El comité de Avilés acusa al Ejecutivo de intentar alargar el conflicto para que pasara la campaña. La plantilla de A Coruña responsabiliza a la Administración de su posible cierre
26 abr 2019 . Actualizado a las 14:10 h.El último Consejo de Ministros de la legislatura no ha aprobado el prometido estatuto de la industria electrointensiva. El estatuto ha quedado en el cajón hasta después de las elecciones generales y depende de cuánto tarde en formarse el nuevo Gobierno para que las medidas lleguen a tiempo de salvar las plantas y de evitar el despido del 43 % de sus trabajadores. La venta de las fábricas de Alcoa en A Coruña y en Avilés antes del 30 de junio, para salvarlas del cierre parcial, podría frustrarse porque los inversores ya no tendrían asegurado un precio competitivo de la electricidad. Esto ha indignado a los comités de empresa de ambas planta. En Asturias hablan de «juego sucio» y de intentar aplazar el proceso para que no coincidiera con la campaña. En Galicia sin incluso más duros y responsabilizan directamente al Ejecutivo de un posible cierre. Ambos se sienten «estafados»
El comité de Avilés
El presidente del comité de empresa de Alcoa Avilés, José Manuel Gómez de la Uz, ha acusado al Gobierno central de haber engañado con «juego sucio» a los trabajadores y a Asturias en su conjunto al no aprobar el estatuto para la industria electrointensiva. El representante sindical ha indicado a Efe que el Ejecutivo era conocedor desde el pasado 9 de abril de las alegaciones de la Comisión Nacional de Mercado de la Competencia sobre el estatuto para la industria electrointensiva «y no dijo nada». «Por lo tanto, jugó con nosotros y lo único que quería el Gobierno era que pasara la campaña política para que hoy, a última hora, nos enteráramos de que no había estatuto y no tuviéramos tiempo de reacción, y eso es juego sucio», ha declarado Gómez de la Uz. «La guerra no está perdida pero lo que es evidente es que estamos mucho peor de lo que estábamos y lo que es claro es que el Gobierno nos ha engañado y ha jugado con nosotros», ha subrayado.
El comité de A Coruña
El presidente del comité de empresa de la fábrica de Alcoa en A Coruña, Juan Carlos López Corbacho, ha lanzado duras críticas al Ejecutivo central por no aprobar el proyecto de estatuto para las electrointensivas y ha sostenido que «el Gobierno es al final quien nos va a cerrar». Los trabajadores de Alcoa han mostrado esta mañana, en una reunión con el alcalde de A Coruña, Xulio Ferreiro, su malestar por este contratiempo ante el que se sienten «estafados porque nos han mentido una vez más». «El Gobierno nos prometió en enero un escenario de seis meses para buscar una salida para las plantas» y, en las diferentes reuniones que han mantenido, «se comprometían a garantizar el cien por cien del empleo y nos han mentido porque no es así», ha reconocido Corbacho.
El presidente del Comité de Empresa ha señalado al Ministerio de Transición Ecológica como el culpable de la situación que es, para Corbacho, «el gran desaparecido en este problema», y ha explicado que «nadie habla de Teresa Rivera, ni de lo que está pasando aquí y tiene competencias en Energía», por eso, a su juicio, la ministra «es la persona que está boicoteando cualquier solución». Juan Carlos López Corbacho, como portavoz de los trabajadores, ha hablado por ellos al manifestar que los dirigentes políticos «una vez más nos defraudan» porque reclaman un papel «responsable» del Gobierno al que le ha exigido «un proyecto industrial para el país».
En ese sentido, ha recordado que en las últimas fechas han recibido distintas propuestas para que la fábrica de Alcoa siga abierta señalando que «hay inversores interesados en nuestras plantas y que tienen proyectos, pero es el propio Gobierno el que no nos da tranquilidad». Por eso, ha solicitado que «el Gobierno ponga en orden a sus ministerios, porque los inversores están llamando a la puerta para hacerse cargo de las plantas y no puede ser que los que nos tienen que dar una solución sean los que nos pongan las trabas», ha subrayado Juan Carlos López Corbacho, que ha renunciado a escuchar «más compromisos de nadie, no los queremos, porque lo que queremos son soluciones».