Del Busto destaca que han sembrado la desconfianza entre sectores de riesgo de cara a campañas como la de la gripe
11 oct 2018 . Actualizado a las 19:35 h.A la hora de hacer balance de los resultados de la última campaña de vacunación contra la gripe en Asturias el saldo no ha sido satisfactorio; tan es así que el Principado ha optado por «establecer un cambio de estrategia» de cara a la próxima campaña en el invierno de este 2018 para diferenciar el tipo de toma que sea más efectivo en función del grupo de edad de manera que los principales grupos de riesgo, fundamentalmente los mayores de 65 años, reciban la vacuna adyuvada, esto es a la que se le añade un producto capaz de aumentar la inmunogenicidad frente a cambios antigénicos del virus. Así lo explicó el consejero de Sanidad, Francisco del Busto, en su respuesta a una pregunta parlamentaria planteada por el diputado de IU Gaspar Llamazares. Pero en ella, además, Del Busto realizó un contundente discurso contra los grupos antivacunas a los que acusó de provocar no pocos problemas en la campaña.
Así y respecto a las bajas tasas de cobertura de la vacunación contra la gripe registradas en Asturias entre «personas de riesgo y personal sanitario», el consejero apuntó que la cuestión preocupa a su departamento «pero no es una situación aislada, sino que se viene prolongando en los últimos años ya afecta a todas las comunidades autonónomas y a la mayoría de países de nuestro entorno», señala Del Busto quien añade que «se trata de un tema de desconfianza en esta vacuna a la que contribuye no poco determinadas posturas y creencias 'alternativas', basadas en supuestos beneficios de la vida natural y en argumentos conspirativos sobre intereses ocultos de grandes corporaciones aireados por determinados personajes, con los que se pretende negar la evidencia científica en base a creencias irracionales e informaciones tergiversadas, tan de moda en estos tiempos, y que sustentan a los grupos antivacunas».
A comienzos de julio, el Gobierno asturiano informó que de cara a la próxima campaña contra la gripe, a los menores de 65 años incluidos en los grupos de riesgo se les suministrará una vacuna tetravalente, que aumenta el espectro de protección frente a las variantes de los virus gripales B respecto a las trivalentes que se usaban hasta ahora. Esta decisión, que cuenta con el respaldo unánime del Comité Asesor de Vacunas del Principado, se toma después de valorar meticulosamente las diferentes opciones posibles, según informó el Ejecutivo autonómico. Además, el Principado apuesta por difundir la estrategia entre los profesionales sanitarios y la población en general, con el propósito de aumentar la cobertura de inmunización y lograr que las ventajas del nuevo modelo se aprovechen al máximo.
«El modelo que comenzará a aplicarse ahora mejorará notablemente la protección de la salud de los grupos de riesgo, al ofrecer a cada persona la vacuna más eficaz según su grupo de edad», aseguran desde la Administración sanitaria.
El cambio se produce tras analizar el comportamiento de la gripe en Asturias durante las dos últimas temporadas, en las que, aunque la incidencia de la epidemia fue moderada, se produjo una mayor afectación de personas de 64 años o más, con un aumento relevante de los casos graves y del número de fallecidos en este grupo.
Pese a todo, y respecto a la percepción general de las vacunas, Asturias presenta unas cifras excelentes en cobertura de vacunación infantil. La inmensa mayoría de los padres de la región cumplen el calendario oficial, aunque en el último año del que existen datos oficiales casi dos centenares de menores no se vacunaron. La tasa de cobertura es una de las más altas de todo el país y en ninguna de las enfermedades en inferior al 98% en el primer año, aunque baja a medida que crece el niño.
La estadística de 2016 del Ministerio de Sanidad constata que la cobertura en Asturias durante el primer año de vida del menor osciló entre el 98,7 y el 99,9 %, es decir, unos 200 niños de los más de 6.300 que tenían esa edad en 2016. De ellos, según las cifras oficiales, 83 no se han vacunado de poliomielitis; 108 de hepatitis B y solo 6 de meningitis C. De 1 a 2 años, las cifras van empeorando, aunque siguen siendo elevadas, ya que todas superan el 93%.
Sin embargo, hay tres administraciones que cuenta con una tasa de rechazo registrada si no muy elevada sí algo relevante: se trata de las vacunas hexavalente (una combinada para seis tipos de enfermedades) que cuenta con un rechazo explícito del 0,21% de los padres y tutores: la triple vírica (con un 0,25%); y la más destacada, la vacuna contra el virus del papiloma humano con un rechazo de las familias del 2,81%. Teniendo en cuenta que la vacuna del virus del papiloma se recomienda para niñas de 13 años, serían alrededor de 530 niñas asturianas las que desistieron de tomarla por razones distintas a una causa médica en el año 2017.