La cara y la cruz del deporte

M.N.M. REDACCIÓN

ASTURIAS

La actividad física tiene muchísimos beneficios para la salud, pero puede ser muy perjudicial si se incurre en excesos y no se toman las precauciones necesarias

04 dic 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El deporte es altamente recomendable para tener una buena salud. La práctica frecuente de ejercicio tiene unos beneficios extraordinarios para nuestro organismo. Su reverso, el sedentarismo, acarrea numerosos problemas como el sobrepeso, los problemas musculares, riesgos de enfermedades cardiovasculares o diabetes, y una mayor propensión a algunas enfermedades mentales como la ansiedad y la depresión. Sin embargo, aunque todo esto es cierto, también lo es que el deporte puede ser perjudicial si no se afronta debidamente. Los excesos, la práctica inadecuada o la falta de consciencia sobre qué puede sentar bien o no al organismo pueden tener consecuencias que van desde la gravedad de una dolencia cardiovascular, que puede incluso provocar la muerte, a lesiones musculares y articulares o tendinitis

La Cara

El deporte, practicado adecuadamente, es fuente de salud. Estas son algunas de las ventajas de la práctica.

1. Fortalece los músculos y los huesos. Una persona que haga deporte tendrá los músculos más tonificados, y los huesos mejor protegidos, lo que le facilitará la movilidad en su día a día. Además, el cuerpo estará más compensado y equilibrado.

2. Mejora la circulación. El deporte hace trabajar al corazón. Estar en forma es tener un corazón más sano, que bombee más sangre con menos pulsaciones, y unas venas y arterias en mejores condiciones de las que estarían si la persona llevase una vida sedentaria.

3. Previene enfermedades. Las dolencias cardiovasculares y la diabetes tipo 2 están entre las enfermedades con más prevalencia en el mundo actual, y está demostrado que el ejercicio físico ayuda poderosamente a evitar su aparición. El ejercicio ayuda a gestionar más eficazmente el funcionamiento interno del organismo. También ayuda a luchar contra las enfermedades reumáticas.

4. Ayuda a combatir el estrés. El deporte proporciona relajación y bienestar, y ayuda a regular con eficacia el cortisol, la llamada «hormona del estrés», muy necesaria para la actividad diaria pero también muy limitante si sus parámetros se disparan.

5. Mejora las condiciones del sueño. Este punto está relacionado con el anterior. El deporte deja el organismo en unas condiciones de relajación que propician mucho más el sueño reparador que la vida sedentaria.

6. Previene las enfermedades mentales. Enfermedades como la ansiedad y la depresión, que tienen una prevalencia cada vez mayor en nuestra sociedad, tienen un enemigo muy poderoso en el deporte. La actividad física ayuda a reducir los riesgos de que aparezcan. Por una parte, con la liberación de endorfinas, sustancias del organismo que producen bienestar. Por otra, ayuda a tener la mente más centrada y libre de preocupaciones, y mejora la autoestima de quienes lo practican.

7. Mejora la vida social. Aunque no siempre se da esa circunstancia, en la mayoría de ocasiones la práctica deportiva ayuda a que personas con afinidades se encuentren y disfruten de la compañía mutua. Están, obviamente, los deportes de equipo, en los que suele haber un sentido de comunidad y un compañerismo muy saludables. Pero incluso en los individuales surgen afinidades también muy beneficiosas. 

La Cruz

El deporte, que en su versión correcta es indudablemente beneficioso, puede ser muy perjudicial si no se afronta con las precauciones adecuadas. Estos son algunos de sus peligros. 

1. Enfermedades cardiovasculares. Las dolencias cardíacas suelen llegar cuando el deporte se practica sin control. En ocasiones, pueden incluso provocar la muerte. No es raro que aparezcan casos de muerte súbita o de infartos masivos en carreras que tienen una alta exigencia física y que, en muchas ocasiones, no se afrontan con todas las garantías.

Uno de los problemas más comunes es el de la gente que no ha hecho nunca deporte, y que en muchas ocasiones tenía hábitos poco saludables como el tabaco y la bebida y que, a edades avanzadas, con cuarenta y cinco o cincuenta años, empieza a practicar deporte muy a menudo, con mucha intensidad y sin un control médico adecuado.

