La trampa de la que las velutinas salen «a palaes»

Elena G. Bandera
E. G. Bandera REDACCION

ASTURIAS

Velutinas capturadas en una de las trampas metálicas instaladas en Polléu, en Les Colmenes de Tate
Velutinas capturadas en una de las trampas metálicas instaladas en Polléu, en Les Colmenes de Tate Les Colmenes de Tate

«Probamos el sistema y alucinamos: caen sin parar», cuenta la apicultora Eva Huerta, que ante la tremenda invasión de avispas asiáticas adaptó el trampeo de Koldo Belasko a sus colmenas de Grao

03 oct 2020 . Actualizado a las 20:44 h.

A Eva Huerta, apasionada de la apicultura y al frente de Les Colmenes de Tate desde hace seis años, le costó hacerse a la idea de que, ante la tremenda invasión de avispa asiática (vespa velutina) de este verano en Grao, se iba a quedar sin colmenas. «Mentalízate, me decían, vas a quedarte a cero, este año no te queda ni una colmena. No sabemos cómo han aguantado, pero ahí están las abejas, resistiendo las pobres como campeonas», dice, explicando que a mediados de agosto puso a toda su familia a fabricar trampas de malla metálica para proteger los colmenares siguiendo el sistema del apicultor vasco Koldo Belasko.

«Como no conocíamos el sistema las pusimos tarde, hubiera sido mejor entre mayo y junio, pero en cuanto las colocamos, alucinamos: caen sin parar. Salen velutinas a manaes», dice. Los vídeos y las fotos que ha ido colgando en las redes sociales de Les Colmenes de Tate demuestran que no exagera. «No pensábamos que iba a haber tanta velutina en Grao, pero este año ha sido una invasión», indica, recordando que la Asociación Moscona Antivelutina ya había capturado más de 30.000 avispas en el trampeo de primavera, de las que 20.000 eran reinas. Ni que decir tiene que la labor de la asociación ha sido incesante durante este verano, y sigue siéndolo, con la retirada de nidos.

«El sistema nos llegó porque un chaval que conocemos vio lo de Koldo Belasko, nos avisó y nos pusimos a ver cómo podíamos adaptarlo a nuestras colmenas, que están más separadas», indica Huerta, que tiene en torno a medio centenar de colmenas y que tenía muy claro que no iba a dejar morir a las abejas que las habitan. El año pasado solo se habían encontrado un nido, pero este año los colmenares estaban hasta arriba de velutinas. La avispa asiática, como dice en su blog, conquistó su territorio. «Se adaptan muy bien, les gusta este clima húmedo y lo tienen todo en el mismo sitio. Se estaban poniendo moradas», dice Huerta, cuyos colmenares «parecen la zona VIP» de la velutina.

«Cosechamos en julio porque nos avisaron», recuerda, explicando que, al volver a finales del mes a uno de los lugares en los que tiene las colmenas, no escuchó el habitual zumbido de las abejas.   Las velutinas ya habían dado con ellas y, antes de ponerse con las trampas de malla metálica, se las fueron ingeniando para tratar de engañar a la avispa asiática. «Siempre recomiendan las arpas eléctricas, pero es muy complicado y se iba de presupuesto», dice. Ya en agosto, en cuanto supieron del sistema de Belasko, se decidieron a probarlo. Pusieron 15 trampas por colmenar aproximadamente y, al menos una de ellas, abarca hasta ocho colmenas.

«No teníamos claro si iba a funcionar, pero entran en las trampas, se quedan vigilando la piquera (entrada de la colmena), y consigues reducir la presión en las colmenas», explica Huerta. El cuerpo central de las trampas, que adaptó a sus colmenas, es de malla metálica de seis milímetros, tiene una abertura y un tubo con otra abertura, además de un caparazón también con entrada.

La Asociación de Apicultores de Asturias tiene en este enlace un manual de cómo se construyen y, en este vídeo, lo explica el propio Belasko.

Huerta, que sigue compartiendo su experiencia para combatir a la velutina a través de las redes sociales, explica cómo adaptó este sistema a sus colmenas en este otro vídeo.

«La velutina está constantemente delante de la piquera, vigilando. Solo ataca a las abejas que salen o entran de la piquera. Con este sistema, entra en la malla y se queda ahí dentro porque al fondo ve a las abejas. En 15 minutos ya tienes 15 dentro», dice Eva Huerta, que recuerda que la avispa asiática se mueve en horizontal. «En la trampa, en horizontal tienes el tubo y, como la velutina no vuela para abajo, solo para arriba, sale por la abertura y se queda atrapada», explica.

A las dos semanas de colocar las trampas sacaba miles de ellas de cada una. «No sabíamos ni por dónde empezar. Las colmenas, además, estaban superpobladas. El sistema nos va funcionando», dice. Si las velutinas aún están vivas dentro de las mallas metálicas se aplica calor con un soplete. «Y luego a sacarlas a palaes», bromea Huerta, que en todo caso insiste en el grave problema que supone la creciente presencia de esta especie invasora que se alimenta, sobre todo, de los insectos polinizadores como las abejas: «Arrasan con todo, verdura, fruta…Es un problema muy serio que nos afecta a todos».