Un libro de texto define al asturiano como un dialecto que «nunca logró convertirse en lengua»
ASTURIAS
El tomo de la editorial Edelvives para alumnos de primer curso de bachillerato también afirma que la llingua se caracteriza por «falta de unidad»
11 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Son relativamente frecuentes, tanto que han llegado hasta el Senado y también hasta la Junta General, las interpretaciones sui generis de la historia o la lengua asturiana que hacen las diversas editoriales que publican los libros de texto con los que se impartirán las asignaturas en las escuelas. En algunos casos con meteduras de pata de lo más groseras. En el caso del tomo dedicado a «Lengua castellana y literatura» de la editorial Edelvives para el primer curso de bachillerato se afirma que la lengua asturiana es un dialecto del castellano que integra en el grupo del asturleonés como «variedad diatópica» se forma similar al murciano, el riojano, el andaluz o el extremeño.
En concreto, el libro de Edelvives afirma que tanto el asturleonés como el aragonés «experimentan la fuerza centrípeta del castellano (del que tienen una gran influencia) en el momento de imposición cultural y política de Castilla por lo que nunca lograron convertirse en lenguas». También señala que «los límites del leonés son bastante imprecisos, hasta el punto de que existen zonas influidas por el gallego. Actualmente se extiende por Asturias, el oeste de Santander, el norte y el oeste de León, el oeste de Zamora y Salamanca y parte de Cáceres. El bable es considerado una variente del leonés».
En otro de sus párrafos señala que tanto el aragonés como el asturleonés (nunca llega a referirse al asturiano) se caracterizan por «el conservadurismo (con gran presencia de rasgos arcaizantes) y su falta de unidad».
El pasado martes, durante un debate en el Senado a propósito de una iniciativa de Ciudadanos sobre neutralidad y calidad en la educación, la senadora de Foro, Rosa Domínguez de Posada destacó en su intervención que varios libros de texto denunciados por su grupo se habían hecho referencias «muy deficientes con nuestros orígenes, con nuestra monarquía y con episodios fundamentales al no efectuar referencias al Reino Astur, referirse al primer Rey como un tal Pelayo o explicar que la batalla de Covadonga fue una escaramuza entre cántabros y vascones y las guarniciones romanas y visigodas del valle del Duero».
Domínguez de Posada señaló también que en otros tomos «se ha llegado a borrar de los mapas el Reino de Asturias y sustituido por la denominación Reinos Cristianos donde sin embargo figuran otros territorios contemporáneos como la Marca Hispánica. En otros se llega a afirmar que existe un habla que no tiene la consideración de lengua que es el asturleones que no asturiano».
En noviembre del año pasado, durante un debate en la Junta General sobre el rigor de los libros de texto y si deberían recibir autorización por parte de las administraciones, el consejero de Educación, Genero Alonso indicó que «nunca la administración ni autoriza ni aprueba, son los centros educativos los que tienen esta autonomía y la consejería es respetuosa. Ahora bien, aunque ni autorizamos ni homologamos nada, eso no es óbice para mostrar preocupación sobre algunas cuestiones, y así lo hemos hecho en algunos casos».
El consejero añadió que aunque la autonomía es de los centros educativos, la Inspección de la Consejería si tiene una labor de velar ante las denuncias que se puedan recibir. En este sentido indicó que ese número de denuncias por parte de padres ha sido muy bajo en los últimos años y, de nuevo, Alonso apeló a la autonomía de los centros y los departamentos didácticos para que sean quienes cambien o supriman esos libros de texto en caso de detectar cuestiones como las denunciadas.