo», exige la abogada, quien comprende que los docentes no tomen a día de hoy cartas en el asunto cuando son testigos de una situación de estas características.

Protección en sede judicial

En el caso de que un hijo presencie algún episodio de violencia hacia su madre y el juez lo admita puede ser uno de los testigos del juicio. «Depende mucho de la edad que tenga», precisa María, quien subraya la importancia de adaptar el procedimiento a las necesidades emocionales y psicológicas del menor. De ser necesario, el relato de los hechos debe llevarse a cabo en un «espacio físico adecuado» que no solo reconozca su facultad a «ser oído» sino también a recibir «apoyo y protección» durante todo el proceso judicial. Promover por tanto la tutela y la efectividad de los derechos de los menores en sede judicial es otro de los objetivos de la recién creada plataforma.En este sentido, es muy importante tener en cuenta que los menores «deben ser considerados víctimas directas de la violencia que se ejerce sobre sus madres».

La importancia de cuidar a la madre

Pero para poder ayudar a los menores, la Fundación Sueña Corvera ve «fundamental» convertir a la madre víctima de violencia de género en «agente activo» del proceso de recuperación de sus hijos. «Para que ellos estén bien su madre tiene que estar bien por eso vamos a ayudar a las mujeres a todos los niveles, tanto de asistencia legal como de orientación integral para que sepa qué medios tiene a su alcance», dice la abogada.

En el momento que la madre esté «recuperada», desde la entidad asturiana centrarán todos sus esfuerzos en acabar con el sufrimiento de los menores. «Normalmente los hijos de víctimas, desgraciadamente, o son maltratadores o adquieren el papel de víctima. Entonces, si no queremos que eso se repita es ahí donde tenemos que trabajar», dice la presidenta del colectivo, que busca también servir de plataforma y punto de encuentro de todas las personas afectadas por las situaciones que la fundación tutela.

Concienciar sobre esta problemática

Por supuesto, desde Sueña Corvera tratarán de sensibilizar a la sociedad y a los poderes públicos sobre las necesidades de los menores expuestos a situaciones de violencia. «Ignorando a la víctima más vulnerable contribuimos a perpetuar el problema de base», aseguran desde la fundación antes de señalar que «que la violencia sobre las mujeres siga creciendo y creciendo, a pesar de la atención mediática y de los esfuerzos en la materia, es solo la punta del iceberg de un problema del que se tiene en realidad muy poco conocimiento», aseguran.

Denuncia la situación

Si eres víctima de violencia de género no dudes en ponerte en contacto con la Fundación Sueña Corvera. Puedes hacerlo en el siguiente número de teléfono: 604 812 405 o a través del siguiente email: infocorverasuena@gmail.com También puedes pasarte por las oficinas de la entidad que se sitúan en el bajo número 6 de la calle Armando Palacio Valdés, en Las Vegas, en Corvera (Asturias)

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