Los conflictos por deslindes iniciados por municipios de las vecinas comunidades de León y Cantabria amenazan con mermar el territorio regional en los concejos de Cabrales, Somiedo y Peñamellera Baja
05 may 2019 . Actualizado a las 05:00 h.Los conflictos de deslindes iniciados por el municipio leonés de Cabrillanes y por los municipios cántabros de Herrerías y Cillorigo de Liébana amenazan con hacer Asturias más pequeña, con mermar el territorio regional afectando a los concejos de Somiedo, Peñamellera Baja y Cabrales. Este último ya sin posibilidades de recurrir porque la sentencia del Tribunal Supremo es firme. Los otros dos ayuntamientos asturianos no se dan por vencidos y están dispuestos a dar la batalla en los juzgados hasta el final por defender sus fronteras, límites históricos que marcan los mojones y de los que dan fe los vecinos de más edad de esos concejos. No es baladí la pérdida de hectáreas para la región en general y para esos concejos en particular puesto que supone una pérdida de zona de pastos que perjudica a los ganaderos.
En los tres casos han sido los municipios de las vecinas comunidades autónomas los que han acudido al Instituto Geográfico Nacional a reclamar territorio de Somiedo, Peñamellera Baja y Cabrales como suyo, dando lugar a procesos que se han prolongado en el tiempo debido a las investigaciones necesarias y a los recursos a las sentencias, así como a tiranteces entre los ayuntamientos colindantes, «sobre todo cuando los deslindes afectan a intereses económicos», apunta el alcalde de Pañamellera Baja, José Manuel Fernández.
Somiedo
Por donde más riesgo hay de que Asturias mengue unas cuantas hectáreas es por Somiedo. El pasado mes de abril, el Boletín Oficial del Estado publicaba la resolución del Estado en la que se pronunciaba a favor de quitar 674 hectáreas a este municipio asturiano a favor del leonés de Cabrillanes reconociendo la línea límite fijada por el Instituto Geográfico Nacional en su informe de 8 de febrero de 2019. En concreto, la resolución apoya el deslinde basándose en el acta de la Real Ejecutoria de 1788, firmada por Carlos III, que considera el documento más antiguo en el que todas las partes mostraron acuerdo. Somiedo, por su parte, alega la existencia de un acta del año 1882 que, posteriormente, fue refrendada en 1932. Señala además el municipio asturiano que la Ejecutoria del siglo XVIII contiene errores de carácter territorial y no fue firmada por el representante somedano, sino por otro persona no autorizada para representar los intereses del concejo.
El caso es que la resolución del Estado restaría un buen trozo de terreno que Somiedo no está dispuesto a entregar sin plantar batalla. El alcalde, Belarmino Fernández Fervienza ha confirmado a La Voz de Asturias que el Ayuntamiento recurrirá ante la Audiencia Nacional, para lo cual tienen un periodo de dos meses, según indica la propia resolución. Así, la administración local, en coordinación con la autonómica, defenderá que «dicha Ejecutoria no está firmada como tal», con lo que habría «un defecto legal por no estar aprobada» que da a Somiedo opciones para no perder esas 674 hectáreas de terreno, como sucediera en 2005, cuando el municipio asturiano ya perdió algo más de 128 hectáreas después de que la Audiencia Nacional resolviera en favor de los intereses de Cabrillanes.
Peñamellera Baja
Un proceso similar podría esperarle al Ayuntamiento de Peñamellera Baja, un concejo que limita con seis municipios de Cantabria. Uno de ellos, Herrerías, ha solicitado un deslinde de terreno al asturiano al no estar de acuerdo con el límite trazado por el Instituto Geográfico Nacional. Según ha explicado el regidor de Peñamellera Baja, José Manuel Fernández, es un proceso que está en los primeros estadios, por lo que aún no están cuantificadas las hectáreas de terreno que le reclama el municipio cántabro. «Son ellos los que no están de acuerdo», comenta el alcalde, quien asegura que han desaparecido dos de los mojones que marcaban el territorio de cada uno.
En su opinión, es el municipio de Herrerías «el que invade nuestro territorio». El mayor perjuicio es por la zona de pastizales que se podría ver afectada por el deslinde que reclaman y porque hay importantes plantaciones de eucalipto. Fernández ha explicado que por lo pronto, personal del Instituto Geográfico Nacional, de las administraciones autonómicas y de los ayuntamientos han visitado la zona que genera el conflicto y que está a la espera de que el Instituto presente una propuesta. Admite que estos procesos de deslinde son «muy farragosos, sobre todo, cuando hay intereses económicos» por el medio.
Cabrales
Donde no tienen más que hacer porque la sentencia del Supremo es firme es en el Ayuntamiento de Cabrales, también afectado por un deslinde de unas 80 hectáreas tras reclamación presentada por el vecino municipio cántabro de Cillorigo de Liébana. Aunque una orden ministerial aprobaba el paso de territorio a manos de la comunidad vecina hace más de una década, no fue hasta el 27 de febrero de este año cuando quedó confirmada la sentencia tras su publicación en el BOE. El alcalde cabraliego , Francisco González, manifestaba estos días que el deslinde «aún está sin realizar», aunque estima que podría ejecutarse «en cualquier momento». La zona de deslide está localizada en la zona del Jitu de Escarandi, un mojón que delimitaba ambas comunidades y que desapareció hace meses de donde estaba ubicada. El regidor señala que el mayor perjuicio es para la ganadería por la merma de pastos, además de tener una gran afluencia turística, los dos de los motores económicos el concejo. «El deslinde lo marca la ley y no hay vuelta atrás», dice con resignación Francisco González, que añade con cierto tono crítico que en el Principado debería haber «más celo a la hora de defender el terreno».
En el proceso judicial, los asturianos reclamaron que el citado Jitu de Escarandi estaba ancestralmente 400 metros más al este y tres vecinos de Liébana atestiguaron que el sitio era el correcto y no se había movido en siglos. El terreno en cuestión eran 80 hectáreas entre los dos concejos y ninguno se llevó la cantidad completa aunque se reconocieron parcialmente las demandas de los cántabros. En concreto, se dirimía la propiedad de dos franjas, 60 hectáreas alrededor de Escarandi y 20 en Brañaseca que es la braña más fértil de pasto de la zona.
La superficie según los anuarios del INE
Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), el territorio asturiano contaba en 2018 con una superficie de 10.603 kilómetros cuadrados, aunque esta superficie fue mayor otrora. El anuario de 1919, perteneciente al fondo documental del INE, hace referencia a los censos de entre 1877 y 1910, según los cuáles Asturias tenía entonces 10.894,50 kilómetros cuadrados de superficie. Si bien el anuario de 1949 mantenía esa superficie, el de 1968 contempla una disminución del territorio, cifrada en 10.565 kilómetros cuadrados. Es decir, 292 kilómetros cuadrados menos, lo que vendría a ser un territorio como el propio municipio de Somiedo. En cambio, el anuario de 1996 ya habla de una cifra que se corresponde más o menos con la actual.