Un informe destaca que se trata de la tercera comunidad con menor porcentaje de empleo paralizado por el confinamiento
01 abr 2020 . Actualizado a las 19:35 h.El impacto en el empleo, primero de la cuarentena impuesta por el primer decreto del Estado de Alarma por el coronavirus, y después por la ampliación del confinamiento señalando el cese de actividades consideradas no esenciales, no ha sido igual en todas las comunidades. En Asturias, con un relevante peso de la industria en la economía (alrededor del 20% de PIB regional) y con factorías de sectores como el acero o la química, el porcentaje de trabajos considerados «esenciales» se encuentra entre los más altos del Estado. Con el confinamiento total, la cifra de empleos paralizados en Asturias por ser considerados servicios no esenciales ronda el 42% de la población ocupada, lo que representaría unos 162.000 trabajadores que no pueden acudir a su puesto.
Estas son las cifras recogidas en el informe «Guía práctica para evaluar los efectos sobre el empleo de la crisis del COVID-19 y el Plan de Choque Económico», publicado por FEDEA, bajo la coordinación del economista asturiano Florentino Felgueroso. El análisis realiza dos consideraciones, una primera denominada enfoque estático y que se detiene en cifrar cuánto empleo se ve afectado directamente por los estados de alarma ampliado y de confinamiento total; y una segunda, el enfoque dinámico, en el que estima cuánto empleo se dejará de crear con el confinamiento.
Una de las bromas más recurrentes en las redes sociales tras decretarse la ampliación del confinamiento y de que se fijaran qué sectores serían considerados esenciales, era recurrir a la cita de la película Amanece que no es poco en la que uno de los vecinos recibe al primer edil al grito de «¡alcalde, todos somos contingentes pero tú eres necesario!»; pues bien, Asturias se encuentra a la cabeza de las comunidades en las que más empleos han sido considerados esenciales, en la que hay un porcentaje menor de trabajo cesado por el confinamiento frente a la epidemia. Y aún así, los números son aterradores. El estudio señala que en la primera fase de la cuarentena (el primer decreto), el cese de actividad afectó a unos 69.000 empleos en Asturias, alrededor del 18% de la población ocupada. Estos números se multiplicaron después al 42,2% afectando a unas 162.000 personas. Pero se trata de una de las cifras menores del Estado, sólo superada por Murcia y Extremadura, ambas con un importante sector agrario, que también se cuenta entre las actividades esenciales para garantizar el suministro de alimentos durante la crisis. Por el contrario, comunidades en las que el turismo y el sector servicios tienen un peso más relevante, son las que más sufren el parón de actividad. Entre ellas destacan especialmente Baleares (con el 61% de la población ocupada paralizada), Canarias (55%) o Valencia (50%).
En términos globales respecto al conjunto del país, los autores destacan que «aunque haya más empleo afectado de asalariados del sector privado que de trabajadores por cuenta propia, se observa una mayor incidencia entre estos últimos que entre los asalariados, esencialmente por tener una mayor presencia en los sectores afectados directamente por el Estado de Alarma».
Y añade que, con la ampliación del confinamiento «a partir del 31 de marzo, un millón de autónomos se verían afectados por la situación de confinamiento total (con una tasa de incidencia del 65.3% para empresarios con asalariados y del 56.1% para trabajadores independientes) por 7.3 millones de asalariados del sector privado (un 54.4% del total en esta situación profesional)».
Lo que se perderá en el futuro
«Desde una perspectiva laboral, la crisis del coronavirus estalla en el peor momento posible del año. En efecto, durante los últimos años, el período entre marzo y junio ha sido tradicionalmente el momento del año en el que se registraban los mayores volúmenes de contratación y el paro registraba su mayor descenso estacional», señalan los autores a la hora de definar lo que denominan el enfoque dinámico, es decir, el impacto de la crisis del coronavirus sobre el empleo que se podría haber creado y que no se hará. Y no es pequeño.
Tomando como referencia las cifras de contratos creados en las mismas fechas de finales de marzo del año pasado, el informe estima para Asturias unas 27.000 ofertas de empleo que no llegarán a producirse, un 47,3% sobre total de no empleados a 14 de marzo de 2018 que es en lo que basan su extrapolación.
En términos globales para el conjunto de España los autores estiman que serían alrededor de un millón de trabajadores lo que podrían haber logrado un empleo y no lo harán por la crisis del coronavirus y destaca que se trata del grupo más desprotegido a la hora de poder beneficiarse de alguna de las medidas planteadas por el Gobierno para frenar el impacto económico de la epidemia.
También destaca que, de cara al futuro, no todos los sectores tendrán una reactivación simultánea y que el turismo se encontrará entre los más afectados «dado que no todos los países levantarán las restricciones a la movilidad al mismo tiempo, y porque los efectos sobre dicho sector persistirán mientras existan posibilidades de contagio». Además advierte de que los colectivos más perjudicados serán los parados de larga duración, los nuevos entrantes en el mercado laboral (que se encontrarán con uno muy debilitado) y los trabajadores de mayor edad que podrían ser despedidos sin posibilidad de recuperar el empleo.