Las asociaciones mayoritarias reivindican un curso lectivo presencial y con garantías sanitarias, para lo que exigen la implicación de todas las administraciones y una mayor inversión
24 ago 2020 . Actualizado a las 14:13 h.El empeoramiento de los datos de positivos por COVID-19 en Asturias y el hecho de que el Principado haya abierto el telón del segundo de los escenarios planteados, el de una vuelta a las aulas que combine las clases presenciales y las telemáticas, ha aunado las voces de los padres de las enseñanzas pública y concertada en la reivindicación de que las administraciones trabajen de forma coordinada y se impliquen para garantizar que el próximo curso lectivo 2020-2021 sea presencial y con garantías sanitarias. Los padres de alumnos de una y otra ven necesaria una mayor inversión en Educación para hacer frente a una situación que de nuevo genera incertidumbre, preocupación y temor.
Tras las últimas manifestaciones del Principado, en boca del vicepresidente, Juan Cofiño, sobre que se «valora» un comienzo de curso con el modelo mixto, la Federación de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado de la enseñanza pública, la FAPA Manuel Virgós, ha exigido «la implicación de todas las administraciones para garantizar un curso lectivo presencial» y así lo ha trasladado a través de un escrito registrado en la Consejería de Presidencia y en la Consejería de Educación. La presidenta de este colectivo, Clara Díaz Alonso, señala en el mismo que el empeoramiento de la situación actual de la pandemia y la dificultad de que se pueda volver a las aulas con seguridad después de seis meses sin actividad lectiva presencial, «están causando una gran preocupación entre las familias».
Una de las razones es que, según indica, en el tiempo que se prolongó el curso pasado de forma virtual quedó «demostrado, por falta de preparación y formación, que esa opción está muy lejos de poder garantizar un sistema educativo para el todo el alumnado», por lo que esta federación considera la educación presencial «como algo ineludible y prioritario para el nuevo curso». En esto coincide Desirée Fernández, de la Confederación Católica de Padres de Familia y Alumnos (Concapa), que pone el acento más si cabe en el retroceso en el aprendizaje que puede suponer para los alumnos de educación especial o para los afectados por la brecha digital que las clases se impartan de forma virtual.
Contracción entre los grupos de 10 y las aulas de 20
En opinión de la representante de Concapa es necesario un incremento de la inversión en educación para realizar más desdobles de aulas, ya que no entiende y considera «una contradicción» que se esté limitando a diez personas los grupos que pueden reunirse «y después en el aula meten 20 o 25 niños». Desirée Fernández ve necesario que se incremente el gasto para profesorado, para los alumnos con necesidades especiales y para la limpieza de los espacios educativos» y que haya una unidad de criterios a nivel estatal a la hora de establecer las instrucciones y directrices para la vuelta al cole porque, recuerda, «la LONCE es la misma para toda España». Así, plantea que haya «unas instrucciones de base iguales para todas las comunidades autónomas» y que después se adapten a cada comunidad y a cada centro.
Desde la FAPA Manuel Virgós también apunta Clara Díaz que, si bien las propuestas planteadas por la Consejería de Educación para garantizar «una vuelta segura» se veían bien encaminadas desde el punto de vista teórico, percibe que «en la práctica, la infrafinanciación en educación que llevamos arrastrando desde hace varios años, hace que la situación esté en un punto muy alejado de lo deseable». A esto añade que muchas familias ya han adquirido los nuevos libros de texto solicitados por los docentes para el nuevo curso sin que se haya finalizado el contenido del anterior y lamenta que no haya habido «ningún tipo de sensibilidad hacia la situación de las familias en el desembolso para su adquisición».
Además, la presidenta se muestra muy crítica con que se hable de una vuelta segura a las aulas «cuando fuera de ellas la situación es muy preocupante», porque apunta que aunque una gran parte de la ciudadanía sigue las recomendaciones sanitarias, «no está siendo así en todos los casos», lo que entiende que «además de poner en juego la salud de toda la sociedad, también pone en riesgo la educación de nuestros hijos», a lo que apostilla que «no aceptamos ya el que nos enfrentamos a una situación imprevisible». Es por ello, por lo que desde la FAPA Manuel Virgós exigen «a todas las administraciones que trabajen para controlar la situación sanitaria para poder garantizar la vuelta a las aulas».
En esa reivindicación incide también Desirée Fernández, de Concapa, que percibe «cierta ocultación y secretismo» en la actuación del Principado al no poner sobre la mesa el planteamiento para los otros dos escenarios no desarrollados, el mixto y el telemático. Según dice, eso genera «incertidumbre y miedo» en las familias por lo relativo a la educación pero también por la situación laboral. «La salud nos preocupa a todos, por supuesto, pero también preocupa el mercado laboral, la conciliación, el futuro de las empresas…». Y eso, además de la falta de directrices que aún tiene la red concertada para el retorno a las aulas en caso de que se mantuviera el modelo presencial planteado por el Principado ya el julio.
Carlos Robla, secretario general de la patronal Escuelas Católicas, la principal del sector, manifiesta que siguen pendientes de las instrucciones para la enseñanza concertada y de ver cómo se resuelve las ayudas necesarias para el mantenimiento de los centros, lo que espera que se concrete con el comienzo del curso, como se le trasladó desde la Consejería de Educación. El mismo comenta que aunque en julio surgieron fricciones con la administración regional por un planteamiento que entendían dejaba de lado a la red concertada, después la situación se fue encauzando, por lo que entiende que ahora «es tiempo de colaborar entre todos» para evitar que los perjudicados sean los alumnos. «La apuesta mayoritaria es por volver, porque en septiembre se cumplirán seis meses sin pisar las aulas», una vuelta a los centros que considera fundamental sobre todo para los más pequeños.