Así está subiendo la curva de la incidencia de la Covid-19 en Asturias

Elena G. Bandera
E. G. Bandera REDACCION

ASTURIAS

Gráfico con la evolución de la tasa de incidencia, a 17 de agosto, elaborado por la Plataforma de Bioestadística y Epidemiología del ISPA
Gráfico con la evolución de la tasa de incidencia, a 17 de agosto, elaborado por la Plataforma de Bioestadística y Epidemiología del ISPA ISPA

La evolución de la pandemia, tras casi dos meses en línea plana, comenzaba a finales de julio una tendencia ascendente

18 ago 2020 . Actualizado a las 09:02 h.

La curva de la incidencia diaria de la Covid-19 en Asturias está ascendiendo desde finales de julio. Se puede observar en la gráfica que abre estas líneas y elabora a diario la Plataforma de Bioestadística y Epidemiología del Instituto de Investigación Sanitaria del Principado de Asturias (ISPA). Para elaborarla, se tienen en cuenta los casos positivos de Covid-19 diagnosticados por PCR por cada 100.000 habitantes, que se muestran en con una linea roja y que, tras un mes en línea plana, empezaban a mediados de julio a dar alguna que otra dentellada, muy pequeña en comparación con las de los peores momentos de la primera oleada de la pandemia de coronavirus.

En líneas suspensivas, también rojas, se muestra lo que realmente importa: la curva que refleja la tendencia en la evolución de la incidencia de la Covid-19 en Asturias. Y, desde finales de julio, tras casi dos meses aplanada, la tendencia es ascendente y, con más claridad, a partir del 10 de agosto.

Los datos acumulados entre el 28 de julio y el 17 de agosto son los siguientes: 390 nuevos casos positivos, de los que siete son personal sanitario. El 28 de julio había cuatro pacientes hospitalizados en planta y dos en la UCI. Ayer, el último dato disponible, eran nueve pacientes en planta y dos en la UCI. Solo en la última semana, entre brotes, focos de aquí e importados y casos cuyo origen se desconoce, se han sumado 165 nuevos positivos. Y, en la anterior, 152.

La tendencia, y la gráfica es elocuente si se compara con lo ocurrido en marzo, no está siendo positiva pese a los esfuerzos y la insistencia de las autoridades sanitarias y gubernamentales en que se sigan las medidas de prevención y protección y pese a que una mayoría de la ciudadanía las tenga en cuenta y las cumpla. «Tenemos un goteo constante de casos, pero no llegamos ni mucho menos a la situación dramática que vemos en otras comunidades autónomas, entre otras razones porque en Asturias nos hemos anticipado en la toma de decisiones y porque nuestra respuesta ante los brotes es la más contundente de entre todas las comunidades autónomas, con llamamientos masivos para la realización de pruebas PCR», aseguraba ayer el presidente del Principado, Adrián Barbón, que recordaba en todo caso que «en función de cómo lo hagamos, podremos avanzar o retroceder, dependerá de todas y de todos».

Las medidas más importantes según los epidemiólogos, y en ese sentido Asturias está en el buen camino, pasan por conseguir un diagnóstico precoz que permita aislar lo más rápido posible a los positivos para romper la cadena de transmisión. Para ello, una de las medidas prioritarias para evitar la transmisión de la Covid-19 es la realización de pruebas de diagnóstico de la enfermedad mediante PCR con rastreos, pruebas y seguimiento epidemiológico de contactos.

En Asturias, según los últimos datos de la Consejería de Salud facilitados ayer, se han realizado 196.820 PCRs desde el inicio de la pandemia. Desde el 28 de julio hasta ayer, más de 37.000 y, en la última semana, casi 14.000 como se refleja en esta estadística del Ministerio de Sanidad que hace una comparativa entre comunidades autónomas con los datos del 7 al 13 de julio.

Datos que muestran, una vez más, que Asturias se mantiene entre las comunidades autónomas con mayor tasa de PCR por cada 1.000 habitantes. Con una tasa de 187 pruebas, solo es superada por Euskadi y Navarra en la semana comparada. La tasa media de PCRs en España es de 113,95 pruebas por 1.000 habitantes.

En todo caso, la responsabilidad de cada uno cuenta y mucho, como han venido repitiendo hasta la saciedad las autoridades sanitarias, para contener la transmisión del SARS-CoV-2, un virus que, tras el duro envite de la primera oleada, ha adoptado una nueva forma de actuar más silenciosa. Así lo demuestra el hecho de que la mayoría de los positivos que se han ido detectando en este último mes en Asturias son asintomáticos o presentan una sintomatología leve. El último dato, aportado por el Instituto de Salud Carlos III, apuntaba a que un 60% de los positivos asturianos de las últimas tres semanas son asintomáticos.

Pero que esté siendo silencioso no significa que ya no esté ahí, como se ha venido también insistiendo una y otra vez, teniéndose incluso que adoptar medidas más duras como las que se concretarán en las próximas horas en Asturias en lo referente al ocio nocturno y fumar en la calle. Asturias hace menos un mes no tenía más que un brote en un establecimiento hostelero de La Corredoria que, pasada con creces la cuarentena, ya ha reabierto sus puertas. Desde entonces han surgido alrededor de una docena más, además de varios focos de casos importados e incluso ya están creciendo los positivos en los que el origen epidemiológico se desconoce.

El mismo estudio del Instituto Carlos III señalaba que es es la situación de uno de cada cuatro nuevos positivos que se están diagnosticando en Asturias, además de que en las últimas semanas ha aumentado hasta ocho personas el número de contactos máximo que se tienen que investigar por cada nuevo caso. El objetivo de este seguimiento, complementado con las medidas de prevención que atañen a la responsabilidad ciudadana, no es otro que tratar de controlar al máximo posibles contagios en los casos detectados para salvar vidas.

Por ello, se insta a la ciudadanía a extremar las medidas de prevención y protección, especialmente para mayores y personas con patologías -que son quienes mayor riesgo tienen en esta pandemia como es de sobra conocido- en aquellos lugares donde se han declarado brotes. Además, se aconseja evitar aglomeraciones y actividades sociales innecesarias porque, aunque el verano invite a ello, la situación de crisis sanitaria -por mucho que frustre- no terminará hasta que haya una vacuna o tratamiento eficaz contra el SARS-CoV-2.