De cómo la leche y la industria hicieron que los habitantes del Principado pasaran de ser los más bajos del XIX a superar el promedio español en el XX
05 mar 2019 . Actualizado a las 16:01 h.Lo cierto es que a la hora de medir variables tan complejas como la mejora que supone la educación en la dieta alimenticia, facetas de la prosperidad de un lugar, el tamaño importa. No es por casualidad que en las últimas décadas del siglo XX, España destacara como uno de los países con mayor crecimiento de altura media de sus habitantes, hasta 13 centímetros. Y un dato más, la llegada de la democracia permite al conjunto del país una convergencia que permite igualar brechas que reflejaban incluso lo pronto o tarde que se había entrado en la revolución industrial. Las investigaciones de carácter estadístico permiten aventurar una cuestión más, en las comunidades con mucha emigración, los que viajan suelen ser más altos que los que se quedan.
Los datos se pueden empezar a contar de forma fiable a los azarosos comienzos del siglo XIX en España, el primer reemplazo de servicio militar que llama en Estado mide la estatura de los jóvenes de 1838. En ese primer cálculo los asturianos nos aparecen enanos, apenas metro y medio que, sin embargo, en escasas décadas se dispara hasta hacerlos gigantes en el conjunto de la península. Todo relacionado con la expansión de la industria y también «un mayor consumo de proteínas» que marca una frontera de centímetros hacia arriba entre el norte y el sur. Lo explica el profesor José Miguel Martínez-Carrión, de la Universidad de Murcia. «No es sólo que aumente la renta por cápita, también la educación, el consumo de leche, la higiene, y sobre todo que los niños dejaran de trabajar», apunta el investigador con varios trabajos sobre la materia y añadió que con el despunte del nuevo siglo, la igualdad de altura entre comunidades indica que «el mensaje que nos da el estado de las autonomías es que han servido la distribución». Martínez-Carrión ha publicado estudios como «Regional Inequality and Convergence in Southern Europe. Evidence from Height in Italy and Spain, 1850-2000», Revista de Economía Aplicada, 74, vol. XXV, pp.75-103; además de otros artículos en esta materia en Nutrición Hospitalaria (2016) y Revista de Economia Aplicada (2017).
Los primeros asturianos medidos para una reemplazo miden 1,58 «muy bajitos y, sin embargo, a partir del siglo XX son más altos que el promedio español» destacó Martínez Carrión, que señaló que «deberíamos relacionarlo con el consumo de carne y proteínas que tienen los asturianos y la especialización láctea que triunfa en el norte de España. El profesor destacó a la industrialización, que se da pronto en Asturias, se une fenómenos de urbanización, mejoras en el consumo. En todo caso, en el conjunto de tallajes que se recogen de toda la historia reciente de España hay un agujero, una disminución súbita de centímetros, en la antesala de cruzar la mitad del siglo XX, en la postguerra del conflicto civil y que pone de manifiesto los estragos de la dictadura, grabados en la carne y en los huesos menguados de los españoles.
«El franquismo no dio la talla, todos los historiadores económicos que nos hemos dedicado a cuantificar la calidad de vida, con la altura, con la renta per cápita, con los salarios reales, con el consumo, las condiciones de las enfermedades y todos los indicadores cayeron. Fue un drama , sobre todo los años 40, que son los años del hambre. Las políticas autárquicas lo que hicieron fue aislar a España y la sumieron en una situación de pobreza y de miseria. Tenemos datos de medio millón de registros, hay territorios, algunos en la zona nacional donde la altura se estanca, pero en el Mediterráneo la altura cayó, de forma dramática y lo que revela es que hubo malnutricion».
En el presente hay una preocupación por el crecimiento pero en sentido horizontal más que vertical. En las últimas décadas se ha disparado el sobrepeso en la práctica totalidad del territorio del Estado, pero en Asturias con mayor incidencia.