La espectacular bajada del abandono escolar en Asturias: doce puntos en una década

L.O. / E.A

ASTURIAS

F. Sotomonte

La salida de las etapas obligatorias afecta mucho más a los varones que a las mujeres

20 ago 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

La Gran Recesión, la crisis de deuda internacional que devino en un estallido de la burbuja inmobiliaria en España, tuvo un impacto tan grande que todavía es difícil de medir. Las recetas de austeridad salvaje que se impusieron la década pasada todavía lastran los salarios y el poder adquisitivo de gran parte de los trabajadores del país. Puesta a buscar algo positivo, el susto sirvió para contener un grave problema social: el abandono escolar temprano.

La salida de los tramos de educación obligatoria para encontrar un trabajo (especialmente en la construcción) dejó de percibirse como una alternativa viable. En todas las comunidades los avances en esta materia ha sido notable, en Asturias espectaculares, un descenso de doce puntos en una década.

Esto deja a Asturias en una situación mucho más favorable que la que marca el objetivo de la Unión Europea para el año 2030, que pretende que el abandono educativo temprano no supere el 9 %. En el último decenio todas las autonomías han reducido el abandono, pero aquellas que lo tenían más alto han logrado bajarlo más porque partían de peor situación. Es llamativo el caso de Extremadura, que pasa del 33,6 % en el segundo trimestre del 2013 al 8 % en el mismo período del 2023. En Andalucía y Canarias también hay una diferencia llamativa, en el primer caso del 31,6 al 17,1 % y en el segundo del 30,2 al 13,5.

El nivel de estudios de la población joven crece de forma constante desde la democracia. Así lo constata el investigador y doctor en Economía Florentino Felgueroso, autor de los datos, que subraya que en aquel momento se rozaban cifras próximas al 70 % de abandono. La burbuja inmobiliaria provocó que, en la década de los 2000, las tasas se estancasen en torno al 30 %, sobre todo en las comunidades donde la construcción tenía más importancia. En general, «tanto aquí como en otros países como Italia, Grecia o Turquía, las regiones del sur tienen unas tasas de abandono temprano más elevadas», apunta. 

En el caso de Asturias el descenso es del doce puntos en los últimos diez años, tomando las cifras que van desde 2013 hasta 2023. El abandono escolar estaba hace una década en el Principado en un porcentaje muy elevado, hasta un 20,7% en ese tiempo ha conseguido reducirse hasta el 8,4%.

En general el abandono escolar temprano se da más en las comunidades del sur que en las del norte. En la cornisa cantábrica, en todo caso, Asturias tiene las peores cifras. Ya hace una década tenía la segunda tasa más elevada (sólo superada por Galicia que llegaba e 2013 al 22,7) y lejos de Navarra, País Vasco o Cantabria (que rondaban entre el 10% y el 12%). La variación en este tiempo de Asturias es, eso sí, significativa, porque las comunidades forales y Cantabria han logrado reducir la brecha pero en unos cuatro puntos, mientras que el Principado multiplica por tres ese esfuerzo. Galicia es en el norte la comunidad que ha logrado un avance más intenso llegando en este 2023 al 7,4%.

En la página web del Ministerio de Educación se señala que  abandono educativo temprano, definido como el porcentaje «de personas de 18 a 24 años que no había completado la segunda etapa de Educación Secundaria (FP de Grado Medio, Básica o Bachillerato) y no seguía ningún tipo de formación» llega a un media del 14% en el conjunto del país. El avance de la última década fue muy significativo y en ello ayudó un impulso muy destacado (con descensos de más de dos puntos) en los cursos marcados por la pandemia del coronavirus.

El Ministerio destaca además que desde 2012, la tasa de abandono temprano en España ha disminuido casi 11 puntos, pasando del 24,7% al 13,9%. La diferencia entre hombres (16,5%) y mujeres (11,2%) sigue siendo muy significativa (5,3 puntos porcentuales), pero cabe destacar que la tasa de abandono temprano masculino mejoró en 2022 con un descenso de 0,2 puntos.

A finales del pasado mes de junio, la ministra Pilar Alegría, resaltó el caso de Asturias como «ejemplar» en el desarrollo de actuaciones para la mejora del sistema educativo y la reducción del abandono escolar temprano. Lo hacía en referencia al programa PROA+, dirigido especialmente a la orientación, avance y enriquecimiento educativo con el objetivo de ofrecer apoyo y orientación al alumnado en situación de vulnerabilidad educativa y de reducir las tasas de abandono escolar temprano. En ese programa participan 89 centros, 79 de la red pública y 10 de la red concertada, en Asturias, con datos del curso pasado.

«El factor que más influye es el nivel educativo de los padres, es básico»

Hay varios factores, apunta Florentino Felgueroso, que influyen en que los datos de abandono educativo prematuro sean más altos en el sur que en el norte. Por un lado está el hecho de que la población juvenil se concentre en las autonomías del sur y que las primeras oleadas de la inmigración, atraídas por la burbuja inmobiliaria, se asentasen en esas zonas. Estos primeros colectivos de inmigrantes tenían un nivel educativo bajo, lo que influye en los datos. Las siguientes oleadas de inmigración, explica el economista, ya presentan un nivel educativo mayor.

Pero si hay un componente esencial y determinante en el nivel educativo de la población joven ese es el entorno familiar: «El factor más importante es el de los padres, aquellos que tienen estudios superiores o que no han abandonado la escuela de forma temprana sus hijos normalmente también tienen un nivel educativo alto. Generación tras generación estas diferencias se van acortando pero en estos casos ya parten de una situación mejor», apunta este economista.

La burbuja afectó de modo negativo a los varones por lo que se abrió una brecha entre el abandono escolar de hombres y mujeres, una diferencia que se ha ido acortando. En cuanto a la evolución de algunas comunidades como puede ser la de Extremadura, que pasó de ser la primera autonomía en abandono temprano y ahora tiene uno de los porcentajes más bajos, matiza Felgueroso que han podido influir las distintas políticas educativas de cada comunidad y en todo caso son análisis que requerirían estudios más específicos.

El sistema educativo asturiano llegó a mayo con estudios que le dejaban en buen lugar. A finales del mes, con algunas demoras marcadas por las elecciones regionales y la reticencia de algunas comunidades para dar a conocer sus cifras, el Principado presumía de las conclusiones del Estudio Internacional de Progreso en Comprensión Lectora (Pirls), elaborado por la OCDE y en el que Asturias logró 550 puntos, 29 por delante del promedio español y 22 por encima de la media de la Unión Europea. Los alumnos asturianos están solo por detrás de los de Irlanda, Irlanda del Norte, Inglaterra, Croacia y Lituania. Con esta evaluación, si Asturias fuera un país independiente sus datos serían mejores que los de Finlandia.

En su nota el Principado puso énfasis en la homogeneidad de su sistema educativo: más de la mitad del alumnado evaluado logra un nivel alto o avanzado, y la práctica totalidad de los centros se encuentra por encima de la media internacional. Es decir que no hay grandes diferencias dentro del territorio asturiano y la calidad es similar en toda la comunidad. En cuanto a los factores de contexto también analizados en 'Pirls', el Principado ha señalado que en Asturias «apenas se detectan diferencias» entre niños y niñas en comprensión lectora, que hay 83 puntos de diferencia entre el alumnado escolarizado en el curso correspondiente a su año de nacimiento y el repetidor, o la estrecha vinculación entre los óptimos resultados y la percepción de la propia competencia lectora.