La presidenta de la Comunidad de Madrid celebró un encuentro del PP con empresarios de Gijón y defiendió su tweet con el bulo de la prohibición del vino
29 abr 2022 . Actualizado a las 13:52 h.La presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso acudió a un acto organizado por el PP en Gijón, junto a empresarios, en el que expuso las, a su juicio, enormes ventajas del modelo de «libertad» de la capital del Estado frente a una Asturias gobernada por el socialismo en la que «el sistema se para, se expulsa a los jóvenes, se anestesia todo» y añadido que «del socialismo se sale».
«El socialismo no funciona por más que sea una maquinaria perfecta de venta de sentimientos y mejores intencione », ha asegurado la presidenta para poner en valor el modelo económico y fiscal de la Comunidad de Madrid.
En un discurso con varias alusiones a la libertad y crítico con la gestión de los gobiernos socialistas, la dirigente popular ha incidido en que ni prohibir el vino, la carne, los azúcares o los sentimientos «va a ayudar a nada» sino que va a generar «más agravio y división».
Frente a ello ha puesto en valor el modelo que su Gobierno pone en práctica en la Comunidad de Madrid basado en «una economía social de mercado que apuesta por la libertad empresarial, unos servicios públicos de la máxima calidad, la colaboración público-privada» y que está al servicio de los ciudadanos.
Un modelo económico y político que «huye de ideologías para gobernar para todos», ha dicho Díaz Ayuso, para quien «ni la lucha contra la covid, ni el cuidado del medioambiente pueden ser pretextos para que la administración arremeta contra el sector privado».
«Madrid es la región con los impuestos más justos de España» por ser los más bajos y estar supeditados a los principios de justicia, generalidad, progresividad, distribución equitativa de la carga tributaria y porque no son confiscatorios, ha sostenido.
En su intervención ha contrapuesto las cifras económicas de Asturias y Madrid asegurando que desde 2008 en Madrid el PIB ha crecido un 7,5 por ciento y en Asturias ha caído un 10 por ciento o que en la Comunidad la población ha crecido en un más de medio millón de personas mientras que en el Principado ha caído en 60.000 personas.
La presidente madrileña ha negado que exista dumping fiscal por parte de Madrid al rebajar impuestos frente a otras regiones como Asturias y ha añadido que, en todo caso, eso existe entre «plazas internacionles». En la misma intervención ha asegurado que Madrid sí compite pero de forma sana con Andalucía y que es el ejemplo que debería tomar Asturias con rebajas fiscales para que sus ciudadanos fueran «más ricos».
Ayuso afirmó en Gijón que Asturias tiene «ocho impuestos propios y Madrid no tiene»; pero este dato no es correcto: el Principado tiene cuatro.
Ayuso también ha sido preguntada en Asturias por el peaje del Huerna, en la AP-66, que asciende actualmente a unos 14 euros por turismo y viaje en la autopista que conecta el Principado y la meseta.
La presidenta madrileña ha dicho que en su viaje a Asturias ya preguntó a sus compañeros del PP sobre ese peaje que tiene un precio «altísimo» y que considera «sorprendente». Ha explicado que el PP trabajará para reducir ese dinero que hay que pagar.
Respecto a la polémica surgida a raíz de un tuit publicado en redes sociales denunciando que el Gobierno central quiere prohibir el vino en los menús y ha señalado que no va a eliminarlo y que se ratifica en lo dicho, pese a que no es cierto.
Díaz Ayuso ha asegurado que está comprometida con el sector de la hostelería, el de los bodegueros y la alimentación española, que «muchas veces está en el punto de mira de muchos políticos que lo cuestionan».
«Tenemos que sacar pecho por nuestros productos gastronómicos y quien pretenda cambiar nuestros hábitos e imponerlos como lo han hecho con muchas otras cosas nos va a tener enfrente», ha advertido la presidenta, que ha afirmado que España es un país libre y «nada es incompatible».
Según citó Efe, preguntada por las críticas que recibe Vox, la presidenta ha indicado que el partido que lidera Santiago Abascal es «el señuelo para tapar todo lo que ocurre».
«Antes lo era Franco pero como ya no cuela, como lo han movido incluso de su tumba y nadie se ha levantado porque los españoles estamos a otras cuestiones, ahora todo se tapa con Vox», ha sostenido la dirigente del PP, quien ha considerado que se debe a que muchos políticos «no tienen nada que proponer» y se dedican a «promover instintos» y «crear odios contra partidos como PP y Vox».
Díaz Ayuso, que ha acusado de actuar así a formaciones que al mismo tiempo están «pactando con ETA, los nacionalistas y con todos aquellos que abiertamente son enemigos declarados de España», ha abogado por que estos partidos expliquen a los ciudadanos qué proyecto de país tienen y por qué es bueno ir a votar a un partido o a otro.
La popular ha considerado que culpar a Vox es una «excusa» pero por más que lo intente el gobierno «cada vez tiene menos recorrido».
Además, ha criticado este viernes que el Gobierno central se haya apoyado en Bildu y no en el PP para sacar adelante el decreto para paliar las consecuencias económicas de la guerra de Ucrania y ha considerado que la lucha por el poder le hace a Pedro Sánchez «abrazarse al mismo diablo».
«Hoy España tiene un Gobierno que pacta decididamente con el brazo político de ETA y prefiere tener estos socios que al principal partido de la oposición, que es el que le va a sustituir en la Moncloa», ha dicho la presidenta madrileña en un encuentro con empresarios celebrado en Gijón.
La presidenta autonómica ha denunciado que el de Sánchez es «un Gobierno a la deriva que ni tiene ni la decencia de explicar cómo se puede pactar con ETA absolutamente nada».
También ha criticado la entrada de grupos parlamentarios nacionalistas en la comisión de secretos oficiales del Congreso de los Diputados y ha acusado a su presidenta, Meritxel Batet, de «cambiar las reglas» del poder legislativo para «salvar los muebles del ejecutivo».
«El presidente del Gobierno gestiona el poder pero no gestiona España», ha denunciado Díaz-Ayuso, quien ha considerado que el Gobierno «no mide las consecuencias» y «no es capaz de ver que el daño va a ser irreversible».
A su juicio, se trata del «golpe que le quedaba para que este Gobierno sea puesto cuanto antes de patitas en la calle en las urnas».
