Profesionales, sindicatos y usuarios denuncian listas de espera de una semana o más en los consultorios, saturación de los médicos de familia, con más de 70 consultas diarias en muchos casos, y una preocupante falta de reemplazos
27 sep 2020 . Actualizado a las 05:00 h.Profesionales con más de 60 y 70 consultas al día, listas de espera de una semana o más, saturación en la atención telefónica… colectivos de defensa de la sanidad pública y sindicatos sectoriales pintan un escenario muy pesimista de la atención primaria en la región. Desde su punto de vista, la COVID 19 ha dejado al descubierto años de dejadez en el cuidado a un sistema que debería de ser básico. Ahora, la falta de profesionales, medios técnicos, la deficiente organización del trabajo y el envejecimiento de las plantillas amenaza con colapsar un sistema que ya se mueve sobre hielo muy fino.
Fuentes de Atención Primaria en Marcha, plataforma en defensa de la sanidad pública que engloba a profesionales y usuarios, confirman la sobrecarga, pese a que «no es lo mismo un centro urbano, rural o semirural» en lo que se refiere a esperas. «Lo que ha hecho la COVID 19 es sacar a la luz las deficiencias del sistema, pero también el trabajo que tenían que asumir los profesionales», destacan y añaden que en el Principado ya existían «deficiencias y listas de espera antes. De siempre había centros que tardaban cuatro, cinco o siete días en dar citas. Pues ahora peor».
Recalcan que en la región hubo «poca incidencia del coronavirus y seguimos siendo de las regiones que cuenta con una mejor sanidad pública, aunque mejorable. Sin embargo, durante años ha sido la gran olvidada». Y es que, por ejemplo, «el médico hace trámites burocráticos o administrativos que no le corresponden y enfermería tendría que tener mucho más peso». Si a estos factores se le une la tormenta perfecta del coronavirus no es de extrañar, a su juicio, que «los problemas de la primaria reventaran», debido a años de «mala gestión de personal y a que no hay sustitutos. Todo médico que quiere trabajar lo está haciendo y en el caso de las enfermeras empieza a haber problema para contratar».
En este sentido, desde Atención Primaria en Marcha se destaca que «hay problemas de espera, problemas de saturación en la atención telefónica…». Pese a que creen que «la consulta telefónica es una buena idea, para que funcione el usuario ha de tener acceso a ella».
Alertan de que hay centros de salud que tienen esperas de «en torno a una semana». «En el occidente, en Trevías por ejemplo, lo normal es que haya esperas, cuando de cinco o seis médicos adscritos al centro tienen muchos días solamente dos», subrayan. Advierten de que se dan casos de «compañeros que tienen agendas que pasan de 60 pacientes al día en sitios de Avilés o Gijón».
«Ningún compañero baja de 40 pacientes todos los días, entre llamadas y asistenciales, y eso es un estrés importante, porque no es cuestión de una jornada puntual», puntualizan. Además, «mucha gente aún no pudo disfrutar de las vacaciones, ni tampoco de los días de descanso y ya estamos viendo que no vamos a poder hacerlo». Desde el colectivo prevén que el escenario «se va a poner peor. Ya empieza a haber profesionales que dan positivo. En la zona de Avilés, Oviedo y Gijón hay muchos médicos mayores de 50».
Alertan de que el sistema en Asturias se encuentra «cerca del colapso en atención primaria, porque los profesionales y los centros están muy saturados, y es algo que va a afectar a urgencias por ejemplo».
Falta de reemplazos
Javier Alberdi, presidente del Sindicato Médico del Principado de Asturias (Simpa), considera que, en el segmento de la atención primaria, «la situación en Asturias es bastante penosa. Los centros de salud, diga lo que diga el consejero de Salud, están hasta arriba. Debería pasarse menos tiempo en el despacho y más visitando los ambulatorios».
Puntualiza que «los consultorios nunca han estado cerrados, se sigue trabajando y lo que se ha cambiado es la forma de hacerlo». En este sentido insiste en que no se pueden convertir «las salas de espera de los centros de salud en focos de contagio. Eso ahora mismo es imposible. Se están haciendo las cosas bien en cuanto a casos como para permitir nuevamente la accesibilidad indiscriminada».
Denuncia que hay profesionales con «50 ó 60 llamadas telefónicas y con 15 o 20 pacientes presenciales aparte». Y es que «muchas demandas de los usuarios no necesitan pasar por el médico de familia». A su juicio faltan «recursos de todo tipo, humanos y materiales, adecuación de las agendas, uso de recursos sanitarios como es debido…».
Explica que «gran parte de la gestión de listas especializadas y gestión de consultas sucesivas se derivan a los ambulatorios». Cree que de este tipo de trámites «se pueden hacer cargo otros estamentos, racionalizar la demanda del paciente y derivarlo al profesional más adecuado» para no saturar a los consultorios.
«No tenemos médicos de familia, se están jubilando y no se reponen. Para 2023, que es dentro de dos días, como quien dice, 300 profesionales de atención primaria cumplirán 65 años. Es más de un tercio de la plantilla y no hay recambios, ¿qué vamos a hacer entonces?», se pregunta. Javier Alberdi cree que la situación actual de la atención primaria en el Principado es «la crónica de una muerte anunciada».
Denuncia que «los profesionales están agotados y continúan casi por inercia, como un corredor de maratón en los últimos metros de carrera». Lamenta que «las medidas políticas de lavado de cara y lavado de imagen, como las de la apertura de periféricos, están basados en presiones políticas». Considera que «en un periférico donde hay un sólo médico no puedes hacer un circuito limpio y sucio para asegurar que cuando llega el paciente la cita sea segura. Los periféricos no cumplen esas condiciones».
Coincide en que «la demanda de los usuarios de tener su periférico abierto es legítima, pero una cosa es eso y otra que Asturias se lo pueda permitir». «Si tenemos la desgracia de tener un foco en un centro de salud va a haber que cerrarlo. Estamos teniendo suerte, pero no estamos exentos y si ocurre, ¿qué hacemos? No hay plan ‘B’», añade. Resalta que «ahora mismo no hay un solo médico de familia en Asturias en paro» y, para añadir problemas, «la campaña de la gripe va a ser complicada. No sabemos cuál va ser comportamiento de la COVID 19 y del resto de virus respiratorios, pero va ser complejo el escenario».