La huelga del transporte ya asfixia a los sectores clave de la economía asturiana
ASTURIAS
Las patronales advierten de que numerosas empresas de casi todos los sectores se están viendo abocadas a la suspensión de su actividad por falta de suministros y por no poder distribuir sus productos
17 mar 2022 . Actualizado a las 21:07 h.Cierres, ERE y pérdidas irreparables. Son algunas de las consecuencias sobre las que ya están advirtiendo desde sectores clave para la economía de Asturias tras los cuatro días de huelga del transporte, en un paro indefinido convocado por una plataforma minoritaria sin representación en la mesa de diálogo del sector con la Administración. Un paro que ya ha supuesto que la dirección de ArcelorMittal en Asturias paralice parte de su producción en un momento ya complicado de por sí por los desorbitados precios de la energía eléctrica y la incertidumbre económica derivada de la guerra en Ucrania.
Una tormenta perfecta, como decían desde UGT tras el anuncio de esta paralización, ante la que tanto la Federación Asturiana de Empresarios (FADE) como la patronal del metal (Femetal) pedían hoy a la Delegación del Gobierno que disponga todos los medios a su alcance para garantizar el abastecimiento de productos esenciales para la producción y el derecho al trabajo de todos aquellos transportistas que no secundan el paro.
La Policía Nacional informaba esta mañana de que se ha desplegado un «amplio» dispositivo que se irá adecuando a cada situación. Desde Fade, en todo, caso, se advertía de que los transportistas no sacan sus camiones a las carreteras «por miedo al vandalismo de quienes actúan pinchando ruedas y lanzando piedras, poniendo en grave riesgo la vida de personas y causando graves destrozos en vehículos».
Una situación en la que, de mantenerse, «con total seguridad comenzarán a producirse cierres y regulaciones de empleo en breve» y que ya «está llevando a la asfixia a un número cada vez mayor de empresas asturianas de prácticamente todos los sectores de actividad que se ven abocadas a la suspensión generalizada de su actividad productiva por falta de suministros o imposibilidad de distribución de sus productos».
Es el caso de la industria láctea, que decidía hoy paralizar su actividad. En Central Lechera Asturiana, el «colapso es inminente» y, aunque la compañía sí había conseguido hasta hoy mismo retirar la leche a sus ganaderos proveedores, su capacidad de almacenamiento «está llegando a su tope» y, con ello, la posible «paralización de las recogidas» en las granjas.
También las cooperativas agroalimentarias de Asturias, además de las de Galicia y Cantabria, advertían hoy de que las fábricas de piensos están sufriendo «un total desabastecimiento de materias primas», que «impide el normal suministro» a las ganaderías por lo que auguran elevadas pérdidas económicas y desnutrición de animales.
Pérdidas millonarias en el sector metal
Desde Femetal también se pedía esta tarde a la Delegación del Gobierno que ponga todos los medios a su alcance para establecer las medidas que sean necesarias para garantizar la seguridad y la actividad industrial en esta situación, evitando así «la paralización de la actividad productiva de una gran parte del tejido industrial de Asturias, y la generación de daños irreparables en la economía y en el empleo de nuestra comunidad».
La patronal del metal ve con profunda preocupación el efecto que ya están causando «los paros y demás acciones de protesta y presión que desde hace varios días se llevan a cabo en el sector del transporte de mercancías por carretera, abocando a las industrias a la paralización total o parcial de la actividad productiva».
Una situación que, de prorrogarse por más tiempo, insisten, provocará «pérdidas millonarias e irreparables para las empresas, pero también para sus trabajadores». En este sentido, señalan que, «desgraciadamente, la parte social también sufrirá los efectos de la disminución de la actividad productiva ante las medidas que, inevitablemente, muchas empresas tendrán que poner en marcha para no poner en riesgo su propia viabilidad».
En el caso concreto de las empresas del metal -de las que recuerdan que aportan un 11% del PIB- está provocando una escasez e incluso una ausencia total de materia prima y componentes necesarios que «dificulta e incluso impide la producción hasta el punto de que se pierden miles de horas de trabajo con el consiguiente coste económico que no será compensado, lo que obligará a muchas empresas a adoptar medidas legales para paliar en lo posible los sobrecostes laborales».
También advierten de que, en esta situación de «impotencia» en la que se encuentra el sector, se está incrementando el riesgo de pérdida de clientela y de que muchas empresas incurran en cuantiosas pérdidas económicas debido a las penalizaciones por incumplimientos de contrato en los plazos de entrega de los productos terminados.
Desde Femetal dicen entender la «situación límite» que están viviendo los empresarios autónomos del transporte de mercancías, al igual que todo su sector en general, debido al elevado precio de los combustibles, pero matizan que «nunca» defenderán ni compartirán «el uso de la violencia y la exposición a riesgos intolerables de las personas y de los recursos materiales, tal y como está ocurriendo en la actualidad».