Los concejos se resisten al máximo antes de cancelar. Los consistorios estudian medidas de apoyo al sector turístico y hostelero
25 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.Las incógnitas que merodean en todo lo relacionado con el verano son cada vez más y parece que están lejos de ser solucionadas, por el momento. El turismo, la hostelería y las fiestas son tres de los puntos fuertes de la región. Ahora, con la incertidumbre que acecha a la mayoría de los organizadores de las fiestas, y tras suspensiones como San Fermines o La Tomatina en nuestro país, los ayuntamientos de los concejos asturianos siguen apurando al máximo antes de cancelar y tener que contemplar la posibilidad de vivir un verano muy diferente a lo que estamos acostumbrados. Además, desde los consistorios estudian medidas para apoyar a los sectores del turismo y la hostelería, que serían de los más perjudicados.
Son muchos los pueblos de la región que ven reforzados sus ingresos durante la temporada de verano gracias, no solo al turismo, sino también a las romerías que atraen a multitud de gente a disfrutar de sus lugares. Sus beneficios se ven incrementados con la inundación de los bares y restaurantes, compras en los comercios, a los feriantes, y una larga lista de etcéteras. Los ayuntamientos viven con preocupación el impacto que tendrá la crisis sanitaria, y comienzan a barajar medidas. Todavía es pronto para conocer el verdadero alcance, que dependerá de « cómo se produzca la desescalada y su temporalización», según explican desde la Federación Asturiana de Concejos (FACC).
Mientras, los diferentes concejos asturianos buscan medidas que poder adoptar para ayudar y apoyar a estos sectores afectados por la crisis sanitaria. Entre ellas, la exención o bonificación de tasas, y también en materia de subveciones. Aunque, para estas, la Ley de Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local sólo contempla la información y promoción de la actividad turística de interés y ámbito local como competencia propia, por lo que es preciso disponer de amparo legal para llevarlas a cabo. Asimismo, la FACC está trabajando ya a través de su Comisión de Cultura, Turismo y Política Llinguística para analizar la situación, además de formar parte de del grupo de trabajo impulsado por la Viceconsejería de Turismo para preparar la reactivación del sector tras la pandemia.
Organizadores y orquestas no las tienen todas consigo
Los organizadores de las grandes y multitudinarias citas del verano asturiano tienen bastantes más dudas, y, sobre todo, las del mes de agosto están esperando ver qué ocurre con las que le preceden, como es el caso de El Carmín de la Pola. Los organizadores sierenses no tienen casi ninguna esperanza, y creen que, al igual que los Huevos Pintos el pasado 13 de abril, en julio no habrá fiesta. Las mayores esperanzas las mantiene el Descenso Internacional del Sella, quienes ya barajan otra fecha en caso de no poder realizarse el próximo 8 de agosto. Esta fecha sería el sábado 5 de septiembre, coincidiendo con siguiente martes el Día de Asturias. Aplazar no parece la gran opción de la mayoría de fiestas que, ante esta situación se muestran más a favor de la cancelación, por tratarse de citas multitudinarias y desconocer a ciencia cierta cuándo se acabarán las restricciones.
A pesar de esta visión de los organizadores, que muchos además no cuentan con la subvecion de los ayuntamientos para destinar la misma a otras obras, las formaciones y orquestas asturianas sí piden que, en la medida de lo posible, se aplacen las fiestas porque, de no ser así, verán sus ingresos reducidos a cero. Con un verano en blanco, no pueden sobrevivir al invierno y, aseguran, que podrían desaparecer un porcentaje muy alto de formaciones, sin contar dúos, tríos y DJs, que cuentan con unos 2.000 afectados directos, es decir, que trabajan en las formaciones.