En el surrealista juicio al excomisario José Manuel Villarejo hubo ayer mención a una personalidad asturiana a la que aludió sin citar nombre y apellidos. Lo hizo en la tercera jornada consecutiva en la que presta declaración en la Audiencia Nacional por tres presuntos encargos de espionaje del caso Tándem, en el que se enfrenta a más de cien años de prisión.
Villarejo volvió a vincular a Felipe González con el denominado proyecto Land -en torno al conflicto familiar por la herencia del promotor Luis García-Cereceda. Al ser preguntado por qué proporcionó al CNI sus pesquisas, Villarejo explicó que Silvia Gómez Cuétara, viuda del promotor de la Finca, la zona residencial más exclusiva de Madrid, mantenía en ese momento una relación sentimental con un socio asturiano del magnate mexicano Carlos Slim. Y este último era amigo de Felipe González. Tras señalar que todo lo que sean «inversiones importantes en empresas estratégicas interesan al CNI», ha matizado que desconoce realmente «los intereses que tenían», pero que al haber sido Felipe González presidente «es normal que cualquier inquietud que transmita sea investigada por el CNI».
¿A quién se refiere Villarejo cuando habla de un socio astuirano de Slim? Pues al millonario asturmexicano Juan Antonio Pérez Simón, actual presidente del Consejo Social de la Universidad de Oviedo y muy unido a Llanes. Su pareja sentimental es Silvia Gómez Cuétara, que pertenece a la familia de las célebres galletas. Gómez Cuétara es viuda de Luis García Cereceda, que fue impulsor de la Finca. Gómez Cuétara fue también pareja de Carlos Slim, el muitimillonario mexicano dueño del Real Oviedo a través de Carso. Pérez Simon, filántropo y gran coleccionista de arte, es también socio de Carlos Slim en diversos negocios. A Pérez Simón y Gómez Cuétara se les pudo ver recientemente en Oviedo, visitando el Museo de Bellas Artes.
Susana García-Cereceda mandó presuntamente espiar a su hermana Yolanda y a Silvia Gómez Cuétara a través de Villarejo para poder hacerse con la herencia y su reparto. Pero esa es otra (truculenta) historia.