«De nada sirve que coloques en una finca 15 trampas si el vecino no coloca ninguna. Hay que repartirse el territorio», proponen en la plataforma Stop Velutina
23 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.Casi 18.000 trampas se dieron de alta en la pasada primavera en AvisAp, la aplicación para el control de la vespa velutina (avispa asiática) en Asturias. No obstante, si se añaden a esa cantidad las trampas no registradas en la aplicación, podrían haberse colocado el doble, incluso el triple. «La mayoría de las trampas no se dan de alta y calculamos que se colocan al menos dos veces más de las que se registran. Al dar una trampa de alta hay que pasar quincenalmente los datos de las capturas», recuerda Félix Méjica, portavoz de la plataforma Stop Velutina, que trae a colación estos datos para recuperar la propuesta que realizaban el año pasado para establecer un trampeo sistemático y coordinado que sirva para frenar el masivo avance de la velutina en los concejos asturianos.
Una propuesta que consiste en trampear por cuadrículas para repartirse el territorio colonizado por esta avispa invasora que este año ha estado, y sigue estando, más activa que nunca en Asturias. Un territorio que, sobre los mapas de cada concejo, se dividiría en cuadrículas de 300 metros cuadrados para que, como mínimo, en cada una de ellas se colocasen dos trampas.
«En cada cuadrícula se colocarían de dos a cuatro trampas, pero como conocemos un poco su modus operandi, y sabemos que en primavera necesitan alimentarse y que van a hacer el nido en sitios protegidos, tendríamos que colocar alguna más en zonas habitadas. Estamos viendo además cómo se ha ido esparciendo y colonizando poco a poco las zonas habitadas, en donde aparecen los nidos embrionarios», indica Méjica, que explica que, aunque se desconoce cuál es el radio de acción de la velutina, sí se sabe que si tienen alimento podría rondar los 300 o 400 metros y, si no lo tienen, podría llegar hasta 1.200.
Con esta propuesta, que en su momento fue trasladada al comité asesor para la detección y control de la vespa velutina en Asturias, se podría cubrir prácticamente al completo el territorio en donde la velutina es un problema muy serio. Sin dejar huecos. «Lo que ocurre ahora es que hay zonas con muchas trampas y otras muy descubiertas. Si yo tengo una finca de nada sirve que coloque 15 trampas y el vecino ninguna. Hay que repartirse el territorio y crear una red de vigilancia, que somos los propios ciudadanos, y una red de actuación que debe ser coordinada de arriba a abajo», dice Méjica, que recuerda que en la edición de Agropec de 2019 incluso se pudo visualizar esta estrategia sobre un mapa del concejo de Gijón de tres metros por dos.
Villaviciosa, por cuadrículas
«Desde un principio estamos diciendo que la lucha contra la velutina tiene que ser, aparte de la implicación de las administraciones, a base de colaboración vecinal», asegura. La división en cuadrículas del mapa de Gijón, explica, permitiría a las asociaciones vecinales controlar la colocación de esas trampas. «Si cada cual a título individual lo vamos haciendo, la voluntad es muy buena pero a lo mejor tenemos muy cubiertas unas zonas y muy descubiertas otras», insiste, recordando que en el consejo asesor se les explicó que la Universidad de Oviedo iba a colaborar distribuyendo Asturias por cuadrículas «pero de eso no vimos nada». En Gijón, pese a que la propuesta en principio fue «bien vista» por representantes de las administraciones regional y municipal que visitaron Agropec, tampoco se ha llevado a cabo.
El Ayuntamiento de Villaviciosa se implicó con la propuesta, organizando charlas con las asociaciones vecinales y repartiendo en ellas mapas del concejo dividido en cuadrículas, pero llegó la pandemia de coronavirus. «Cuando estábamos tratando de divulgar todo esto en Asturias, se tuvo que cortar, y, en Villaviciosa ocurre lo mismo. Terminan desbordados con otros temas y esto lo van aparcando».
En todo caso, el ayuntamiento colaboró en la financiación de un vídeo en el que Stop Velutina explica cómo se hacen las trampas y en esta pasada campaña primaveral las asociaciones vecinales «hicieron lo que se pdebido a la pandemia. Por ello, «no se cubrió todo el territorio y no podemos evaluar resultados, pero es una cuestión de cabeza. Si ellas se van esparciendo por el territorio lo lógico es que no pongamos 10 trampas en un kilómetro cuadrado y luego que haya dos kilómetros sin ninguna, porque en esas zonas si va a haber nidos al año siguiente vuelven a repoblarlas. Tiene que ser una cuestión programada y sistemática», insiste.
Méjica, además, no pasa por alto que cada vez hay una mayor concienciación ante el problema que está suponiendo la invasión de avispa asiática: «En Gijón este año ta están en las terrazas tomando la cerveza con nosotros. Ahora la gente está más concienciada». Y eso quizá motive a participar de forma activa en frenar la expansión de la velutina. «No hay una visión unificada de lo que se está haciendo», añade. El último dato conjunto es la estadística de febrero: 110.000 reinas capturadas.
Al tratarse de una guerra contra una especie que pone en riesgo la polinización al atacar a abejas y otros insectos polinizadores, aparte de que ya se está comprobando que en los trampeos -si no son selectivos- están cayendo más especies autóctonas (vespa caprabo por ejemplo) que velutinas con el problema añadido que implica, Méjica considera que la situación requiere de una estrategia programada en la que la Administración regional implique a los municipios y a sus ciudadanos para actuar de forma coordinada.
«La velutina está en toda Asturias aunque no la veamos físicamente en concejos más amplios y despoblados. Y ahora todo el mundo sabe que están en todos los lados, no sólo en los cauces de los ríos. Necesitan agua para hacer el nido, sí, pero no una garrafa de cinco litros. Las tienes en todas partes», reitera, matizando al respecto de las especies autóctonas cuyas reinas caen en las trampas, en lo importante de que «se hagan bien, en las fechas adecuadas y con los diámetros adecuados». Recuerda, además, atrayentes que tengan en su composición alcohol (vino, cerveza) no atraen a insectos polinizadores como abejas y mariposas.