El estremecedor testimonio de una vecina que se topó con el parricida de Ribera de Arriba: «Se estaba riendo y me tiró la cabeza al maletero»
ASTURIAS
«No daba crédito a lo que estaba pasando; cuando vi el capó lleno de sangre ya me di cuenta de lo que sucedía», señala una de las primeras personas que presenció el escalofriante suceso
09 abr 2024 . Actualizado a las 21:25 h.«Se puso delante de mí. Estaba riéndose o medio riéndose; y me tiró la cabeza al maletero». Esta es la imagen que recuerda una de las primeras personas que presenció el estremecedor suceso que ha asolado a Ribera de Arriba. De esta forma lo cuenta Arancha Lombán en los micrófonos de TPA: «Venía de trabajar a las diez y pico de la noche. En la glorieta me encontré a una persona desnuda y cuando me acerqué vi que tenía el torso ensangrentado y una cabeza en la mano».
Lombán cuenta en la televisión pública que «no daba crédito a lo que estaba pasando». Esta vecina fue testigo de cómo el parricida asturiano, de 46 años, portaba en la mano la cabeza de su padre, de 71, después de haberlo de decapitado. «Dije: no puede ser, no puede ser. No daba crédito a lo que estaba pasando. Ya cuando vi el capó lleno de sangre ya me di cuenta de lo que sucedía», recuerda la vecina, quien asegura que «el miedo que tenía era que se metiera dentro del coche».
Como pudo, añade, salió de la glorieta y aparcó su vehículo a un lado de la carretera para llamar a emergencias: «Él siguió por ahí y había gente a la que estaba amenazando y tirándose encima de los coches». Una escena reciente la de anoche que todavía le viene a la mente: «Estoy más o menos bien, pero de vez en cuando me viene alguna imagen de la cabeza».
«No es normal que una persona que no daba problemas de repente haga algo así»
Mónica Lombardo es otra de las vecinas de Ribera de Arriba que explica a TPA cómo está afrontando el sobrecogedor asesinato: «Es como quedarse frío, no ye pa' otra cosa». Cuenta que el presunto asesino estaba buscando una casa en el pueblo, según otra vecina que está vendiendo su vivienda: «Si nos lo llega a llevar para el pueblo nos morimos». Además, Miriam González, otra residente de la zona, relata que lo que siente es «terror». «No es normal que una persona que no daba problemas de repente haga algo así», lamenta.