Los sindicatos rechazan prejubilaciones en el carbón y piden una estrategia de empleo
ASTURIAS
UGT y CCOO señalan que los cierres, sumados a la clausura de las térmicas y el impacto en la industria podría destruir 60.000 empleos
13 sep 2018 . Actualizado a las 20:24 h.La preocupación de los agentes sociales respecto a los planes del Gobierno central sobre el carbón --tanto en lo que se refiere a la continuidad de las explotaciones mineras, pero en mucho mayor medida sobre su actitud respecto al anuncio de cierres en centrales térmicas y el efecto demoledor que tendría en la industria asturiana-- lejos de apaciguarse se acrecienta. Al término de un encuentro celebrado esta mañana con el presidente del Principado, los máximos responsables de UGT y CCOO en Asturias remarcaron que sus demandas pasan porque se estipule un control estatal de la producción eléctrica que garantice tanto el suministro como el precio y que no se pueden hablar de transición energética justa sino se tiene un compromiso de permanencia del empleo.
«Lo que no queremos es un plan social, dar dinero para prejubilaciones y callar bocas sino un plan laboral, una estrategia económica y con empleo», destacó el secretario general de UGT de Asturias, Javier Fernández Lanero, quien manifestó su preocupación al escuchar desde el Ejecutivo sólo propuestas de «planes sociales» y «comunidades deprimidas» porque «nos vamos a deprimir mucho sin un plan de empleo». La Voz de Asturias publicó este jueves los datos de la propuesta del Gobierno central que presentará a la Mesa de la Minería y que consideran «irrevocable» el cierre de las explotaciones a cambio de indemnizaciones, bajas voluntarias y prejubilaciones. En este sentido, el secretario general de CCOO de Asturias, José Manuel Zapico, apuntó que «el mejor plan social que existe es mantener el empleo» y remarcó su escepticismo sobre soluciones como las planteadas por el Gobierno dados los precedentes con «escasos recursos» que no se han materializado en una reindustrialización de las comarcas mineras «y que ni siquiera se cumplen» después de acordarse. «El carbón debe ser una reserva estratégica de España porque no podemos tener dependencia energética únicamente del exterior», señaló Lanero.
Sobre la mesa están las negociaciones sobre la continuidad de las minas y el papel que jugará Hunosa en la transición energética, un debate en el que ambos líderes sindicales evitaron buscar la confrontación directa con el Gobierno a la espera de que concrete sus propuestas, aunque con la advertencias de que podrían llamar a movilizaciones. Pero de forma paralela está la cuestión sobre el cierre de las centrales térmicas (tras el anuncio de Iberdrola de clausurar Lada y Velilla y el temor a un efecto cascada en el conjunto del sector). La preocupación se extiende por el golpe para el empleo directo e indirecto que supondría el cierre repentino de las térmicas y sus consecuencias, como un dominó sobre el transporte y los puertos (las importaciones de mineral son casi un tercio del movimiento de graneles en El Musel) así como la garantía de suministro y precio para la electricidad de la industria regional, incluido el metal. Todo ellos llevó a CCOO a concluir que están en riesgo hasta 60.000 empleos en la comunidad.
Después del rechazo en el Congreso por parte del PSOE y Unidos Podemos a una propuesta de ley del PP para para dificultar el cierre de las centrales térmicas, el Ejecutivo asturiano también mostró su decepción por no haber tenido en cuenta su demanda de que no se deje vía libre a las empresas para decidir sin intervención estatal sobre la energía. «El gobierno ha renunciado a tener una herramienta de control de un sector estratégico y de soberanía ciudadana, que nadie se lleve a engaño, el mercado eléctrico no es de competencia sino un oligopolio y siempre pierde el consumidor», indicó Zapico.
Por su parte Lanero lamentó que en el Congreso de los Diputados «se habla de oídas» sobre la realidad del sector energético y la realidad de Asturias «porque es muy difícil sustituir el carbón por otras fuentes de energía, tiene muy difícil solución» y calificó de «corriente populista verde sin saber las implicaciones que tendrá» buena parte de los debates de transición energética que se producen en la cámara. Además emplazó a la ministra, Teresa Ribera, a visitar Asturias «y conocer la realidad, y si no que se vaya para su casa».