
El Llagar del Quesu, La Campana o el Sol y Sombra son algunos de ellos
17 dic 2016 . Actualizado a las 20:54 h.A pesar de que muchos emprendedores buscan un futuro en el mundo de la hostelería, otros cuelgan el cartel de cerrado en sus puertas. Ya sea por la crisis o por la decisión de jubilarse, muchos locales emblemáticos de Asturias han clausurado este mismo año. El último de ellos ha sido el Llagar del Quesu, que anunciaba su cierre tras 39 años. La famosa parrilla de Bobes fue durante mucho tiempo uno de los establecimientos más emblemáticos y populares del Principado. Tanto los gestores como la propietaria del local señalan la falta de entendimiento respecto a las condiciones económicas como la principal razón para echar el cierre. Mientras que los gestores decidieron comprar el inmueble porque el alquiler era inasumible, la propietaria se negaba a ponerlo en venta, ya que se trata de un negocio familiar. Por el momento, el Llagar del Quesu continúa cerrado en busca de un nuevo arrendatario.
Otro de los grandes establecimientos que dijo adiós este año ha sido La Campana, en Llanera. A pesar de la puja que se realizó con varios empresarios, finalmente la venta del negocio no pudo realizarse y el local colgó el cartel de cerrado en febrero. La clausura del restaurante supuso la cancelación de un centenar de banquetes y la puesta en marcha de un expediente de regulación de extinción de empleo para los diez trabajadores fijos del complejo hostelero. Además, también se ha visto afectado el personal que el restaurante contrataba temporalmente.
Gijón echará de menos a uno de sus restaurantes más emblemáticos. Después de 45 años al frente del negocio, los hermanos Cifuentes cerraban las puertas del Sol y Sombra esta primavera para jubilarse. El conocido restaurante de La Guía era parada obligatoria en los días de fútbol o de hípico, en los de concierto en el Palacio de los Deportes e incluso para los jóvenes que salían de fiesta por la conocida discoteca Tik. Sus platos estrella eran más bien tradicionales e iban desde las tortillas y croquetas hasta el hígado encebollado.
La Felguera se despedían este verano en plena fiesta patronal de Casa Mirito. La emblemática sidrería situada en el barrio de La Pomar decía adiós tras 55 años al frente de la familia Arbesú. Anteriormente conocido como Casa El Coz, Casa Mirito se convirtió en un fundamental entre los langreanos amantes de la comida más tradicional. Edelmiro Arbesú colgaba el delantal y se despedía del bar que un día sus padres regentaron. La cocina casera de su madre, Gloria Carbajal, se convirtió en todo un referente entre los hosteleros langreanos y su fabada una de las mejores de Asturias.
Casi tres décadas después de su apertura, el hostelero José Antonio Alonso decía adiós al Restaurante Jose's, el cual inauguró junto a su esposa, Gely Quijorna. El pasado 1 de junio, José Antonio decidía jubilarse y cerraba con él el popular restaurante de Carbayedo Nuevo. Otro de los establecimientos avilesinos que han echado el cierre este mismo año ha sido La Posada, un restaurante que destacaba por sus potes, sus carnes a la parrilla y el bacalao.