Ocho cámaras vigilarán en Asturias el uso del móvil en los coches

José Manuel Pan / La Voz REDACCIÓN

ASTURIAS

CAPTADA POR LA CÁMARA. La imagen es de una conductora que fue grabada por una de las cámaras que la DGT tiene instaladas en Galicia. La mujer va usando el móvil mientras conduce por la A-55
CAPTADA POR LA CÁMARA. La imagen es de una conductora que fue grabada por una de las cámaras que la DGT tiene instaladas en Galicia. La mujer va usando el móvil mientras conduce por la A-55

Tráfico usará los dispositivos que ya tiene instalados para controlar el uso del cinturón en toda España

03 jun 2019 . Actualizado a las 13:31 h.

Un coche invade el carril izquierdo en un tramo recto de un túnel y colisiona frontalmente contra otro. El conductor muere, pero los investigadores sospechan que estaba utilizando el móvil cuando su vehículo se desvió a la izquierda. Una conductora se sale de la carretera en la autovía y su coche acaba volcando. Hay dos heridos graves. Ella reconoce que se despistó un momento porque le había entrado un mensaje en el móvil.

Son solo dos ejemplos de accidentes en los que el uso del teléfono parece haber sido decisivo, pero hay muchos más. Los investigadores de la Guardia Civil atribuyen a las distracciones un tercio de los 1.180 muertes del año pasado en las carreteras españolas (32 en Asturias). Y Tráfico relaciona ese tipo de accidente con el creciente uso del móvil, que desde el 2016 ha situado a las distracciones como la primera causa de siniestro mortal en las carreteras españolas, por encima de los excesos de velocidad y del alcohol.

Desde entonces, la lucha contra el uso del móvil al volante es permanente. La Dirección General de Tráfico ha incrementado la vigilancia sobre esta infracción, una de las más peligrosas. Lo hace en carretera con los agentes de la Guardia Civil, desde el aire con el helicóptero de la Patrulla Aérea de Tráfico y ahora también con las cámaras fijas que vigilan si los conductores usan el cinturón de seguridad. En España hay 216 puntos de control de ese tipo (8 están situados en las carreteras asturianas).

Las cámaras, que están situadas en paneles de mensaje y en postes de información de la DGT, graban la parte delantera de los coches e identifican el vehículo por su modelo y por su matrícula. Todas las imágenes se envían de forma telemática a un centro de tratamiento de denuncias, donde son analizadas mediante un programa informático. Las que presentan alguna incidencia son examinadas por operadores, que comprueban visualmente si el conductor aparece manipulando el móvil. Después se envía el expediente a la jefatura provincial de Tráfico que corresponda para que tramite la denuncia.

La furgoneta camuflada

En otras comunidades utilizarán, además, otros sistemas complementarios. Por ejemplo, en Galicia también la Guardia Civil cuenta con una furgoneta camuflada desde la que los agentes tienen una visión más elevada para poder comprobar si los conductores con los que se cruzan en la carretera van usando el teléfono móvil.

La guerra contra el uso del teléfono mientras se conduce también cuenta con la respuesta de la Fiscalía de Seguridad Vial, que ha ordenado a las policías de Tráfico que investiguen los accidentes mortales para saber si los conductores implicados iban usando el móvil en el momento del siniestro.

El uso del teléfono móvil mientras se conduce está considerado como una de las infracciones más graves, equivalente a conducir borracho. Un estudio científico de la Universidad de Barcelona en colaboración con tres universidades australianas comparó el nivel de concentración de alcohol en sangre con los efectos del uso del móvil. Los investigadores comprobaron que cuando la conversación telefónica requería una mayor atención, el equivalente en el test de alcoholemia se hallaba por encima de la tasa permitida.