17 selectividades y un único distrito universitario: los estudiantes se rebelan

S.D.M.

ASTURIAS

Una profesora explica en una sede de la Universidad de Oviedo las instrucciones básicas de la EBAU
Una profesora explica en una sede de la Universidad de Oviedo las instrucciones básicas de la EBAU Uniovi

Cada región organiza su prueba de acceso, con sus propios contenido pero de acuerdo con una normativa estatal. El Principado y el ministerio, partidarios de explorar una vía de coordinación

06 jun 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Reválida hasta 1974. La selectividad hasta el año 2010. PAU hasta el 2016. Lo que ahora se conoce como EBAU, la evaluación de Bachillerato para el acceso a la Universidad, existe desde hace décadas pero con diferente nombres y filosofía. Siempre ha sido visto como una barrera más o menos innecesaria. Ahora lo que se denuncia es que es una fuente de inequidad. En función del territorio en el que te examines es más fácil o más difícil. ¿Es esto cierto? El examen de Historia de la primera jornada es siempre el más controvertido en Asturias. Los estudiantes se quejan de la gran cantidad de materia que les embuten en un curso y en único examen. ¿Tiene sentido que en una misma prueba alguien tenga que definir qué es romanización y explicar la política económica del franquismo en sus diferentes etapas y la evolución económica del país? A continuación se aportan algunas de las claves para poder responder a estas preguntas.

En España conviven 17 selectividades diferentes, una para cada comunidad autónoma, con un único distrito universitario, es decir, que la nota de la reválida vale en todo el territorio. Es decir, un alumno que hace la prueba en el Principado pueda usar sus resultados para optar a una plaza en un grado de Universidad de Sevilla. Lo explica la Universidad de Oviedo en su página web: «La solicitud de plaza puede efectuarse en cualquier universidad. Todas las plazas de los estudios con límite de admisión se ofertan en distrito abierto, es decir, el estudiante compite con los solicitantes de cualquier distrito universitario español». ¿Tienen sentido, entonces, esas 17 EBAU? Los estudiantes se han rebelado y dicen que no.

La normativa

La Ley Wert, Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativas (LOMCE) o ley 8/2013, de 9 de diciembre. Las tres son la misma normativa, la que rige la educación en España y la que establece la obligatoriedad de someterse a una reválida en Bachillerato. Al contrario de lo que pretendía inicialmente el PP, que ha sido su impulsor, es una reválida no es necesaria para titular pero sí para acceder a la Universidad. Así quedó establecido en un real decreto del año 2016. Otro real decreto de ese mismo año establece que el Ministerio de Educación tiene que fijar mediante una orden las características, el diseño y el contenido de esas pruebas y un tercero indica que los estándares de aprendizaje evaluables procederán del currículo básico de Bachillerato. Esta es toda la normativa que ampara el actual sistema.

El ministerio publica cada año una orden que determina cómo tiene que ser el examen. La de este año se publicó en el BOE el 15 de enero. Aquí se establece el marco general que todas las regiones deben respeta. Este documento indica que cada una de las pruebas tendrá una duración de 90 minutos, que el descanso entre exámenes tendrá que ser de 30 minutos, que las pruebas deberán contextualizar en entornos próximos a la vida del alumnado, que debe contener preguntas abiertas o semiabierta que pondrán a prueba el pensamiento crítico y la reflexión del alumnado o que la calificación tiene que expresarse en una escala de 0 a 10 con tres cifras decimales y redondeada a la milésima.

Con ese marco comienzan a trabajar las comunidades. La Consejería de Educación del Principado cuenta con un decreto propio, del año 2018,  que marca cómo se organiza en Asturias. Ahí es donde se establece que es la Universidad de Oviedo es la institución encargada de la gestión de la realización material de los exámenes, aunque de manera coordinada con el Gobierno, a través de una comisión mixta. Esa coordinación corresponde a representantes del profesorado y a expertos educativos, además de personal universitario. Insiste el decreto en que es imprescindible «generar un marco normativo estable, predecible, integrado, claro y de certidumbre, que facilita la actuación y la toma de decisión de las personas que, cumpliendo los requisitos, puedan presentarse a las pruebas». 

Cómo se organiza la EBAU en Asturias

A los centros y a los alumnos siempre les urge saber cuánto antes cómo va a ser la prueba o si se van a producir cambios. Así que, aunque la orden ministerial que regula la prueba no suele estar aprobada a comienzos del curso académico -la de este enero como ya se dijo es del 15 de enero-, la comisión organizadora de la EBAU se pone en marcha en el último cuatrimestre del año, nombra a los responsables de cada materia para ese curso y fijar el calendario de reuniones entre esos responsables de materia con los docentes de Secundaria. Esos responsables de materia, propuestos y acordados por la Universidad y por el Principado y luego aprobados por la comisión organizadora, suelen ser las mismas personas todos los años, por lo que acumulan años de experiencia.

Cada asignatura tiene dos coordinadores, uno de la Universidad y el otro del Gobierno regional. Durante el primer cuatrimestre del curso académico, estos responsables de las asignaturas se reúnen con los profesores de los institutos para acordar las características de las pruebas y levantan acta de la reunión. Estos documentos son públicos y se cuelgan junto con el resto de información de la materia en la web de la Universidad de la Oviedo. Todo este trabajo ya está listo antes de enero, cuando se publica la orden ministerial que determinan las características, el diseño y el contenido de la evaluación, las fechas y hasta la resolución de los procedimientos de revisión de las calificaciones obtenidas en para el curso correspondiente. 

Ya en el mes de febrero el presidente de la comisión organizadora de la EBAU se reúne con los coordinadores para ultimar los detalles de la prueba. Entre marzo y abril, la propia comisión organizadora se reúne para cerrar el calendario definitivo, mientras que los responsables de cada materia elaboran modelos de examen que entregan en el Vicerrectorado de Estudiantes. 

Falta por incorporar a los correctores. Tanto de la Universidad como del Principado solicitan la participación de funcionarios docentes que pueden ser elegidos mediante sorteo o por designación directa de los respectivos responsables de materia. Hasta los días previos a la EBAU, hay reuniones para aclarar los detalles de la prueba.

¿Todo este proceso, en el que están implicados tantos profesionales, garantiza la equidad de la prueba? Ni el Principado ni la Universidad de Oviedo son partidarios de cambiar el modelo y de implantar una selectividad única en toda España. En todo caso el consejero de Educación, Genaro Alonso, entiende que puede intentar mejorarse la coordinación.