Estados Unidos y China se encaminan hacia una ruptura que pone en vilo a la economía mundial

María Puerto PEKÍN / E. LA VOZ

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Trabajadores en una producción de hongos en Fujian (China)
Trabajadores en una producción de hongos en Fujian (China) CHINA DAILY | REUTERS

La Casa Blanca eleva al 145 % los aranceles al gigante asiático

11 abr 2025 . Actualizado a las 00:14 h.

Pekín y Washington juegan una guerra de estrategia para ver quien puede resistir más la presión. La escalada arancelaria hecha por tierra una relación comercial forjada durante décadas, poniendo en peligro el destino de las dos superpotencias y amenazando con arrastrar a la economía mundial. De momento China activó el jueves los aranceles del 84 % a los productos estadounidenses, mientras que la Casa Blanca anunció que las tasas a los productos de la potencia asiática ascendían en total al 145 %. La explicación es que al gravamen del 125 % anunciado por Donald Trump el miércoles había que sumar un 20 % adicional impuesto por su papel en el suministro de fentanilo.

Son cifras que hacen muy difícil el comercio entre los dos países y la interrupción del millonario flujo comercial impactará en otras economías. A pesar del peligro, los dos países persisten en una política de ojo por ojo y no parece que China tenga ninguna intención de ceder.

La portavoz de Exteriores china, Mao Ning, marcó el jueves la posición de China con un mensaje muy especial en X: «Somos chinos. No tememos las provocaciones. No nos echamos atrás». Lo acompañó de un antiguo vídeo de un discurso del presidente Mao Zedong durante la guerra de Corea, donde aseguraba que «nunca nos rendiremos». La guerra acabó en tablas y todavía no se ha firmado la paz. X está prohibido en China, así que era un mensaje dirigido al exterior.

La subida de tasas de China impactará en sectores como la agricultura, la aviación o la tecnología de Estados Unidos. Como ya ocurrió durante el primer mandato de Trump, el sector agrícola será uno de los damnificados ya que el gigante asiático es su principal importador, especialmente de soja, trigo, maíz o pollo.

Boeing será el primer perjudicado en el sector de la aviación. China es un gran comprador y los aviones de Boeing perderán competitividad frente a rivales como la europea Airbus. Empresas tecnológicas como Intel, Broadcom o Texas Instruments sufrirán también con la guerra de aranceles. China compra chips a Estados Unidos por un valor aproximado de 10.000 millones de dólares anuales. Por ejemplo, China representa el 29 % de los ingresos de Intel y a partir de ahora sus productos penalizados con aranceles del 84 % perderán competitividad.

El gigante asiático también reducirá la exportación de tierras raras, necesaria para la fabricación de productos tecnológicos.

Pekín también ha incluido a Hollywood en su diana. El jueves anunció que como represalia reduciría el número de películas estadounidenses que se podrán estrenar en el país. China es el segundo mercado cinematográfico más grande del mundo.

A pesar de las contramedidas, la caída de las exportaciones impactará en la economía china. EE.UU. compra al país asiático por valor de más de 400.000 millones de dólares al año. Los norteamericanos también verán como los teléfonos móviles, la electrónica de consumo, las prendas deportivas o los juguetes, son mucho más caros con unos aranceles del 145 %.

China buscará estrechar más las relaciones con los países ASEAN y la Unión Europea, que son sus principales socios comerciales en cada región. Por el contrario, la decisión de Trump de dar una tregua de 90 días a todos los países menos China intenta aislar al gigante asiático al mismo tiempo que contentar a los mercados.