Las seis formaciones políticas coinciden en apostar por la ciencia, la industria o el turismo pero discrepan en las medidas fiscales
13 jun 2020 . Actualizado a las 05:00 h.Con legado terrible de más de 300 muertes relacionadas con la pandemia, Asturias se prepara para hacer frente a la no menos cruel mordedura del coronavirus en la economía. La comunidad ha avanzado fase a a fase en cada uno de los periodos de la desescalada en una posición privilegiada frente a otros territorios pero el Ejecutivo autonómico se ha mostrado especialmente cauto en el momento final. El Principado dio marcha atrás a su primera intención de levantar la apertura de fronteras con las comunidades limítrifes cuando Cantabria mantuvo el cierre a la circulación con el País Vasco tras dos rebrotes en sus hospitales y mientras en Galicia Alberto Núñez Feijoo apuntaba su intención de solicitar de forma anticipada la salida del Estado de Alarma. La diferencia es de una semana, abrir el lunes 15 para el norte, o aguardar al desconfinamiento general del 21 de junio. Pero son muchos los sectores económicos que cuentan los días de forma cada vez más acuciente, ¿cómo deberá ser la reconstrucción de Asturias? Los grupos parlamentarios en la Junta explican sus planteamientos con un fuerte peso de las iniciativas relacionadas con la industria, la innovación, los servicios sociales y también discrepancias sobre la fiscalidad.
En el pleno del miércoles, al consejera de Hacienda, Ana Cárcaba, le puso números al agujero del Covid-19 en las cuentas autonómicas: 150 millones menos por la caía de ingresos y 110 millones más por el gasto extraordinario en Sanidad. A falta de que se detalle cuánto le corresponderá a Asturias en el reparto del fondo que el Ejecutivo Central entregará a las comunidades, Barbón designó al primer equipo dentro de su gabinete que estará compuesto por el vicepresidente, Juan Cofiño, Ana Cárcaba y los consejeros de Industria, Enrique Fernández; y de Ciencia, Innovación y Universidad, Borja Sánchez. Además ha ofrecido los denominados «pactos de Fruela» al resto de grupos para consensuar las políticas de reactivación económica.
En ellas deben primar, según apuntó la diputada y secretaria de Organización de la FSA, Gimena Llamedo «reforzar el corazón industrial de Asturias, que permite generar empleo estable y de calidad, en el marco de una adaptación de esa industria a un nuevo modelo económico sostenible y respetuoso con el medio ambiente», algo en lo que también destacó que tendrá mucha influencia los recursos procedentes de la UE. Llamedo insistió en que la ciencia y la investigación deben ser un pilar de esa estrategia «apuesta que debe plasmarse en el impulso de empresas y actividades económicas vinculadas a la digitalización, las nuevas tecnologías y la I+D+i, garantizando la presencia en Asturias de profesionales jóvenes y bien formados, así como el retorno de los que están fuera».
Asturias quiere venderse además como destino de turismo seguro por su positiva respuesta a la pandemia y en este sentido, la socialista resaltó que pretenden que aumente su peso en el PIB «vinculado con el ámbito rural, la consolidación y expansión de la industria agroalimentaria será otra de las grandes prioridades» además de «garantizar, a la vez que se avanza en la reconstrucción económica, que ese crecimiento se desarrolla de forma justa, sin desigualdades, para que nadie se quede atrás en la recuperación».
Este último punto forma parte del discurso esencial de Izquierda Unida, su portavoz, Ángela Vallina remarcó que «es prioritaria la puesta en marcha del ingreso mínimo vital estatal con el refuerzo desde Asturias en la lucha contra la pobreza. Y es imprescindible impulsar un sistema sanitario que desarrolle plenamente el eje de la Atención Primaria y que debe ser capaz de poder afrontar nuevas pandemias con seguridad, para lo que es fundamental implementar un nuevo modelo de atención socio-sanitaria».
En el plano netamente económico, Vallina citó a la gran industria, el turismo y el comercio de proximidad; resaltando que «junto a todo ello, es necesario avanzar en la implantación de las TIC en todo el territorio para acabar con la brecha digital, tanto en el acceso socioeconómico como territorial campo-ciudad, dotando también al sistema educativo de los medios necesarios, especialmente en las zonas rurales, que se han visto muy limitadas por la brecha digital».