También está el problema del culto al cuerpo, de gente que para conseguir una musculatura voluminosa toma esteroides o alimentos hiperproteicos sin control, lo que constituye también un algo riesgo para su salud cardiovascular.

La moderación, sobre todo a partir de la cuarentena, es siempre la mejor opción. Y, en todo caso, si el deportista quiere ponerse metas altas y afrontar retos difíciles y muy exigentes, lo mínimo que debe hacer es someterse a un chequeo médico: un electrocardiograma, una prueba de esfuerzo y una analítica. De este modo, podrá saber si tiene algún tipo de limitación o alguna dolencia que le impida exigirse demasiado sin riesgo para su vida. 

2. Lesiones. El deporte ayuda a fortalecer los músculos y los huesos, pero también puede dañarlos. Más allá de las lesiones habituales de los deportes de contacto, en los que se pueden producir roturas de músculos y huesos, existen otras lesiones asociadas a la práctica que casi siempre están relacionadas con malos hábitos o con las características del deporte en sí.

Un buen ejemplo es el de correr. La carrera, que es muy beneficiosa para el organismo, puede convertirse en un gran enemigo de las articulaciones, especialmente de las rodillas, que son las que más carga soportan. Al correr se castigan irremediablemente las rodillas, y si no se corre de forma moderada, a partir de ciertas edades empezarán sin duda a dar problemas. Es muy necesario, además, un buen calzado para evitar que las deficiencias en la pisada puedan afectar a las plantas de los pies y a las propias articulaciones.

En la mayoría de deportes, las lesiones pueden aparecer por no llevar a cabo un calentamiento, y también por no realizar estiramientos una vez que termina la práctica. El calentamiento ideal debería mover todo el cuerpo. Pero, si no es así, al menos deberían calentarse bien las partes que más sufrirán con el deporte: en la mayoría de los casos, la parte inferior del cuerpo, desde la zona lumbar hasta los pies. Y en deportes como el tenis o el pádel, los hombros y los brazos. En cuanto a los estiramientos, este es quizá el hábito que más cuesta inculcar, ya que el deporte ya se ha realizado sin lesiones aparentes, y ya no preocupa tanto la prevención. Sin embargo, los estiramientos son muy necesarios porque ayudan al cuerpo a asumir mejor la carga del deporte que se ha hecho y previenen la aparición de problemas en la práctica siguiente. Si no se calienta y se estira bien, en muchos deportes se dan contracturas musculares y lesiones tendinosas.

Para prevenir las lesiones al hacer deporte —aunque no se puede garantizar al ciento por ciento— es muy conveniente calentar unos diez minutos antes de comenzar la práctica y dedicar otros diez a estirar una vez que ésta ha concluido. 

Todos los deportes tienen cierto riesgo, pero los hay mucho más saludables que otros. O eso es lo que opinan muchos especialistas.

Entre los más recomendables está la natación. Es un deporte en el que se trabajan todos los músculos y en el que hay muy poco riesgo de traumatismo. Su único enemigo podrían ser otras dolencias poco compatibles con el agua como las otitis o ciertas enfermedades de la piel.

Y, quizá por encima de cualquier otra práctica, la más recomendada por los médicos es caminar. Lo bueno de caminar es que castiga poco las articulaciones y, también, que cada persona puede adaptar el ritmo a su condición física. Lo más recomendable es caminar con cierta intensidad, y hacerlo con cierta frecuencia.

Los problemas del deporte llegan cuando quienes lo practican lo ven solo como un reto, como una forma de superarse. Esto, que no tiene por qué ser malo, puede convertirse en un problema si no se controla la propia salud o sí se buscan metas excesivas. Nadar es, para mucha gente, una práctica aburrida. Y caminar no libere, quizá, suficiente adrenalina para quienes quieren emociones fuertes. Pero hay otra forma de ver las cosas. Si con el deporte buscamos encontrarnos mejor, tener más energía, dormir mejor y, en general, darle un buen empujón a nuestra salud, tendremos en él el mejor aliado y practicarlo nunca será un error.