La ferroviaria privada Iryo estudiará operar en el AVE asturiano a partir de 2026

Elena G. Bandera
E. G. Bandera REDACCION

ASTURIAS

La «flecha roja», el tren de Iryo para competir con Renfe
La «flecha roja», el tren de Iryo para competir con Renfe Jose Manuel Vidal

La operadora empezará a finales de este año a competir con Renfe en los principales corredores de la alta velocidad de España con más frecuencias y precios más económicos

19 feb 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

La liberalización ferroviaria de la alta velocidad podría llegar a Asturias a partir de 2026, dentro de la planificación prevista en los corredores del norte por la operadora iryo, la marca comercial que competirá en el AVE con Renfe y SNCF impulsada por Ilsa, el consorcio controlado por la firma valenciana Air Nostrum y la compañía ferroviaria italiana Trenitalia. Desde esta firma, explican que «iryo nace con la vocación de ser un operador global de la alta velocidad en España» y, en este sentido, «la conexión con Asturias, cuando esté terminada, es una ruta que se estudiará a futuro».

Tras el primer viaje en pruebas por la variante de Pajares, la última fecha que se ha puesto sobre la mesa para su entrada en funcionamiento, tras las complejas obras que se iniciaban hace ya 18 años, es el primer trimestre del año que viene. Tres años antes de la fecha prevista por iryo para poner en marcha una segunda fase de sus planes en los corredores del norte de España.

La primera fase se espera que comience a finales de este año en la ruta Madrid-Barcelona, realizando paradas en Zaragoza, y, a principios de 2023, en el corredor de Andalucía. El modelo de tren es Frecciarossa 1000, el más rápido de los que ya operan en Italia, en donde la liberalización de la alta velocidad supuso una bajada de precios del 37% y un incremento de la demanda por parte de los viajeros del 120%.

«En cinco años el mercado de la alta velocidad se duplicó», explicaba a principios de esta semana el director general de Ilsa, Víctor Bañares, durante su comparencia en la Comisión de Transportes del Congreso, en la que confirmó que está en sus planes operar en la línea de alta velocidad a Galicia, la única del norte de España en funcionamiento tras su reciente inauguración en diciembre, y para la que la empresa tendría que comprar al menos 10 unidades de trenes de ancho variable similares a los Talgo Avril adquiridos por Renfe.

Supondrían una inversión importante, de cerca de 250 millones de euros, que se estudiará en todo caso a finales de este año con vistas a planificar esa segunda fase de implantación en el norte de España. «En cuanto haya nuevos tramos en servicio creemos que es necesario llevar esta nueva oferta de más frecuencias y de precios menores al mayor número posible de ciudadanos», dijo también Bañares, que hizo hincapié en que estas grandes inversiones que tienen que realizar las nuevas operadoras ferroviarias privadas -en Asturias también convivirá el ancho internacional con el ibérico- requerirán de estímulos como la bajada de cánones que cobra Adif por circular por las vías.

«En Italia la reforma de los cánones ha permitido un incremento en la frecuencia de los trenes, bajadas en los precios de los billetes y una subida de la demanda», insistió, mencionando por ejemplo que la ruta Roma-Milán, de 570 kilómetros, tenía en 2019 un tren cada seis minutos. En España, como dijo Bañares en la comisión de transportes, queda un amplio margen para un mayor uso de la red en ese sentido.

Para el inicio de esa actividad a finales de este año, con una inversión inicial de 1.000 millones de euros, se han adquirido 20 unidades del Frecciarossa 1000, o ETR 1000. Las previsiones del operador, con más de un tercio de todas las frecuencias en los principales corredores, pasan por generar unos 2.600 empleos directos e indirectos y captar 50 millones de pasajeros en 10 años.