La multinacional asturiana pierde la mitad de su valor desde que hace 20 días culminase su agrupación de acciones
31 jul 2019 . Actualizado a las 05:00 h.La hemorragia no cesa en Duro Felguera. La multinacional asturiana lleva más de año y medio en una situación de lenta agonía en la que no ve la luz al final del tunel. La delicada situación financiera de la empresa amenaza su viabilidad y el fantasma del concurso de acreedores planea de nuevo. Los responsables de la compañía han salido al paso para zanjar cualquier tipo de rumor, pero lo cierto es que el mercado ha vuelto a poner sus acciones en la picota. En 20 días, el valor de las participaciones ha caído la mitad.
Duro Felguera aprobó un «contra split» que culminó el pasado 10 de julio. Se trata de una operación que consiste en multiplicar el valor nominal de la acción. Para ello, se agrupan las acciones, de tal forma que una acción que valía antes 1 euro, ahora vale 10 euros tras unir paquetes de 10 acciones de 1 euro. Es decir, se reduce el número de participaciones en circulación pero aumentan su valor. Con esta operación, la compañía pretendía conseguir un precio que fuera más atractivo para el mercado. Su cotización en el momento de comenzar a cotizar era de 41 céntimos. 20 días después, valen 21 céntimos. Tan solo el primer día pareció que los inversores acogieron con interés la medida, ya que la empresa se anotó un 0,6% de subida. A partir de ahí, la pérdida de valor ha sido continua, con el 25 de julio como fecha marcada en rojo. Ese día, Duro se dejó el 29,4% de su valor. Ahora su valor es de poco más de 20 millones.
Los rumores se dispararon e incluso la multinacional salió al paso para intentar calmar la situación. Según aseguraron, la compañía «continúa gestionando su situación financiera en un entorno cada vez más complejo». También insistieron en que mantienen abiertas las negociaciones con la banca para obtener la financiación necesaria.
La difícil situación económica de la empresa viene de hace tiempo. Hace ahora un año, acometió un proceso de reestructuración financiera que incluyó una ampliación de capital, una refinanciación de la deuda y la obtención de una nueva línea de avales. Parecía que esta iba a ser la solución, sin embargo, el tiempo ha demostrado que no era así y la empresa necesita «financiación adicional en el ejercicio 2019». Algunas fuentes señalan que los bancos acreedores no están dispuestos a poner más facilidades y, en ese escenario, la solución parece complicada. Mientras los directivos buscan una solución, la empresa sigue perdiendo valor bursatil.
En la última Junta de Accionistas, el grupo asturiano de ingeniería y bienes de equipo anunció un plan estratégico que pasa por una apuesta por las energías renovables y las líneas eléctricas y la limitación de su presencia internacional con el objetivo de aumentar su contratación desde los 260 millones de euros previstos para este año hasta los 850 millones en 2023.