Su conjunto de arte paleolítico es reconocido a nivel internacional
01 abr 2019 . Actualizado a las 05:00 h.En abril de 1968, miembros del grupo de montaña Torreblanca junto con dos jóvenes riosellanos descendieron por una pequeña sima conocida como Pozu´l Ramu. Una incursión que daría lugar al descubrimiento de una cueva que goza hoy de fama internacional. El Camarín de las Vulvas y el Panel Principal fueron descubiertos gracias a esta incursión, que más de cincuenta años después se sigue recordando por su repercusión a nivel local, regional, nacional y mundial. La cueva de Tito Bustillo es uno de los conjuntos rupestres más valorados a nivel internacional a la hora de hablar de arte paleolítico. El 7 de julio de 2008, el Comité Permanente de la UNESCO incluyó este yacimiento en su selecto listado de Patrimonio Mundial junto a otras cuatro cuevas asturianas (El Pindal, La Peña de Candamo, Llonín y la Covaciella). Un reconocimiento a Tito Bustillo, cuyo nombre tiene su origen en la tragedia que acompañó a uno de sus descubridores: a los pocos días del hallazgo, uno de sus protagonistas, Celestino Fernández Bustillo, falleció en un accidente de montaña, lo que motivó que se rebautizara la cueva del Pozu´l Ramu con el nombre hoy conocido por todos. Así es una cueva de talla mundial.
Localizada en Ribadesella, e instalada en el macizo de Ardines se halla este conjunto kárstico. Los entresijos de esta cueva alojan uno de los conjuntos ruprestes más destacados del arte paleolítico de Europa. Una longitud de 700 metros contempla esta galería, que e divide en once conjuntos, que permiten contemplar desde la conocida Galería de los Caballos hasta la Mano en Negativo, uno de los hallazgos más sorprendentes y únicos del complejo, que muestra una mano pintada en negativo y en color rojo.
Más de un centenar de representaciones grabadas y pintadas se pueden observar en su interior. Estas se corresponden con dos etapas culturales: una premagdaleniense (signos en rojo y escasa figuración animal) y otra magdaleniense, con zoomorfos varios y distintas técnicas. De estos grabados, destacan los caballos y renos, composiciones que, gracias al empleo de diferentes pigmentos y raspados de contornos, favorecen una viveza policromática muy diferenciada. Las representaciones van variando, ya que las épocas se superponen entre sí. Así, se aprecian diferencias atendiendo a las preferencias de quienes habitaron en la cueva entre el 22.000 y el 10.000 a. de C.
¿Qué les llevaron a realizar estos grabados?
Numerosas teorías han salido a la palestra con el paso de los años a la hora de explicar las razones detrás de estas pinturas. Algunas apuntan a la necesidad de atender a la intención artística o un mero recordatorio de los animales que aquellos habitantes se disponían a cazar, aunque no hay una base que sustente estos supuestos, debido principalmente a la falta de documentación sobre ellas. Una ausencia de propósito que, no obstante, no quita un ápice de interés a estas obras.
Consejos para la visita
Debido a la importancia de preservar el excelso patrimonio que aloja esta cueva, las visitas son limitadas a un máximo de 15 personas por pase. La edad mínima para acceder es de siete años y la visita dura aproximadamente una hora. Independientemente del mes del año, se recomienda llevar ropa de abrigo y calzado adecuado para evitar incomodidades. Es imprescindible máxima puntualidad. El visitante debe acudir a la recepción del Centro de Arte Rupestre de Tito Bustillo, situado a 200 metros de la entrada a la Cueva, como mínimo con 30 minutos de antelación respecto al horario de pase reservado, para identificar su reserva. En caso contrario perderá su derecho de entrada. La información respecto al recorrido y los requerimientos se puede consultar en la web.
Puede completar este plan visitando el Centro de Arte Rupestre, un edificio vanguardista que ofrece una visión del conjunto de la prehistoria asturiana. No es necesario disponer de nociones básicas sobre arqueología para disfrutar de este lugar, ya que la información e interactividad del mismo facilita al visitante la comprensión de las nociones explicadas. Este complejo nace con el fin de convertirse en un gran equipamiento de difusión y estudio de la vida y producción artística de la cueva de Tito Bustillo, y dispone de referencias a otras cuevas de la región. Se divide en seis áreas, y visitarlo permite conocer zonas inaccesibles de la cueva que no son posibles visitar. Un plan perfecto para conocer un conjunto de arte paleolítico en una cueva de talla mundial: Tito Bustillo.