Desde Podemos Asturies, su portavoz Lorena Gil apostó por combinar la responsabildad con el medioambiente y la justicia social en el modelo laboral. «Para ello necesitamos una política industrial activa que apueste por la participación pública en la industria estratégica asturiana como vía para garantizar el mantenimiento del empleo y frenar las deslocalizaciones. Creemos que este nuevo modelo debe apostar por un Green New Deal que genere miles de empleos de economía verde y que cuente previamente con un proceso de participación ciudadana para establecer líneas económicas prioritarias de actuación, sin desdeñar otros sectores como la investigación sanitaria o la digitalización por su efecto tractor sobre el resto del tejido productivo».
La portavoz morada resaltó que la pandemia había puesto de manifiesto el valor del sistema público sanitario, que debe ser «blindado» tanto en lo que respecta a sus recursos como la protección de sus trabajadores. En este sentido, y de cara a proteger los servicios públicos recalcó que «no solo a nivel estatal, sino también en el marco de nuestro territorio es preciso afrontar el debate de una reforma fiscal que dote de mayor progresividad al impuesto sobre el patrimonio y al tramo autonómico del IRPF, para que esta vez, frente a lo ocurrido en la anterior crisis, el peso del ajuste no recaiga sobre los más vulnerables». Gil añadió que en el medio rural su grupo apuesta por una ley de precios mínimos e «impulsar cooperativas e industrias de transformación agroalimentaria que generen valor añadido y diversificar el actual sistema alimentario dependiente de grandes modelos industrializados».
Por parte del PP, el portavoz adjunto y responsable de Economia del grupo parlamentario, Pablo González destacó que «creemos irrenunciable que las medidas públicas de apoyo a los asturianos contemplen la dualidad personal y empresarial» con una atención singular a que «el conjunto de las ayudas deben de priorizar el sostenimiento de la renta de los hogares, el aplazamiento y abaratamiento de los costes fijos a las empresas, y en definitiva orientarse a mantener nuestra demanda y nuestra oferta en condiciones de resistir la brutal crisis económica que se acerca rápidamente a nuestro día a día».
Para la portavoz de Ciudadanos, Laura Pérez Macho, en el corto plazo, al menos, el grueso de las ayudas debería centrarse en los autonómos y las familias; «hay que concretar la Asturias que queremos, redefinir el tejido productivo de la región aprovechando hasta el último euro de los fondos que van a llegar de Europa. No podemos repetir los errores que se cometieron con otras ayudas como los fondos mineros, perder más oportunidades. Y para eso hay que apostar por proyectos estratégicos, con la vista en el largo plazo, para impulsar un tejido productivo más competitivo y más atractivo para empresas y personas, para atraer inversiones y retener talento en nuestra comunidad»; añadió.
En términos similares, el secretario general de Foro Asturias, Adrián Pumares, puso el foco en los autónomos como uno de los principales colectivos perjudicados por la pandemia y señaló que «pedimos una rebaja de impuestos en los sectores más afectados, aunque sea de manera temporal». Pumares reclamó diálogo permanente con los sectores implicados y rescató el diseño de la renta social de Gijón la pasada legislatura como una iniciativa posible. Aquella prestación entregaba fondos a las familias más necesitadas pero sólo podían gastarlos en el comercio local. «Permitiría dos objetivos fundamentales: ayudar a nuestros autónomos y comerciantes, y no dejar a nadie atrás en la salida de la crisis», incidió el diputado.
Por último desde Vox su portavoz Ignacio Blanco, reclamó flexibilidad en la normativa para las empresas y apoyo al turismo «de verdad como hacen en otras comunidades del norte»; pero ante todo exigió una reasignación de recursos en la que se dejen «de ejecutar programas de Cooperación al Desarrollo, Promoción del asturiano, empresas públicas, medios de comunicación públicos, cientos de millones de euros que deberían destinarse a promoción económica y que van directamente a la estufa ideológica del Gobierno».