Asturias llora la muerte de la osa Tola

Luis Fernández / EFE TEVERGA

ASTURIAS

La osa Tola en el cercado de Santo Adriano
La osa Tola en el cercado de Santo Adriano

El plantígrado fallece a los 29 años en el cercado de Santo Adriano, tras padecer problemas de locomoción desde 2012. «Vimos cómo se apagaba», señalan a LA VOZ

18 ene 2018 . Actualizado a las 21:02 h.

La osa Tola ha muerto. El famoso animal, rescatado en el año 1989 junto a su hermana Paca después de que un furtivo matase a su madre, acaba de fallecer en el cercado de Santo Adriano. El plantígrado, había cumplido 29 años y tenía problemas de locomoción desde el 2012. De hecho, su estado se había agravado desde el otoño. La noticia de su defunción ha corrido como la pólvora en una región en la que era un auténtico referente en la defensa de una especie que parece haber pasado sus peores momentos. Todo el mundo piensa ahora en el futuro de Paca, a la que se encontraba muy unida.

Tola era un icono de la lucha por la conservación y su muerte deja un gran vacío. La osa tuvo una larga vida, de 29 años y, según aseguran varias fuentes, «no sufrió en ningún momento». La osa tenía problemas de locomoción desde el año 2012 y su estado de salud empeoró en los últimos meses. «En los últimos días vimos cómo se apagaba», señalan las mismas fuentes, que añaden que el fallecimiento se produjo por causas naturales. Mañana se realizará una necropsia en Deva, Gijón, para conocer el estado del animal.

La Fundación Oso Asturias ha comunicado la noticia a los colectivos conservacionistas que trabajan por la superviviencia de la especie, como por ejemplo, a la Fundación Oso Pardo. Su presidente, Guillermo Palomero, ha reconocido que conocía los problemas de salud de la osa pero que no esperaba este desenlace. Esperará a conocer datos oficiales para pronunciarse.

Un icono conservacionista

La osa Tola, recuperada junto a su hermana Paca en 1989 por la Guardia Civil meses después de que unos furtivos mataran a su madre y las capturasen, ha fallecido después de un larga vida. Paca y Tola se convirtieron en un símbolo de la lucha por la recuperación del oso pardo, especie en peligro de extinción, desde que fueron entregadas al Fondo Asturiano para la Protección de Animales Salvajes (FAPAS) en junio de 1989, cuando contaban cinco meses.

Posteriormente, las osas, tras permanecer acogidas durante algún tiempo en Cataluña, vivieron durante cinco años en el Parque Cinegético Nacional de El Hosquillo, en Cuenca, hasta que el Gobierno asturiano habilitó el cercado donde ahora residen. El recinto en el que habitan, integrado en una ruta turística denominada «La senda del Oso», fue construido en 1996 y es visitado cada año por miles de personas que reciben información sobre la importancia de la conservación del oso pardo en su hábitat natural de la Cordillera Cantábrica.

La relación con Furaco

En los últimos años también se llevó a cabo un intento de reproducción en cautividad introduciendo en el cercado al oso Furaco, trasladado desde el Parque de la Naturaleza de Cabárceno, en Cantabria, para que se aparease con las osas. En 2012, y tras ser montada en varias ocasiones por Furaco el personal de la Fundación Oso que atiende el cercado de Santo Adriano descubrió en la zona donde había dormido a Tola la noche anterior el cadáver de un osezno recién nacido con un peso de 330 gramos y aparentemente fallecido por aplastamiento causado por la madre.

Tola no había dado los días anteriores ninguna muestra de comportamiento anormal y como es habitual en su especie no había forma de percibir su estado durante el periodo de gestación. Previamente había sido examinada con frecuencia por servicios veterinarios dados sus problemas de movilidad por los que había estado sometida a vigilancia y a tratamiento.