Nicanor Fernández, presidente de la Fundación Oso Asturias, recuerda que las dos hermanas siempre han vivido juntas
18 ene 2018 . Actualizado a las 20:56 h.La muerte de Tola deja un vacío en Asturias, pero quien más va a sentirlo es su hermana Paca. Las dos osas fueron rescatadas en el año 1989 después de que un furtivo matase a su madre. Desde ese momento, los plantígrados han permanecido juntos, por lo que sus cuidadores estrecharán la vigilancia durante los próximos días para ver cómo le afecta el fallecimiento de su hermana.
Nicanor Fernández, presidente de la Fundación Oso de Asturias, explica que, tras el fallecimiento de Tola, el foco se pone en Paca. «Son gemelas y Paca también tiene achaques, aunque no son agudos», explica Fernández. Por ello, advierte de que van a estar vigilantes. En el cercado de Santo Adriano también vive Molina, de cuatro años, por lo que se trata de un ejemplar joven que goza de buena salud.
Las dos osas fueron recuperadas en 1989 por la Guardia Civil meses después de que unos furtivos mataran a su madre y las capturasen. Paca y Tola se convirtieron en un símbolo de la lucha por la recuperación del oso pardo, especie en peligro de extinción, desde que fueron entregadas al Fondo Asturiano para la Protección de Animales Salvajes (FAPAS) en junio de 1989 cuando contaban cinco meses. Posteriormente, las osas, tras permanecer acogidas durante algún tiempo en Cataluña, vivieron durante cinco años en el Parque Cinegético Nacional de El Hosquillo, en Cuenca, hasta que el Gobierno asturiano habilitó el cercado donde ahora residen.