Que el asturiano iba a ser el pim pam pum de la legislatura lo demostró el hecho de que arrancara con la negativa, por parte de PP y Vox, a permitir que lo hablara en la Junta la consejera de Cultura, Berta Piñán. El reglamento de la cámara proclama explícitamente el derecho de los diputados a usar la llingua o cualquiera de sus variantes, que para Vox simplemente no existen o no se entienden. A veces. Depende del diputado que esté presente en la cámara.
El pleno del miércoles repitió la polémica con un protagonista inesperado, al empezar su intervención en gallego-asturiano el diputado del PP, Álvaro Queipo. Todo a cuenta una iniciativa en la que defendía el mismo trato para la denominaciones «Ría del Eo» y «Ría de Ribadeo». El PP, que se ha mostrado como acérrimo adversario del uso del asturiano en comisiones parlamentarias, tiene en Galicia un respeto exquisito por la lengua autonómica. Pero las palabras occidentales de Quiepo le sonaban a chino a Ignacio Blanco, de Vox. El diputado pidió al presidente de la Cámara, Marcelino Marcos, que Queipo se expresara en castellano «por no entender en lo que habla».
Blanco hizo su protesta apenas una hora después de que el diputado de Podemos, Rafael Palacios, hubiese fijado la posición de su grupo a una iniciativa de IU sobre salario social usando el asturiano durante todo el tiempo, sin que motivar la queja de ningún parlamentario; según recogió EFE.
La intervención del diputado popular, natural de Castropol, sí que motivó las quejas de Blanco, que fueron atendidas por el presidente de la Junta y aceptadas por Queipo, que continuó su intervención en castellano «sin problemas». Aunque toda vez que Blanco había dicho que no entendía «el gallego», Queipo le corrigió que el gallego-asturiano «es otra lengua».
Marcos había señalado previamente, que era preciso aplicar el reglamento en este asunto, «ya vivido por la Cámara», en referencia al informe que los letrados de la Cámara hicieron a raíz de que tanto Vox, como el PP, se quejasen al inicio de la legislatura de que la consejera de Cultura, Berta Piñán, quisiese intervenir en asturiano durante una comparecencia.
A la hora de fijar su posición, la diputada de Podemos Nuria Rodríguez, lo hizo en asturiano lo que llevó a la diputada de Vox, Sara Álvarez,(en ese momento estaba ausente el portavoz- a pedir que la intervención se hiciera en castellano). Lo cierto es que Rodríguez ha preguntado irónicamente a la otra diputado de Vox, Sara Álvarez Rouco, si ahora lo entendía ya que no había reclamación desde su grupo por estar ausente su portavoz, Ignacio Blanco. Tras advertir repentinamente que no entendía lo que decía la diputada morada, Álvarez reclamó que hablara en castellano.
En esta ocasión, la diputada de Podemos le recordó al presidente de la Cámara que tenía la posibilidad de hacer su intervención en la llingua asturiana y de hacer posteriormente, dentro del tiempo que tiene asignado, su traducción al castellano.
Sí que utilizó esta lengua al dirigirse a Vox y decir que «hay que tener jeta y caradura para decir que van defender al occidente de Asturias cuando no saben ni entienden su lengua».
No obstante, tras concluir su intervención en asturiano evitó hacer la traducción al señalar que, como no la llevaba escrita, no se acordaba ya de lo que había dicho.
Desde IU, Ovidio Zapico, ha lamentado que sea ahora un diputado del PP el que haya sufrido la «represión lingüística» a manos de Vox, mientras que desde Ciudadanos, Sergio García, ha denunciado que se utilice la lengua como herramienta de enfrentamiento entre representantes de los asturianos.
El parlamento asturiano acordó el pasado 23 de octubre, con los votos del PSOE, Podemos e IU, abordar la reforma de su reglamento para permitir que cualquier persona que comparezca en el parlamento pueda hacerlo en asturiano, de forma que este derecho no esté limitado sólo a sus diputados.