Black Dragon capta nuevos inversores españoles para la mina de oro de Tapia, la mayor de Europa sin explotar

ASTURIAS

Concentración contra la mina de oro
Concentración contra la mina de oro PEPA LOSADA

«Son inversores sofisticados y de alto patrimonio radicados en España»; mientras, continúa la tramitación administrativa del proyecto, que ha generado una intensa polémica en la zona

11 nov 2024 . Actualizado a las 21:35 h.

Black Dragon Gold, que impulsa a través de su filial española, Exploraciones Mineras del Cantábrico (EMC), el proyecto para explotar una mina de oro en Salave (Tapia), anunció en su página web que ha incorporado a su plan «inversores sofisticados y de alto patrimonio radicados en España».

La empresa no desvela, al menos por ahora, quiénes son sus nuevos socios. El presidente ejecutivo de Black Dragon Gold, Dominic Roberts, señala en un comunicado que «estamos encantados de haber atraído nuevos inversores españoles clave al registro de la empresa. Tenemos muchas ganas de trabajar con ellos y alinear nuestros objetivos corporativos inmediatos para avanzar en el programa de permisos» para la explotación de la mina de oro del Occidente de Asturias, apunta el dirigente de la corporación.

El pasado 31 de octubre, Black Dragon Gold hizo un repaso de la situación actual en su página web, y de los avances y retrasos en la tramitación ocurridos durante el tercer trimestre del año. «Hemos visto un cambio de sentimiento positivo hacia nuestro proyecto para extraer 1,5 millones de onzas de oro», asegura la corporación.

El proyecto de la mina de oro, que ha generado una importante controversia en la zona y en Asturias, está pendiente de varios frentes. «A un nivel local, el Ayuntamiento de Tapia de Casariego continúa considerando la solicitud para cambiar el uso de la tierra en Salave de agrícola a industrial, para permitir la actividad minera», indica Black Dragon Gold. No es la primera vez que la empresa solicita un cambio en el Plan General de Ordenación (PGO) para que los terrenos, calificados actualmente como suelo no urbanizable de interés agropecuario y forestal, con especial protección de cauces fluviales, sean catalogados como no urbanizables de interés minero.

En el pasado mandato municipal, la ex alcaldesa de Tapia, Ana Vigón, rechazó inicialmente esta propuesta con un decreto, pero a la segunda tentativa el gobierno municipal liderado por Pedro Fernández ha admitido la propuesta a trámite, lo que no significa que se vaya aprobar.

Por otro lado, la corporación británica está a la espera de la declaración de impacto ambiental, que depende del Principado de Asturias.

«Permanecemos en comunicación regular con las autoridades locales y autonómicas para progresar en su aprobación y en los cambios de zonificación relevantes para el proyecto», concreta Black Dragon Gold, que resalta que «varias partes interesadas a favor de la minería expresaron su frustración por el lento proceso relacionado con el progreso de la evaluación de impacto ambiental».

A lo largo de las últimas décadas ha habido sucesivas tentativas de aprovechar el yacimiento de oro de Salave, considerado el mayor o uno de los mayores de Europa sin explotar. El proyecto de Black Dragon, con una inversión estimada en cien millones de euros, ha generado un intenso debate público.

La corporación promete empleos, cifrando los puestos de trabajo directos en «entre 150 y 200», y los indirectos en cerca de un millar, en una zona que se está despoblando. Los críticos con el proyecto cuestionan esas cifras y señalan que la mina «devastará» el paisaje y el medio ambiente, reclamando poder vivir de los trabajos tradicionales: pesca, agroganadería y turismo.