Voces discordantes entre las familias: un grupo de padres amenaza con no llevar a sus hijos a clase

Marcos Gutiérrez ASTURIAS

ASTURIAS

Un grupo de alumnos de Bachillerato, del instituto Jovellanos, de Gijón, en el aula
Un grupo de alumnos de Bachillerato, del instituto Jovellanos, de Gijón, en el aula

Una plataforma se organiza contra el criterio de las asociaciones mayoritarias de defensa del inicio de curso presencial

26 ago 2020 . Actualizado a las 17:01 h.

Al frente de padres de la pública y de la concertada, que reclama el inicio presencial del curso, le ha salido una voz disonante. Una plataforma que suma más un millar de familias amenaza con dejar a sus hijos en casa si no se planifica un modelo telemático, con todas las garantías. Parece, por tanto, que los padres de alumnos en Asturias están divididos ante el comienzo de las clases en Primaria, Secundaria y Bachillerato, una división que parece aumentar a medida que el calendario se aproxima de manera inexorable a septiembre. La cifra creciente de contagios en España y Asturias no ayuda a que esas posturas se acerquen. Falta por ver qué van a pactar las comunidades, que tienen asumidas las competencias, con el Ministerio de Educación, en la reunión prevista para mañana, jueves.

Los colectivos regionales de madres y padres mayoritarios en la pública y en la concertada consideran imprescindible una vuelta física a las clases que, eso sí, garantice la seguridad de los alumnos. Por ejemplo, la FAPA Manuel Virgós exige «la implicación de todas las administraciones para garantizar un curso lectivo presencial». Desirée Fernández, de la Confederación Católica de Padres de Familia y Alumnos (Concapa), señalaba recientemente a LA VOZ el riesgo de retroceso en el aprendizaje que puede suponer para los alumnos de educación especial o para los afectados por la brecha digital que las clases se impartan de forma virtual. Carlos Robla, secretario general de la patronal Escuelas Católicas, la principal del sector, manifestaba que «la apuesta mayoritaria es por volver, porque en septiembre se cumplirán seis meses sin pisar las aulas», una vuelta a los centros que considera fundamental sobre todo para los más pequeños.

Otros, sin embargo, creen que retomar presencialmente el curso académico entraña riesgos, por lo que debería de ser una opción voluntaria, al menos hasta que mejore la situación. Esta postura es la que defiende la plataforma Asturias por una Educación Presencial Voluntaria durante la pandemia. Una de sus portavoces, Nuria García, explica que el colectivo aglutina a «más de 1.260 familias con hijos de todos los ciclos», de toda Asturias, fundamentalmente de Oviedo, Gijón, Avilés, Langreo y Mieres. Niños de Primaria y Secundaria, especialmente de la pública y la concertada, que se enfrentan a un escenario cuanto menos incierto.

La plataforma cree que el retorno a las aulas en Primaria, Secundaria y Bachillerarto debería ser voluntaria, al menos mientras no se controle el aumento de los contagios. Considera, asimismo, que las ratios de alumnos por clase (20 hasta cuarto de Primaria, 25 a partir de quinto y en Secundaria y 30 en Bachillerato) son excesivas para garantizar la seguridad. Por ejemplo, «la ratio de veinte alumnos en primaria es un foco de contagio y, además, es lo que ya había en Primaria e Infantil. Es inviable».

Además, «muchos niños, especialmente los más pequeños, a partir de octubre están enfermos cada poco» y, en este escenario, «con unas décimas les va a hacer ponerse en cuarentena», lo que hará que muchas alumnas y alumnos pierdan clase de manera habitual. «Nuestra exigencia es la seguridad», afirma García. «Si yo me llevo a mi hijo al parque y se cae es mi responsabilidad. Pero en medio de una pandemia no pueden pretender que en el colegio también lo sea», resalta.

Insiste en que estas peticiones que plantea el colectivo son «mientras no esté todo controlado, somos conscientes de que para la educación lo más completo es la presencialidad». «Tuvieron cinco meses para plantearse cualquier tipo de circunstancia y no han hecho absolutamente nada», apostilla. Y es que «si en el tercer trimestre del curso pasado pudieron organizarlo, por qué ahora no, después de cinco meses».

Lamenta que, ante el inminente comienzo del curso, «la consejera no comparece ni aparece». La plataforma exige medidas como la «asistencia voluntaria, deberes telemáticos y que no superen los diez alumnos por aula», ya que «lo de las clases burbuja no existe». Estas familias también consideran posible un modelo «semipresencial, de tal manera que un día acude un grupo de diez y al siguiente se queda en casa. Un día un grupo hace tareas en casa y al siguiente imparte en clase la materia».

También cree que podría ser interesante buscar la manera de «grabar las clases» para que los alumnos que se queden en casa pudieran seguirlas después. En Secundaria, estos padres creen que es una buena idea «establecer turnos de mañana, tarde e incluso noche. Una opción sería que primero y segundo fueran por la mañana, tercero y cuarto por la tarde y bachilleratos en nocturno».

«Nuestros hijos no iniciarán el curso»

De cara a futuras movilizaciones si no se escuchan sus reivindicaciones, opinan que «una manifestación es contraria a lo que pedimos respecto al distanciamiento y respeto a las normas de seguridad». No obstante, apoyan «a los equipos directivos y sindicatos de estudiantes. Si ellos van a la huelga iremos a la huelga». «Si nos quieren abrir expediente por absentismo, que nos lo abran, pero nuestros hijos no van a iniciar el curso», añaden.

Nuria García no se olvida de los niños de educación especial. «En muchas clases su ratio es de cuatro o cinco, pero es complicado atenderles en estas circunstancias. ¿Cómo van a hacer y darle apoyo a esos terapeutas?». Asimismo, recuerda que «hay críos que necesitan clases individualizadas. ¿Cómo lo van a hacer?».

Además ve una incongruencia en hechos como que «las extraescolares del patronato municipal podrían hacerse y sin embargo de empresas privadas no. No entiendo la diferencia». Respecto a los colegios concertados «el horario partido casi es hasta peor, porque el niño va y viene, muchos de ellos van en autobús».

Insiste en la idea de que la educación presencial «es fundamental para su desarrollo, pero lo que no vamos a hacer es ponerles en riesgo». «En nuestra plataforma también hay profesores que están muertos de miedo y padres que se plantean quitar a sus hijos de la Secundaria y luego, cuando todo esto pase, volverlos a matricular», indica. Además, señala que sería positivo retrasar «un mes el inicio del curso en función de los contagios».