Alcoa resuelve que Parter ha infringido su pacto y le exige que rompa con Riesgo

f. fernández REDACCIÓN / LA VOZ

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El presidente de Alcoa en España, Álvaro Dorado, durante una visita al presidente de la Xunta en septiembre
El presidente de Alcoa en España, Álvaro Dorado, durante una visita al presidente de la Xunta en septiembre XUNTA

La multinacional abre otro frente contra el nuevo gestor de las fábricas de A Coruña y Avilés

09 may 2020 . Actualizado a las 18:42 h.

Alcoa descartó hace un año al grupo industrial Riesgo como candidato a quedarse con las fábricas de A Coruña y Avilés que tenía entonces en venta. Pero, al final, han acabado en sus manos. Todo gracias a un acuerdo entre esa especie de novio despechado y el fondo suizo Parter, elegido por la multinacional del aluminio como salvador de las plantas, y que ahora acaba de revender. Pero el grupo con sede en Pittsburgh (Estados Unidos) tiene algo que decir, al fin, de la operación. Y es esto: «Alcoa ha notificado a Parter que está incumpliendo el acuerdo de venta firmado en julio del 2019 con respecto a la venta de Avilés y A Coruña, que incluía compromisos para mantener el empleo y la viabilidad de las plantas. Hemos pedido una resolución inmediata».

O sea, que la multinacional le está exigiendo a Parter que rompa el pacto con Riesgo, por el cual le vende el 75 % de Alu Ibérica, nombre de la nueva sociedad propietaria de las fábricas, y la que paga las nóminas a los 600 trabajadores. El acuerdo entre Alcoa y Parter -fruto de un pacto previo entre la multinacional y los trabajadores- incluye un compromiso de mantenimiento de empleo para la totalidad de la plantilla durante al menos dos años, que expiran el 31 de julio del 2021.

Fue el fondo el que dio su palabra y es el que debe llevarla hasta el final. No Riesgo. Incluso aunque este asegure que asume como propios las garantías dadas por el fondo suizo.

El grupo industrial asegura que tiene un plan de inversiones para las plantas -250 millones de euros a lo largo de cinco años- y que tiene detrás inversores austríacos. Pero no concreta mucho más.

Riesgo reclama, para llevar adelante sus planes, apoyo de las Administraciones y también los 40 millones de euros que se comprometió a gastar Alcoa en las plantas para ayudar al nuevo comprador a sacarlas adelante.

Alcoa ha notificado a Parter que está incumpliendo el acuerdo de venta

En este sentido, la multinacional del aluminio aclara: «Como muestra de buena fe, y como reconocimiento de los compromisos asumidos en el momento de la venta, Alcoa va a depositar los pagos que se tendrían que abonar a Parter en un depósito notarial. El dinero será aportado desde dicho depósito notarial a Alu Ibérica AC (A Coruña) y Alu Ibérica AVL (Avilés) cuando los compromisos que adquirió Parter en el acuerdo de venta firmado en julio del 2019 sean confirmados. Alcoa ha cumplido con todos los aspectos del pacto y espera que Parter haga lo mismo», zanja.

Desde que se dio a conocer la reventa (a mediados de abril), los sindicatos pusieron el foco sobre la posible ilegalidad de la operación, porque Alcoa había pactado con Parter que mantendría operativas las fábricas durante dos años. Con nadie más.

Guillermo Ruiz Blay, director del área legal y encargado de relaciones institucionales del grupo industrial Riesgo, aseguró que Alcoa no hablaba de incumplimiento de contrato, sino que exigía que se mantuviesen en vigor los acuerdos relativos al mantenimiento de empleo y actividad.

El Ministerio de Industria admitió en abril que Parter les comunicó en febrero que estaba negociando la entrada de un socio en Alu Ibérica, pero aseguró desconocer que sería para quedarse con la mayoría del capital y dirigir las plantas.

La venta como mal menor ante la amenaza de cierre

Todo empezó a mediados de octubre del 2018, cuando Alcoa anunció el cierre de las fábricas de aluminio primario de A Coruña y Avilés y el despido colectivo de sus más de 600 operarios. Salvaba la de San Cibrao porque era más rentable. Según el grupo, las primeras acumularon casi 100 millones en pérdidas entre los años 2017 y 2018.

En enero se llegó a un acuerdo con los trabajadores para buscar un comprador y evitar el cierre. Así fue que durante buena parte de la primera mitad del 2019 Alcoa se dedicó a un trabajo de selección de candidatos que desembocó con la elección de Parter. Todo el proceso fue supervisado por el Ministerio de Industria, que bendijo la operación. No en vano se salvaban casi 700 empleos y se garantizaban dos años de tranquilidad, que se han roto ahora con la reventa a Riesgo.

En medio de todo el proceso inicial, las fábricas dejaron de elaborar aluminio primario y se apagaron las electrolisis -en principio, de forma temporal-, que era por donde se escapaba la rentabilidad de las plantas. El elevado precio eléctrico y las menguantes ayudas públicas para enfriarlo se confabularon para que fuese así. Parter se comprometió a que si ese escenario cambiaba reactivaría las electrolisis.

Los comités sueñan con la nacionalización

El presidente del comité de empresa de Alu Ibérica de Avilés, José Manuel Gómez de la Uz, insistió ayer en la intervención del Gobierno en las plantas, a través de la Sociedad Estatal de Participantes Industriales (SEPI), ante la incertidumbre en torno al nuevo propietario, el grupo Riesgo. De la Uz consideró que la entrada de la SEPI permitiría sanear las fábricas y después abrir un nuevo proceso de búsqueda de inversores de esa planta metalúrgica.

A este respecto, resaltó que la firma Quantum, finalista en el proceso de venta de las plantas propiedad de Alcoa, que finalmente fueron adjudicadas al fondo suizo Parter, mantiene el interés por la factoría avilesina. Pero no por la de A Coruña.