Galicia y Asturias, un paraíso para el castaño ante el cambio climático

Xosé María Palacios Muruais
XOSÉ MARÍA PALACIOS LUGO / LA VOZ

ASTURIAS · Exclusivo suscriptores

En zonas de Os Ancares la persencia del castaño es todavia habitual
En zonas de Os Ancares la persencia del castaño es todavia habitual ALBERTO LOPEZ

El oriente gallego y el occidente asturiano ofrecen unas idóneas condiciones de temperatura y de humedad

08 ago 2024 . Actualizado a las 22:45 h.

El oriente de Lugo y el occidente de Asturias son dos zonas que destacan por su biodiversidad. No se trata de una ocurrencia sino de una idea que expresa Emilio Díaz Varela, profesor del Departamento de Produción Vexetal de la Escola Politécnica Superior del campus de Lugo (USC). La riqueza que hay en esas comarcas, explica del docente, puede medirse desde un punto de vista forestal, pero conviene tener en cuenta la aportación ambiental y cultural que ofrecen.

Una prueba de esa importancia se desveló el pasado otoño, pues en diez municipios del oeste asturiano aparecieron tres variedades de castaños de las que no se sabe ni el nombre. Si se traslada la importancia a un futuro más o menos cercano, el valor incluso se acrecienta. Dentro del noroeste peninsular, afirma Díaz Varela, esas son zonas en las que el castaño aparece como un lugar idóneo para resistir problemas que acompañen al cambio climático.

Aunque se expresa con prudencia y recalca que esas predicciones no son dogmas, apunta que el clima de esas comarcas propicia unas condiciones de temperatura y de humedad en las que el castaño puede resistir mejor. El hallazgo de tres variedades de las que no se tenía noticia sirve para apreciar el valor del oeste asturiano en este asunto, pero la riqueza, advierte Díaz Varela, no se detiene ahí: en esa zona, por ejemplo, hay más de media docena de variedades que sí se conocen.

Que los castaños aporten una riqueza que rebasa lo forestal y se adentra en lo ecológico y hasta en lo etnográfico está muy relacionado con el cuidado de los soutos. Estudios de científicos, entre ellos investigadores del campus lucense, destacan que esa riqueza afronta riesgos porque la población de esas zonas está cada vez más envejecida y la falta de relevo generacional es más que una hipótesis.

«Onde hai soutos, xéranse elementos de identidade cultural», afirma Díaz Varela, que recuerda el valor de actividades como los magostos o la Festa da pisa da castaña de Froxán (Folgoso do Courel). El profesor del Campus Terra considera que a toda esa riqueza se le saca provecho «pero menos do que se podería»; sostiene que los soutos ofrecieron tradicionalmente un aprovechamiento multifuncional, que va de las castañas a la madera pasando por la protección contra el viento, y que conviene conservarlo.

Esa conservación depende de la presencia de población en aldeas, una cuestión que seguramente no se resolverá si las administraciones no adoptan medidas. «Ao mellor falta eso», explica Díaz Varela cuando se le pregunta si se ha pedido a los poderes públicos que tomen medidas. De todos modos, advierte de que la función primordial de su grupo de investigación es el trabajo de campo, que además se lleva a cabo en colaboración con equipos de otros lugares. Esos planes, en los que intervienen las universidades de Oviedo y de Granada, reflejan que las preocupaciones por la conservación ambiental están por encima de criterios territoriales o de divisiones administrativas.