El uso del asturiano todavía tensa los debates en la Junta General

Juan M. Arribas

ASTURIAS

Cartel de la Xunta Xeneral
Cartel de la Xunta Xeneral

Los grupos quieren evitar que en cada pleno se tenga que recurrir a la ultima decisión del presidente de la cámara

17 jul 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El debate sobre el uso del asturiano en la cámara ha tensado la primera reunión del grupo de trabajo para la reforma del reglamento de la Junta, que se reunió ayer por primera vez. Los grupos de la izquierda consideran que la redacción del artículo para permitir el uso de la llingua en el hemiciclo tanto a los diputados como a cualquier persona que acuda al parlamento garantiza los derechos de todos. No así PP, VoxCiudadanos que entienden que debe buscarse alguna solución de consenso para compatibilizar adecuadamente el derecho a hablar en asturiano como, a su juicio, que los diputados puedan entender las exposiciones si afirman que no son capaces de entenderlas.

Hace dos semanas la Junta aprobó una iniciativa de Izquierda Unida de reforma de un artículo específico del reglamento para que se recogiera expresamente que el derecho a hablar en asturiano ante el hemociclo era para cualquier persona y no sólo para los diputados. Esa anterior literalidad era la que había permitido a los detractores de la llingua y a los letrados vetar que en octubre se dirigiera en asturiano a una comisión la consejera de Cultura Berta Piñán. Pese a todo, y a la reforma ya vigente, todavía en el pleno de esta semana cuando el diputado de Podemos Rafael Palacios comenzó su discurso en gallego-asturiano (lengua que también utilizó después el popular Álvaro Queipo, comenzaron las protestas del portavoz de Vox, Ignacio Blanco que afirmó que no era capaz de comprender lo que se decía.

Desde IU ya se señaló semanas atrás que se negarían a aceptar que se instalaran traductores de asturiano en los plenos, apuntaron que el único parlamento autonómico que los utiliza es el vasco y entienden las quejas de Vox como una estrategia de desestabilización. 

Sin que se haya llegado a un consenso en esta primera jornada de trabajo del grupo de reforma, lo que quieren evitar los partidos es que se recurra continuamente en los plenos a la decisión del presidente que fue lo que ocurrió esta semana. Marcelino Marcos se negó a paralizar el debate y pidió al portavoz de Vox que apuntara las palabras que no fuera capaz de comprender para que luego Palacios se las pudiera traducir. No lo hizo, y simplemente despachó el final de discurso con consideraciones despectivas hacia el asturiano hablando de «bable, fala, llingua, gallego-asturiano o no qué».

Precisamente esta semana, la plataforma contra la oficialidad, estrechamente ligada a Vox y también a grupos como El Club de los Viernes, relanzó su campaña de vallas contra la llingua con imágenes del presidente Adrián Barbón junto al lema «obedece fala bable».